RUGBY

Agustín Creevy: el 'San Pedro' argentino que dijo no al rugby y terminó siendo leyenda

Se retiró de Los Pumas el sábado siendo el jugador con más partidos jugados y capitaneados, pero en su infancia huyó del rugby en varias ocasiones.

Pasillo de Australia a Creevy en su último partido. /Wallabies
Pasillo de Australia a Creevy en su último partido. Wallabies
Rodrigo Contreras

Rodrigo Contreras

Pese a la derrota de Los Pumas ante los Wallabies por tan solo un punto en la pasada jornada del The Rugby Championship, la emotiva y soñada despedida de Agustín Creevy ante su gente, en casa, será recordada por los aficionados al balón oval.

El talonador argentino se despedía como jugador de su selección, con 110 participaciones oficiales (caps) con Argentina (el que más de la historia del rugby argentino) y con casi 20 años de luciendo la el polo de Los Pumas.

Después la derrota ante Inglaterra en la pasada final por el bronce en el Mundial de Francia 2023, Creevy expresó su deseo de despedirse ante su gente. Este sábado jugó los últimos minutos del partido ante Australia en La Plata, cumpliendo de esta manera con la despedida merecida, y deseada, para esta leyenda del rugby.

Pero mucho antes de que Agustín Creevy se convirtiera en la leyenda del rugby argentino que es hoy en día, negó el deporte que terminó amando en varias ocasiones.

Inicios y dudas

Agustín Creevy nace en La Plata el 15 de marzo de 1985. En su familia no había ningún Puma, ni nadie vinculado en especial con el mundo del rugby. Su primer contacto, siendo todavía un niño, fue en el club de baloncesto de Estudiantes de La Plata, junto con su hermano Lisandro. Después probó con el voleibol, pero tampoco le llenó. Es entonces, con ocho años, cuando tiene su primer contacto con el mundo oval.

El primer club para el que Creevy juega es La Plata Rugby Club, pero después de unos meses jugando en las categorías inferiores decide dejarlo al no estar convencido. Casi dos años después, vuelve a hacer un intento con el rugby en el club de Los Tilos, pero tampoco salió bien. Esta segunda experiencia fue algo fugaz, apenas un par de entrenamientos, y todavía el joven Agustín (con apenas diez años) parecía no estar predestinado para el deporte ovalado.

Será a la tercera, y con mucho esfuerzo, la intentona que finalmente enganchó a Creevy. Tras su ingreso en el colegio San Luis, sus compañeros le invitan a jugar en el club de rugby del colegio donde jugaban todos. Es entonces, con 12 años, cuando finalmente termina enganchándose al rugby, aunque durante los primeros meses tampoco estaba muy convencido.

Momento fundamenta donde entra la figura de un entrenador clave para la carrera de este símbolo del rugby argentino, Raúl José Frías. Cada sábado por la mañana iba a buscar a su casa al joven jugador de La Plata para jugar el partido al club, y aunque Agustín llegó a esconderse en alguna ocasión al oír el timbre que pulsaba Frías, el entrenador siguió insistiendo porque veía en él un gran jugador de rugby. No se equivocó.

Se ve que de tanto insistir, un día se enamoró del rugby y no lo dejó más, rememoraba Frías en una entrevista para ESPN.

Profesionalismo y el viejo continente

Aunque su consagración en el rugby llega en la posición de talonador, en sus comienzos actuaba como tercera línea. Es con 18 años cuando da su primer paso como internacional. El 24 de febrero de 2004 debuta con los Pumitas sub 19 en un partido ante Uruguay del campeonato Sudamericano, en el que los argentinos terminan ganando 31-0.

Poco más de un año después (con 20 años recién cumplidos), en el 23 de abril de 2005 llega su debut con Los Pumas en un test match oficial ante Japón. Es en este momento cuando le llega la primera oportunidad para cruzar el charco y tener su primera experiencia internacional a nivel de club, con el Biarritz Olympique francés.

