El Marc Márquez más rápido... y más prudente: "Es fácil pasarse"
Marc lideró el viernes en Le Mans con un récord de pista, pero insiste en que la velocidad real se mide el domingo.

Marc Márquez volvió a dar un golpe sobre la mesa en Le Mans, liderando la primera jornada del Gran Premio de Francia con un ritmo que mete miedo. Por la mañana dejó al segundo a casi seis décimas y por la tarde destrozó el récord absoluto del trazado con un imponente 1:29.855. Pero si alguien esperaba un Marc eufórico, se encontró con la versión más prudente del ocho veces campeón del mundo. Contento, sí, pero con los pies en el suelo y la mente puesta en no repetir errores.
"No tenía ninguna duda de que la velocidad la tenemos, la hemos demostrado toda la temporada. En el test de Jerez ya me encontré muy bien; hoy también, cómodo", reconocía el de Ducati Lenovo. Pero inmediatamente rebajaba cualquier exceso de confianza: "Es viernes. Precaución al máximo, prudencia al máximo porque mañana y el domingo es cuando se reparten los puntos, y ya me ha pasado en dos de cinco que el domingo he fallado".
Márquez hace referencia a Austin y Jerez, dos escenarios donde estuvo en posición de luchar por la victoria... hasta que se fue al suelo. Experiencias que le han llevado a matizar su enfoque: ser rápido no basta, también hay que saber administrar los domingos.
El clima y la estrategia
Para colmo, la lluvia podría aparecer el domingo, algo que Márquez afronta con naturalidad. "¿Preocupación? Nada. En agua también me he encontrado cómodo. Cuando vas bien en seco, prefieres que siga así. Ya pediremos lluvia cuando toque sufrir en seco, pero si llega, será igual para todos. Hay que entender las sensaciones y adaptarse". De momento, su primer objetivo es claro: asegurar una posición en la primera fila de parrilla. "Eso será clave para luego tener margen de maniobra".
Márquez no esquiva el análisis de sus rivales, pero tampoco se obsesiona. "Para mí, el principal rival es Pecco. Cuando hace un viernes bueno, significa que está allí. Quartararo está en Francia, va a arriesgar; Viñales ha estado muy fuerte con goma usada; y Álex [su hermano], es el líder del Mundial. Cuando vas líder, incluso sufriendo en un circuito, al final sacas resultados".
Pero el verdadero rival, lo deja claro, es él mismo. "Tienes que estar preparado. No puedes esperar ser muy superior, todos son buenos y si te despistas, te ganan. Hay que pilotar al máximo con tensión, pero también con cabeza. No me siento extremadamente rápido encima de la moto, pero los tiempos son muy rápidos. Me tengo que marcar el límite por lo que dice el crono, no por la sensación".
Entender la moto y aceptar sus límites
La adaptación a la Ducati sigue en curso, y Márquez empieza a comprender las claves del error. "He tenido dos caídas los domingos: una por pisar demasiado el piano y otra por no tener el extra de precaución al ir detrás de dos motos. Antes siempre iba buscando rueda; ahora giro solo todo el fin de semana. Esa diferencia en sensaciones se nota. La moto tiene límite, claro, pero parece que siempre tenga un poco más. Es fácil pasarse".
Aun así, el balance es positivo. Márquez sonríe, pero con los dientes apretados. La velocidad está. Las ganas, también. Pero sabe que en MotoGP, lo único que cuenta de verdad es el domingo. Y esta vez, quiere terminar el trabajo.