Los motivos del divorcio entre Marc Márquez y Honda: "Me dice que le han contado la misma historia cada año"
El seis veces campeón de MotoGP no ha visto en su actual marca la reacción que esperaba para volver a pelear por un título.
"A ti te viene el presidente de HRC y te dice que están poniendo toda la carne en el asador y, ¿qué piensas?", le preguntábamos desde Relevo a Joan Mir, compañero de Marc Márquez, este pasado sábado por la tarde en el Circuito de Motegi. "Bien. Pero luego, por el otro lado, me viene Marc y me dice que le han contado la misma historia cada año…", confesaba el mallorquín entre risas, sobre algo que Márquez ha repetido varias veces: los PDF que le presentaban los ingenieros eran muy bonitos, pero él necesitaba hechos. Esta anécdota de Mir señala el gran porqué de su divorcio con Honda. O quizás se podría decir que el único porqué.
El astro español ha sido el rey de ese garaje desde que llegó en 2013, hasta el punto de 'jubilar' a un peso pesado como Dani Pedrosa, que había aterrizado en el Repsol Honda en 2006. "Entonces teníamos una gran moto y todo funcionaba bien, así que si una pieza de recambio le funcionaba, entonces no me gustaba y decía: '¡Esto no funciona, quiero esta otra! ¡Quiero esta pieza de recambio, yo dirijo! ¡No le des esto!'. Así era. '¿Qué tal esta pieza? ¿Quieres probarla?' Pero yo no quería. Simplemente no quería que la tuviera", confesaba Márquez en el documental All In sobre su convivencia con Pedrosa.
"Cuando yo estaba dirigiendo más la evolución de la moto tenía primero las piezas y nunca pensé a su manera. Mi manera siempre ha sido hacer lo mejor para el equipo, y si tengo las mejores piezas para que la moto sea la mejor, no estoy pensando en mi rival justo de al lado, sino en Yamaha, Ducati... quien fuera el rival, porque me considero de la marca. Después él tuvo esa otra manera de hacerlo, no considero que me faltara, porque mi manera de ser era esa. Por ejemplo, antes de que entrara Marc, Stoner tampoco hizo nunca ese juego", replicaba Pedrosa en una entrevista en Relevo.
Porque Márquez ejercía de líder en su box; él y su equipo, confeccionado a su medida (los que tuvo en Moto2, la mayoría de los cuales llegaron tras su segundo año en la categoría, una vez que demostró su poderío ganando MotoGP a la primera).
Una jerarquía bien recompensada económicamente. Márquez es el piloto mejor pagado de la parrilla, con mucha diferencia sobre el siguiente, tras su último contrato firmado con Honda, de cuatro años de duración, el último de los cuales, 2024, no se cumplirá por el acuerdo al que ambas partes han llegado. Y a esto se añade el sumo respeto que la marca japonesa ha tenido con él durante su larga travesía en el desierto fruto de la famosa lesión que le trajo de cabeza hasta una última operación a la que se sometió el año pasado, algo que el piloto siempre ha agradecido.
Así que, sí, el único motivo para esta ruptura es técnico: la moto no está al nivel de la competencia pero, sobre todo, la reacción de Honda no ha sido la que el 93 habría querido. Y la frase de Mir con la que empezamos este texto resume muy bien esto.
"No he venido a Austria para ver las motos en pista: he venido para trabajar con el equipo, para reunirme con el staff japonés, para ver qué dirección quieren tomar", explicaba en agosto de 2022 antes de volver a subirse a su moto, en un viaje que hizo al Red Bull Ring para que no le pasase como con su anterior ausencia, cuando llegó y se percató de que habían perdido el paso. Algo que en Japón siempre han achacado al mayor impacto que tuvo en ellos las restricciones durante la pandemia, aunque a esto se suma un problema de filosofía, anticuada para las velocidades de reacción con las que juegan ahora mismo las fábricas europeas.
"Sé que están haciendo grandes cambios, el esfuerzo no se les puede recriminar, no les había visto trabajar nunca de esta manera, y lo agradezco mucho. Pero al final aquí yo he tomado una decisión muy importante para volver a lo más alto, y lo quiero hacer con Honda". Y aquella decisión, la de asumir otra intervención quirúrgica, no ha tenido su réplica en esa reacción que Márquez reclamaba.
Un tiempo que no quiere desperdiciar
"Depende de Honda", contestaba en ese mismo fin de semana en una entrevista en DAZN sobre la posibilidad de irse de la única casa con la que ha competido en MotoGP. "¿Cuánto le doy? Los dos años que tengo de contrato. No lo voy a negar. Siempre digo: 'Honda es Honda, la marca de mis sueños'. Me han respetado muchísimo y les estoy súper agradecido a todo lo que han hecho, pero mientras compita y crea que tengo el nivel, quiero un proyecto ganador. Si no...". Y, no, ni siquiera ha podido aguantar esos dos años que le quedaban. Porque ya se había dado cuenta de que para volver a ser competitiva esta moto va a necesitar un tiempo que él no quiere desperdiciar.
"No, tengo las ideas muy claras", respondía este domingo a la pregunta de si el podio logrado en Motegi podía cambiar las cosas. "Lo tengo todo bastante bien estructurado y no influye para nada", añadía, aunque siempre se había desembarazado de la cuestión decisión alegando la complicación que suponía hacer las cosas bien para todas las partes.
"Es que parece que estés hablando de un divorcio y de qué hacer con los niños", le comentábamos en tono de broma en Japón. "Es que es una relación muy bonita con Honda, y siempre la hemos tenido. Nos hemos dado mucho mutuamente. Y creo que esto es lo más importante. Es evidente que yo tengo un contrato en vigor con ellos y lo más importante es que ambas partes nos sintamos cómodos para triunfar, que es lo que queremos los dos". Y está claro que Marc Márquez no se sentía cómodo para triunfar con su actual moto.