Tras recibir una oferta del rugby inglés profesional (del club London Irish), jugando en Francia, Creevy recibiría a la par una llamada que cambiaría por completo su carrera. Santiago Pelham, entrenador por entonces de los Pumas, llamó a Agustín para que volviera a Argentina y entrara a formar parte de los PladAR (el alto rendimiento). Esto supuso, además, un cambio en la posición de juego y su evolución como rugbier. Así lo narraba el propio jugador:

El cambio de puesto fue realmente especial. Es algo que me salió de adentro. Yo estaba en Biarritz, con un contrato para irme a jugar a London Irish como tercera línea, y en diciembre (de 2008) me llamó 'Tati' Phelan y me dice que quería que comience a entrenar en el PladAR, que necesitaba que vuelva a la Argentina, pero esta vez para jugar como talonador. Nadie me aseguró nada, inclusive cuando lo empecé a hablar con mis seres queridos, todos me decían ´estás loco ¡Cómo te vas a volver!´. Y por dentro yo pensaba que si no aceptaba, no iba a jugar nunca en Los Pumas. Lo importante fue eso. La decisión la tomé solo y me tiré a la pileta pensando únicamente en el sueño que tenía por vestir esta camiseta. Al principio sufrí el cambio, sobre todo en el aspecto psicológico, pero después aprendí a partir de la experiencia, y creo que fue un gran acierto en mi vida.

Esta vuelta a los orígenes, a posteriori, supuso el salto definitivo de Creevy a la selección y la consagración como jugador de rugby.

Volvería a jugar en el TOP 14 francés y en la Premiership inglesa de 2013 al 2016 ya como una estrella del deporte oval y en 2016 un nuevo proyecto argentino, la franquicia de Jaguares, hizo de nuevo que el talonador, volviera a jugar a su país.

Hasta 2020 estuvo liderando a los Jaguares argentinos en el Super Rugby y entonces, ahora sí, fue fichado por London Irish hasta su sanción como club en 2023 donde se mudó a Shale Sharks.

El gran capitán

Durante los casi 20 años de juego con su selección, Agustín Creevy ha sido entrenado por diferentes entrenadores. Desde sus inicios con Marcelo Loffreda o Santiago Pelhan, pasando por su consagración con Daniel Hourcade, Mario Ledesma y Michael Cheika hasta su despedida con Felipe Contepomi.

Fue con Daniel Huevo Hourcade cuando Creevy asume la responsabilidad de capitanear a Los Pumas, tras la propuesta del entrenador tucumano. Así, en Pretoria, en un partido contra los Springboks el 16 de agosto de 2014, luce por primera vez el brazalete de capitán representando a Argentina. Después lo haría en más de medio centenar de veces (51) convirtiéndose en el jugador con más capitanías de la selección albiceleste (por delante de Lisandro Arbizu).

A lo largo de sus años como capitán, muchos compañeros han querido destacar su papel como líder dentro de la selección argentina. Por ejemplo, Juan Martín Hernández:

Las generaciones van cambiando y está en la virtud de ese líder de turno de decir, ¿cómo vienen estos chicos?. Era permisivo en ciertas cosas y a mí me costaba mucho. El mío no era un liderazgo de palabra, sino de acciones. Pero no era el tipo de líder, como si lo era Agustín (Creevy), de estar afuera. De decir ¿cómo estas?, ¿qué te pasó?, ¿tu familia, bien?. Hay distintos tipos de liderazgo y el de Agustín (Creevy) era con mucha empatía.

O las palabras de Marcelo Bosh, que compartió los inicios de Agustín y vivió su nombramiento como capitán:

Se hablaba del estado emocional, del bienestar del jugador, él estaba en esos detalles. Y le llega a la gente. Eso no se ve tanto. Fue la figura emblemática de Jaguares y lo que vino. Viendo lo sucedido y lo que generó, fue un gran líder y la cara visible de la UAR en los últimos años.