Tiene 80 años, pilotó 13 en Fórmula 1 pero solo el Dakar le marcó: "Intelectualmente, mi segunda vida empezó cuando lo descubrí"
Jacky Ickx, campeón en 1983 y dos veces segundo en el Gran Circo, deja lecciones de vida en Relevo tras sus catorce participaciones en la prueba más dura del mundo.
Bisha.- "¿Puedes correr?" "No, no puedo correr, pero puedo conducir". Jacques Bernard Edmon Martin Henri, más conocido popularmente como 'Jacky Ickx', puede hacer de todo a sus 80 años recién cumplidos, menos pilotar al más alto nivel. Ya ha tenido tiempo para demostrar su velocidad en circuito, durante 13 años en la Fórmula 1 donde fue dos veces subcampeón del mundo, y en el Dakar, trofeo que ganó en 1983 y donde acumuló 14 participaciones. Tras soplar las velas en el vivac de Bisha (Arabia Saudí) en Año Nuevo, el belga da lecciones de vida en Relevo.
"Siempre estoy contento de volver aquí porque el Dakar es algo muy especial. No es solo una de las carreras más difíciles que puedes tener en este mundo, sino también una oportunidad para crecer, porque vives en un ambiente diferente, con gente diferente, con tradiciones diferentes, con historia diferente, y es una oportunidad para tener una visión global en el mundo, que es muy importante".
Pasea con agilidad por la arena que invade el campamento, gafas de sol modernas y camisa blanca con su nombre bordado en el corazón pero no para hablar de carreras. Sino de la vida y de lo que ha supuesto el Dakar en su vida. "Aquí tienes una comunidad de gente, tienes coches, pero alrededor hay mucha gente que ama el motorsport, tienes también la mecánica. Esto es como un iceberg. Ves el coche, pero el coche gana porque tiene la herramienta correcta, que es la mecánica y los ingenieros".
El expiloto, que ejerce de embajador y consejero de Genesis, además de centrar sus esfuerzos en el WEC (Mundial de Resistencia) tiene una vitalidad admirable y una agenda muy apretada. Su mentalidad lo es todo en su día a día: "Vivo el presente, es lo más importante. El problema es no tener un objetivo, me retiraré y luego disfrutaré la vida". Por ahora, tiene cuerda para rato tras cumplir 80.
A pesar de haber pilotado durante 13 temporadas en la glamurosa Fórmula 1, Ickx reconoce que fue el viejo París-Dakar el que le cambió la vida. "Me encanta decir que, intelectualmente, mi segunda vida empezó cuando descubrí el Dakar. Porque antes tenía solo un objetivo, como en cualquier competición, ganar, ganar, ganar, intentar ser el mejor o uno de los mejores e intentarlo". El belga fue subcampeón del mundo en el Gran Circo en 1969 y 1970 y campeón de la carrera más dura del planeta en 1983, cuando se llamaba París-Dakar.
"Así que puedes juzgar la diferencia. Porque en este tipo de carreras no puedes mentir, porque sabes la realidad de inmediato. Puedes ser nostálgico de la gente que conoces en tu vida, no de una era. La filosofía, la vida ha cambiado, pero con diferentes personas. No tiene sentido volver al pasado y decir, 'ah, mi tiempo era mejor'. Vivo el presente, eso es lo más importante". En su tiempo, por cierto, era un as pilotando sobre la lluvia.
Como vive el presente, no piensa en el Dakar de antes ni en el eterno debate sobre la seguridad. ¿Era la competición más pura y emocionante antes, con menos foco en la seguridad del piloto? "La gente dice 'has sido muy valiente en tu tiempo', pero fue la libertad de aceptar, de hacer algo peligroso porque te gusta. Si empiezas a pensar sobre el peligro y esas cosas... Entonces te vas, tienes la libertad de elegir la vida que quieras, sea peligrosa o no. Eso no es importante, es una libertad, una libertad humana. Es una libertad humana hacer cosas peligrosas".
El belga pone ejemplos de riesgo real. "Hay personas que son una inspiración y hacen cosas que son mucho más complicadas que conducir y sentarse en el coche. Tendrías que ir al Dakar en moto, por ejemplo, que va extremadamente rápido". "Lo bonito del Dakar es cómo la gente viene aquí, tienen sueños, quieren hacerlo. Y vienen aquí a competir de nuevo otro año. Hay quien se queda en casa y miran las fotos y todavía sueñan de venir", añade.
Pilotar junto a su hija
"Si tienes la oportunidad de llamar a la puerta de cualquier poblado donde hay Dakar, la gente está contenta de verte, son amables. Esa es la filosofía que tenemos que mantener, esto es una oportunidad de descubrir gente diferente, una vida diferente y también ver su visión del mundo", expresa el expiloto.
A Jacky Ickx le marcó, dentro de sus infinitas experiencias dentro de un coche, pilotar junto a su hija Vanina, a la que inició en el mundo de las carreras. Cuando habla sobre sus momentos juntos a toda velocidad, se llena de ilusión. "Estar juntos en una competición es bueno, hice el Dakar con mi hija. Es un acercamiento familiar, cuando tienes la oportunidad de hacer algo con tu hijo o hija, es especial porque es una oportunidad. Vives juntos, pero no os conocéis tan bien. Es una experiencia diferente estar en el mismo coche".