Pedro Acosta lanza un aviso a KTM tras su peor arranque en MotoGP: "Estoy en un 12 sobre 10 de preocupación"
El murciano lanza un aviso a KTM en plena tormenta de resultados: "Estoy en un 12 sobre 10 de preocupación"

Pedro Acosta llegó a MotoGP para liderar un cambio de era. Pero nada más lejos de la realidad, cinco carreras después de estrenarse como piloto oficial de KTM, la historia ha dado un giro inquietante. El piloto más prometedor del paddock empieza a impacientarse. Y no es por falta de ganas, sino por una moto que, a día de hoy, no está a la altura de su ambición. La temporada arrancó con expectativas enormes. Acosta debía consolidarse como referencia del futuro, KTM debía acercarse —por fin— a Ducati. Pero el cuento de hadas se ha quedado en borrador. Pedro es décimo en la general con 33 puntos. Álex Márquez, líder, le saca más de 100. Y lo que más duele no es el número: es la sensación de estancamiento.
"No estamos en nuestro mejor momento en ningún sentido", decía Pedro tras cruzar la meta en Jerez en séptima posición. Una frase que lo resume todo. El potencial está, las ganas están, pero las herramientas fallan. En un trazado como el andaluz, donde se respira motociclismo en cada curva, el murciano volvió a darlo todo… sin premio. "Ha habido un momento en el que éramos los más rápidos en pista", confesó. Pero llegar tarde a las remontadas ya no sirve. No cuando otros parten desde delante con armas mejores.
El problema es la base
La frustración no nace de un mal día. Nace de un patrón que se repite. En cada circuito, en cada test, en cada vuelta. KTM no ha dado el paso que debía. La RC16 arrastra carencias estructurales: falta grip, falta aceleración, falta conexión. Mientras las Ducati se escapan, Pedro lucha por contener el desgaste de un proyecto que, por ahora, no le acompaña.
Y en el lenguaje corporal de Acosta ya no hay euforia. Hay tensión. "La noria tiene que subir", dijo en un intento de mantener la fe. Pero incluso las metáforas tienen un límite. Y el murciano, que siempre ha sido directo y claro, ahora también empieza a sonar preocupado: "Estoy en un 12 sobre 10", soltó cuando le preguntaron por su estado anímico. Sin medias tintas.
¿Y ahora qué?
El paddock lo ve. Los rivales lo saben. Y KTM no puede permitirse perder el control de su mayor activo. Le Mans asoma en el calendario como una oportunidad… o una sentencia. Porque cuando un talento como el de Acosta empieza a mirar más allá, el tiempo corre en contra de quien no le da lo que necesita.
Pedro no es de esperar eternamente. Tiene 20 años, sí, pero también un hambre insaciable. Y si KTM no logra seguirle el ritmo, la puerta de salida puede convertirse en una tentación real. Hay fabricantes mirando. Hay contratos que se abren. Y hay una certeza que crece carrera a carrera: no se puede retener a un piloto de presente con una moto del pasado.