MOTOCICLISMO

La madre de Luis Salom le recuerda ocho años después: "Mis hijos habían perdido a un hermano; no podían perderme a mí también"

La madre del añorado Luis Salom habla con Relevo de la figura del piloto español que falleció en 2016 en el GP de Barcelona.

Luis Salom y Maria, su madre. /MotoGP
Luis Salom y Maria, su madre. MotoGP
Raquel Jiménez

Raquel Jiménez

Cualquiera que compartiese apenas un segundo con Luis Salom sabía que su otra mitad era su madre. María Horrach, como tantas madres y padres que se sacrifican por ver a sus hijos cumplir un sueño, hizo lo propio por cumplir el sueño de su hijo de ser piloto del mundial. Donde iba Luis, iba María. "A nivel familiar se decidió así porque mi marido tiene un negocio y no podía abandonarlo tanto tiempo, porque además nosotros no vivíamos de nuestro hijo. Es decir, Luis vivía en casa y lo que ganó en ese tiempo era para él. Así que ese negocio había que atenderlo y no podía mi marido estar viajando cada semana. Sí que es verdad que llamaba la atención que la madre lo acompañara a todos los circuitos", relataba María en una charla con Relevo.

Precisamente por eso, cuando el mallorquín perdió la vida en los entrenamientos libres del Gran Premio de Barcelona en 2016 una parte de María se fue con él. La otra parte, "primero por inercia" y segundo por supervivencia, sigue adelante, aunque sin uno de sus tres dedos. "En esta casa quedó un vacío. Era terrible, ese silencio... Luis, es que era todo en esta casa. Era mi confidente, mi amigo, mi hijo, mi gran amor... Igual que lo son mis otros hijos. Pero cuando te dicen qué dedo quieres que te corte, oye, pues ninguno, ¿sabes? Todos me van a doler. Y este fue el caso de aquel silencio que hubo en esta casa y tienes que volver a empezar de cero. Empiezas de cero y tienes que conformarte, porque por más vueltas que le das y por más qué te preguntas, no cambia", confesaba.

"Al principio sigues por pura inercia"

María Horrach Madre de Luis Salom

Cualquier momento es oportuno para recordar al Mexicano, como tanta gente conocía a Luis. Un mote que le viene por una anécdota con un caballo de carreras que tenía el hermano de su manager y que le acompañó durante su trayectoria en las dos ruedas. Desde que él no está, lo hace su madre porque explicar la historia de Salom, es explicar la de María también. Esa figura que le acompañó durante sus años en el paddock de MotoGP -el cual no ha vuelto a pisar desde aquel fatídico 3 de junio de 2016-, pero sobre todo una madre que acabó perdiendo a uno de sus tres pilares.

"Al principio sigues por pura inercia, tienes que continuar, tienes dos hijos más. Y lo que yo tenía clarísimo es que no podía hacer víctima a mis hijos de lo que había pasado ¿Qué significa eso? Ellos ya habían perdido a su hermano, no podían perder también a su madre. No físicamente, pero sí en el sentido de que era una madre destruida, metida en la cama, que es lo único que me apetecía, estar metida en la cama, dormir y no pensar. No lo pude hacer nunca, me tenía que levantar cada mañana y seguir para adelante. Entonces, esto lo tuve claro desde el principio", explicaba.

Sea como fuere, -a pesar del dolor que supone perder a un hijo-, una de las grandes virtudes que tenía el mallorquín era esa capacidad por desprender luz. De hecho, cariñosamente, muchos se atrevían a llamarle 'la sonrisa del paddock'. Precisamente, y a pesar de las tantas peripecias que en sus años como piloto hizo encima de las Moto3 y las Moto2, el legado más importante que Luis dejó fue precisamente ese cariño que, después de ocho años y medio tras su accidente, sigue estando muy presente.

Luis Salom y Maria, su madre.  MotoGP
Luis Salom y Maria, su madre. MotoGP

"Luis era una persona con muchísimo carisma, un niño que era un hombre, porque maduró muy rápido ya desde pequeño, con el que podías mantener cualquier conversación, que siempre se interesaba por todo y por todos. Era curioso, le encantaba saber, conocer la historia, la gente, todo. Se paraba con todo el mundo a hablar. Todo el que le paraba, él no tenía prisa en que le contaran su historia y siempre tenía palabras bonitas y amables", confesaba.

Precisamente ese carisma que le llevó a renunciar a algunos lujos que acompañan a muchos pilotos, como el hecho de viajar en primera clase, por mantenerse cerca de los suyos. "Te voy a contar una anécdota, en 2013 volvíamos de Japón, ya la última carrera de la gira y yo cogí un gripazo de estos importantes, venía con 39 de fiebre y él se fue, me sacó un billete en business para que viajara más cómoda, y él siguió en turista. Me venía a visitar de vez en cuando a ver cómo me encontraba", contaba.

"Le encantaba conocer las historias de la gente"

María Horrach Madre de Luis Salom

Desde entonces hace ocho años, la vida de María ha continuado teniendo siempre presente en cada paso de su vida a su Luis. Cada año, la familia Salom organiza una ruta conmemorativa en honor a Luis Salom en su Mallorca natal y en el paddock de MotoGP y entre tantos otros aficionados al deporte, el Mexicano sigue muy presente. "Ha habido gente que me ha sorprendido para muy bien y otra gente que me ha sorprendido para no tan bien", añadía.

Ahora el presente de María pasa por sus otros dos hijos, su marido y sus dos nietos, los pilares de una mujer coraje y la otra parte, junto a su padre, de Luis. "Ahora tenemos un nieto de ocho años -que nació siete meses después del accidente-. Y hace un añito tuvimos una nieta. Además, tengo un hijo menor que Luis, que es el pequeño, que tiene 30 años y que tiene una discapacidad importante. Es la luz de nuestra vida este hijo", concluía.