Los 600 kilómetros en un día de dos campeonas olímpicas para arrimar el hombro en Valencia: "Hasta que no miras a los ojos..."
Anni Espar, Laura Ester y otras dos jugadoras del CE Mediterrani junto con la entrenadora acudieron a la catástrofe de la DANA.
Todo comenzó el pasado lunes, día 4, cuando todavía llenaban los informativos las imágenes del Rey Felipe VI abucheado en Valencia, en la zona de la catástrofe, pisando barro y recorriendo un paisaje de destrucción. Anni Espar llamó a su hermana Clara, ambas jugadoras del CE Mediterrani de waterpolo, y le comentó que sería buena idea ir a ayudar a todas aquellas personas afectadas. Ya sea con material o con las propias manos. En la cabeza de Laura Ester, compañera de Espar en la Selección española, recientes ambas campeonas olímpicas, emergió la misma idea, como en la de la entrenadora Marian Díaz, muy cercana a la guardameta.
Llegaron al entrenamiento, lo explicaron y se unió a ellas Elia Jiménez. Y empezaron la misión Valencia comandada por dos campeonas olímpicas -Clara Espar dejó la selección en 2021, pero también se colgó una plata-, que las ha llevado a vivir una experiencia de vida. "Se está hablando mucho, pero hasta que no llegas allí y hablas con la gente del pueblo y sobre todo hasta que no les miras a los ojos no eres consciente de hasta qué punto están solos, haciendo frente a todo esto y con una incertidumbre enorme", explica la entrenadora.
Durante la semana, y después de que el CE Mediterrani les dejara un espacio en sus instalaciones, las jugadoras se pasaron varias tardes recogiendo material y hablando con los socios. "Se han implicado. Mucha gente llegaba, nos veía e iba a comprar productos de limpieza", añade Espar, e incluso destaca la voluntad de Jensine Bugelli, su compañera estadounidense, quien recaudó 200 euros a través de su Instagram gracias a su familia y sus amigos. Las waterpolistas también se movieron para encontrar una furgoneta gracias al patrocinio de la Federación Española de Natación OK Mobility. Y el sábado para allí fueron.
Las jugadoras durmieron el sábado en unos apartamentos y el domingo a las 7:00 ya estaban ayudando a sacar barro de un párking y repartiendo todo el material de higiene que había recogido y que llenaba la furgoneta. Clara y Anni Espar llevaron sus respectivos coches para poder tener espacio y cargar más material. "Una frase me ha llegado mucho. Toda la gente se desvivía por agradecernos la ayuda y nos ofrecían todo lo que podían. Pero un hombre mayor, con toda la razón, nos ha dicho: 'Dentro de tres semanas os olvidaréis de nosotros'. No olvidamos. Ni ellos, evidentemente, ni yo misma… Lo vivido hoy sería imposible. Animo a todo el que tenga posibilidad de ir a ayudar; por poco que parezca será muchísimo", añadió la entrenadora.
En total, fueron 600 kilómetros en apenas un día para arrimar el hombro. Una iniciativa de dos campeonas olímpicas y del waterpolo femenino que ha sido tan viral este verano por el oro conseguido en los Juegos y que ahora muestra su lado más humilde y solidario. El de siempre.