RALLY DAKAR 2023

El ganador del Dakar que tuvo que sacarse una carrera universitaria para perseguir sus sueños

Kevin Benavides no dejó su Argentina natal hasta los 21 años, sigue una estricta rutina de entrenamiento y se ha impuesto en el final más apretado de la historia.

Kevin Benavides, ganador del Rally Dakar 2023. /A.S.O./F.Gooden/DPPI
Kevin Benavides, ganador del Rally Dakar 2023. A.S.O./F.Gooden/DPPI
Sergio Lillo

Sergio Lillo

Dammam.- El niño de Salta, Argentina, que soñaba con motos, de todos los colores y tamaños, de todas las cilindradas, aunque cuanto más rugiesen, mejor, ha vuelto a tocar el cielo con las dos manos. Una vez más, a medio mundo de distancia de su país natal, como en 2021, el año en el que la pandemia hizo desconocido el Rally Dakar. Y esta vez lo hizo con otro fabricante diferente, KTM, algo que solo otros tres pilotos habían logrado en la historia de la prueba, y en la edición más ajustada que se recuerda.

Desde que su padre, Norberto, aficionado al Enduro, le enseñó a montar en moto con cuatro años, Kevin solo tuvo ojos para los dos ruedas. Aunque su pundonor y su dedicación pronto se dejaron ver en el Nacional de Enduro argentino, no sería hasta que cumplió los 21 años cuando pudo dar el salto a Europa y perseguir su sueño. La condición había sido que se sacara la carrera de Administración y Dirección de Empresas antes de buscar la tierra prometida.

Sus primeros pasos le llevaron al Mundial de Enduro, donde logró ser cuarto en la categoría Junior en 2012. Pero dio el salto a los rallies tres años después y desde el primer momento deslumbró. Su debut en el Dakar 2016 con Honda causó sensación. Acabó cuarto y ya ganó su primera etapa. Era la auténtica promesa para Argentina y para toda Latinoamérica, que nunca había tenido un piloto de motos ganador del Dakar.

Pero las lesiones le castigaron duramente y se perdió la edición 2017 a ultimísima hora. Aun así, Benavides siguió dedicándose en cuerpo y alma, cada día de la semana para lograr hacer historia. En 2018 acarició el gran trofeo del Tuareg, pero en 2021, tras el cambio de ciclo en Arabia Saudí y después de la primera victoria de Honda en el Dakar desde 1989, llegó su oportunidad y no la dejó escapar. Este domingo ha logrado su segunda victoria en el rally más duro del mundo después de una última especial a la que salió con 12 segundos de desventaja sobre su rival y compañero, Toby Price (ganador en 2016 y 2019).

De él dice el director deportivo de KTM, Husqvarna y GasGas, Jordi Viladoms, que es un profesional de pies a la cabeza y que vive por y para esto. "Él hace dos entrenamientos diarios físicos, tiene entrenador de moto, psicólogo, hace todo al máximo nivel en todos los sentidos. Es gratificante cuando ves el esfuerzo que pone y nos gusta corresponder con el máximo también y darle la mejor moto posible y todo lo que le haga falta. Es un tío que le pone muchas ganas", apunta en conversación con Relevo.

Viladoms reconoce que le hecho de sacarle de Honda justo unos meses después de su primera victoria en el Dakar fue un auténtico golpe de efecto. "Kevin siempre había sido piloto de KTM. En su día, cuando quiso pasar a los rallies, en KTM no había sitio. Estuvo pidiéndonos entrar en el equipo, pero se tuvo que buscar la vida. Llegó a Honda y en un momento en el que estaban muy bien y siendo un rival muy fuerte. En ese momento dijimos 'Si algún día podemos recuperarlo, sería bueno", desliza.

"Sabíamos que a él le hacía gracia porque es su marca de toda la vida y era cuestión de encontrar el momento de coincidir. Ganó el Dakar y nosotros le queríamos, pero él quería venir también. Todo salió muy bien. En ese momento estábamos muy interesados de saber qué estaba pasando en Honda, porque nos estaban ganando las carreras. Fue un fichaje en ese sentido estratégico. Queríamos un buen piloto, pero uno que viene del equipo que te está ganando claramente, pues fue muy positivo. La relación ha sido muy buena, nos ha ayudado mucho a evolucionar la moto y a nivel de actitud es un buen referente para los demás porque trabaja un montón".

Amante del deporte y de la música, en las carpas de KTM, y en especial en la caravana que comparte con su hermano pequeño, Luciano (piloto de Husqvarna), siempre suena la última canción de moda y empieza el bailoteo. "Se sabe relajar y es un tío guay para compartir charlas y momentos. Tiene esa compartimentación mental de deportista de élite, porque hay casos que son muy estrictos y no saben relajarse y ese estrés te acaba machacando", añade Viladoms.

Las lágrimas de 2022, cuando rompió el motor de la KTM en la etapa 10, han sido el combustible que le han alimentado durante los últimos 12 meses. Y este domingo creyó. Creyó como nunca y, aunque reconoce que estuvo a punto de dejarse la vida en "18-20 sitios", lo volvió a lograr.

"Elegí creer, realmente elegí creer. Sabía que podía lograrlo, que tenía que dar mi 100% y solamente hice lo mejor que sé hacer que es andar en moto. Estoy muy feliz. Ayer cuando volvía en el enlace venía pensando en todas las posibilidades, pero después hablé con mi psicólogo, que es una persona que me apoya mucho, junto con mi familia, mi novia y mis amigos. Puse la mente en blanco y dije: 'Voy a salir lo mejor que pueda, a apretar lo máximo posible'. Es mi primera victoria con KTM también, se hizo esperar y estoy tocando el cielo con las manos nuevamente. Y siento mucho a mi amigo Paulo, que me ayudó tantísimo y que ahora está ahí arriba", comentó en meta con una sonrisa más brillante que el sol de Arabia.