MOTOGP | GP DE JAPÓN

El tiburón Pedro Acosta consigue nadar en los dominios de la intratable Ducati

El murciano termina por los suelos el sprint de Motegi, aunque mientras lideraba la prueba tras salir desde la pole.

Pedro Acosta rodando en Motegi. /EFE
Pedro Acosta rodando en Motegi. EFE
Borja González

Borja González

Twin Ring Motegi (Japón)-. "Hay pilotos buenos y pilotos que marcan ese plus, esa diferencia, y lo he dicho siempre, que Acosta, desde Moto3, es uno de esos pilotos que marca la diferencia en cualquier fábrica, en cualquier situación y con cualquier moto. Así que es ese tipo de pilotos que tiene ese talento nato, pero eso le hace arriesgar más". A Pedro Acosta se le conoce como 'el tiburón de Mazarrón', y ese tiburón ha aprendido en su primer año en MotoGP a nadar entre 'Ducatis', para incluso ser capaz en los últimos fines de semana a plantarles cara. En Indonesia fue segundo en la carrera, a poca más de segundo y medio del ganador, Jorge Martín. En Japón ha querido dar un paso más.

Primero haciéndose con su primera pole en la clase reina, y después tratando de hacer buena esa posición en el sprint, aunque esa parte de falta de experiencia le jugó una mala pasada, y le dejó sin su primer triunfo, cuando por delante sólo tenía cuatro vueltas que dar, y cuando había abierto su ventaja con respecto al segundo, nada más y nada menos que Pecco Bagnaia, en más de un segundo. Actuaciones que acreditan ese nivel que destaca Marc Márquez, para meterle en ese selecto grupo de elegidos de este deporte. "Hoy creo que se ha visto que éramos competitivos de verdad", nos decía el murciano un rato después de la carrera, tras asumir su doloroso error.

"No se nos ha caído nadie delante, no se ha ido nadie largo para que liderásemos y estábamos haciendo un ritmo bueno, incluso cuando la salida no ha sido la mejor. Ha sido una pena, porque ha sido un error muy pequeño, ha ido por un pelo...". Acosta trazó un poco más abierto esa vuelta 7, tumbando también un poco más de la cuenta, y terminó por los suelos y sin confirmar lo que parecía inevitable. "Ha sido una tontería. Lo he visto luego en la tele, y es cuando me he puesto a pensar en qué había pasado. Es duro de aceptar, pero también es positivo ver que, en nuestras peores sesiones, que son la qualy y la carrera sprint, cada vez estamos más cerca de las Ducati".

El de GasGas no salió del todo bien, lo que le dejó en la tercera plaza por detrás de las Ducati oficiales de Bagnaia y de Enea Bastianini. Aguantó detrás de ellos, y cuando entendió que todo estaba en el sitio, se lanzó al contraataque, una parte de la prueba culminada con un soberbio adelantamiento al que terminó siendo el ganador del sprint. "Es muy bueno", analizaba Aleix Espargaró. "Para mí el adelantamiento que le hace a Pecco no es un adelantamiento sin más, es para analizarlo bien: llega con muchísima más velocidad, y lo más normal ahí es que te vayas recto, y no sólo no se va recto, sino que se queda a un palmo de la línea blanca de dentro".

Un tipo de maniobra que ya se había visto en otros momentos de este año, como en Austin, donde consiguió terminar segundo en la que fue su tercera carrera en MotoGP (había sido tercero en la segunda, en Portugal). "Cómo es capaz de parar la moto este tío frenando súper tarde es algo… yo no recuerdo un frenador tan bestia como Pedro, haciendo líneas tan cerradas. Lo que está haciendo es increíble", añadía el de Aprilia. "El adelantamiento ha sido como los que hacía antes, que me podía tirar desde muy atrás, ponerme más o menos en el sitio y luego tirarme. Hemos sido capaces de no perder la línea, que no suele pasar y menos en una curva así de cerrada como la 5. Estamos cogiendo inercia ahora mismo", nos explicaba Acosta, en cuyo rostro podía leerse que, a pesar de la decepción, estaba satisfecho por cómo había rendido.

"Ha sido una gilipollez tan pequeña... es lo que más me mata", repetía, consciente, por otra parte, de que este domingo se le va a presentar otra oportunidad de brillar, ahora que parece haber encontrado el pulso con su KTM como para plantar cara a lo que hasta hace poco parecía como imbatible para el resto de motos. "Es el momento en el que menos tengo que pensar en la moto. Llego, me dicen qué tengo que hacer, salgo y lo hago, la moto permite hacerlo... No estamos teniendo muchos problemas, la fábrica está poniendo todo bastante en línea... Es cuando siento que la KTM está dando el mayor paso, la mayor evolución que estamos viendo".

Un cambio que en su equipo sitúan en el entrenamiento posterior al primero de los dos grandes premios disputados en el Circuito de Misano. "Llevamos ya cuatro fines de semana haciéndolo bien, unos más lejos y otros más cerca. Este nos hemos acercado incluso más que la semana pasada, sabiendo que este circuito nos encaja un poco más que Indonesia. Pero estamos cada vez más cerca y hoy creo que hemos plantado cara de verdad, incluso con la caída. Estamos en un buen momento de evolución, como los Pokémon, que son famosos en Japón. Estamos en un momento de evolución", analizaba antes de una carrera que, por otra parte, se presentará con las dudas relacionadas con las condiciones y cómo esto afectará a las estrategias de los equipos. "Va a ser un poco lotería, pero a río revuelto ganancia de pescadores". Una frase pronunciada sin una doble intención, aunque no hay que olvidar que los Acosta, desde su bisabuelo, son una familia de pescadores.