La última peineta de Jorge Martín esconde un cambio generacional en MotoGP: "Antes había un odio deportivo entre los más fuertes"
El madrileño pidió perdón por su acción al acabar la carrera.
La última vuelta de la carrera del Gran Premio de la Emilia Romaña estuvo cargada de polémica. Jorge Martín lideraba con soltura después de haberse quitado del medio a Pecco Bagnaia, su principal rival, y por detrás Enea Bastianini llegaba con buen ritmo para disputarle la victoria. Una de las particularidades del circuito de Misano son sus pocos puntos de adelantamiento. De hecho, una de las claves de la carrera pasaba por llevar a cabo una buena salida porque, de lo contrario, adelantar sería complicado. A pesar de ello, 'La Bestia' -como se conoce a Bastianini-, tiró de fuerza local para adelantar al madrileño en la última vuelta y acabar ganando la partida.
Una maniobra que no estuvo exenta de polémica. En primer lugar porque el adelantamiento acabó con Jorge Martín -líder más consolidado del mundial-, teniendo que irse largo para evitar irse al suelo. Y posteriormente porque ese incidente desató la ira del madrileño que al cruzar la línea de meta reaccionó con una peineta por la que posteriormente e inmediatamente pidió perdón. "No estoy contento con el adelantamiento de Enea pero es lo que hay. Pero sí que no ha gustado como he reaccionado, ese corte de mangas no procedía y bueno pedir perdón por mi gesto en un momento que estaba un poco caliente", se disculpaba el madrileño a los micrófonos de DAZN.
La cosa no llegó a más y solo unos minutos más tarde, en el previo del podio en el que los pilotos reaccionan a las mejores imágenes de la carrera, tanto Bastianini como Martín apartaron lo que fue una imagen desafortunada, sin polémicas. Un claro ejemplo del cambio generacional que vive actualmente el mundial de MotoGP donde se ha instaurado el denominado buenrollismo entre los pilotos a diferencia de aquellos años en los que la rivalidad impedía a los pilotos mantener una relación más allá de la estrictamente deportiva.
El MotoGP de antes
"Antes había un odio deportivo entre los cuatro más fuertes muy importante, había mucha rivalidad y éramos muy transparentes, si pensábamos una cosa nos lo decíamos. Ahora todos se ponen 'likes', todos se comentan y eso pues no crea ese morbo. Nosotros éramos los cuatro fantásticos tanto fuera como dentro de la pista", nos reconocía hace un tiempo Jorge Lorenzo, uno de los pilotos cuyas rivalidades han formado parte de la historia, como la que mantuvo con Valentino Rossi.
O la que el italiano mantuvo con Max Biaggi, uno de sus rivales más históricos. "Biaggi era el emperador de Italia en el motociclismo y llega Valentino con un estilo totalmente diferente. No se soportaban, yo viví un poco ese momento. Valentino estaba por encima de Biaggi, sobre todo en la frenada pero también mediáticamente porque era un tío más simpático. Ahora es diferente, hay pilotos que tienen buen rollo. Pecco por ejemplo es un piloto muy educado, muy correcto. Es muy difícil que sobrepase ciertos niveles. Yo creo que ahora hay una rivalidad muy deportiva entre todos ellos", analiza para Relevo Carlos Checa.
O la que vivieron dos de los mejores pilotos de la historia: Álex Crivillé y Mick Doohan en los 90. "Antes con Doohan a la que empecé a rodar rápido y a entrar en tiempos parecidos pusieron unos paneles en el box, separaron los boxes -un muro parecido al famoso que dividió a Rossi y Lorenzo en sus años en Yamaha-. Obviamente, ha habido carreras de mucha tensión y en las cuales hemos tenido nuestros roces", nos contaba el primer campeón español de 500 cc.
Claramente un cambio generacional que no evita aquellas luchas en pista propias de uno de los mundiales más apretados de los últimos años, con Pecco Bagnaia y Jorge Martín marcando la pauta y seis citas aún por delante. Un campeonato que pese al buenrollismo promete regalar más de una batalla en pista.