MOTOGP | GP DE AUSTRALIA

Ni el protector de la visera de su casco pudo arruinar lo que Marc Márquez quería de Australia

El piloto español suma su tercer triunfo en 2024 con una actuación que quiere que asiente los pilares del gran objetivo para 2025.

Márquez celebra su victoria en Australia. /EFE
Márquez celebra su victoria en Australia. EFE
Borja González

Borja González

Circuito de Phillip Island (Australia)-. El sprint de Australia terminó con un sabor agridulce para Marc Márquez. Falló en la primera curva de la primera vuelta y eso le impidió agarrarse a la rueda de Jorge Martín, algo que creía que podía hacer, porque se había sentido muy fuerte a lo largo de todo el fin de semana en uno de esos circuitos con mayoría de curvas de izquierdas que tiene señalado. Así que su cara el sábado mostraba que las cosas no habían salido como estaban planeadas, pese a haber cruzado la meta en la segunda posición. Pero si una cosa buena tiene el nuevo formato es que brinda siempre una segunda oportunidad, la más golosa, la de la carrera. Y para eso también se sentía preparado.

"Está claro que Marc es el piloto más rápido junto a mí. Yo esperaba que los dos pudiéramos escaparnos y creo que así hubiera sido una carrera muy diferente, pero ha tenido un problema en la salida. Mañana puede ser una baza también buena para mí irme con él y tener una carrera más tranquila, pero veremos", nos decía tras ese sprint el ganador, Martín. Un pronóstico que se cumplió el domingo, aunque de nuevo la salida amenazase con arruinar la carrera de Márquez. Por un motivo más que extraño… Los cascos de los pilotos se cubren con unas tiras de plástico, conocidas como 'tear off', que se enganchan con cinta adhesiva y que se pueden quitar en marcha gracias a unos tiradores, lo que les permite mantener lo más clara posible la visibilidad cuando se van enganchando insectos u otro tipo de impurezas.

"Llevas dos, o a veces tres, pero normalmente yo pido siempre dos, uno por si te pasa algo en la vuelta de formación. Se ha visto que aquí hay unas moscas muy grandes, no sé lo que son. Cuando estaba poniendo el dispositivo de salida delantero he notado que tenía como una tela o un pegamento en la zona de los ojos, y ahí es donde he decidido quitarlo y he tenido la mala suerte de que se ha ido a la rueda de detrás. No es una regla, pero es algo hablado entre los pilotos, el no tirarlo en la parrilla de salida, pero, si os fijáis, cuando lo tiro, lo doblo y lo engancho con los dos celos, para que ocupara menos, porque sé que pueden pasar estas cosas. Siempre lo he hecho así, pero desde que pasó no sé qué con Miller en el 'airbox', lo hablamos y se intenta evitar. Se ha ido a la rueda de detrás, y yo no sabía que estaba ahí, he visto que se colaba por debajo, pero he pensado 'será mala suerte que se haya quedado en la rueda', pero justo se ha quedado en la rueda".

Eso hizo que su rueda trasera comenzase a deslizar, arruinándole, otra vez, la salida. "Cuando he tenido ese problema lo que he hecho ha sido intentar quedarme lo más recto posible, porque sabía que llegaban con más velocidad los otros". Un contratiempo que le mandó hasta el puesto 13, aunque en pocas curvas ya era séptimo. "Sabía que hoy ganaba. Bueno, a lo mejor he dudado cuando he visto la salida… Luego he visto la repetición, y no he entendido cómo ha perdido tan pocas posiciones. Y he entendido que enganchada con Miller le ha ayudado y se le ha abierto el espacio para recuperar posiciones. Pero, lo dicho, sabía que hoy podía ganar, o como mínimo pelear por hacerlo hasta el final con Martín, y ha sabido aprovechar que es perro viejo, explicaba a Relevo su hermano Alex sobre esta escalada de posiciones.

"Ahí me ha ayudado alguien, porque no sabía dónde estaba, veía a muchos pilotos delante, pero he visto una Honda, una Yamaha y me he dicho 'estoy muy atrás'", nos explicaba el 93, sin cambiar el rictus cuando indicaba cómo saber que se está detrás (cuando se está rodeado de motos japonesas). "Pero, entonces, cuando he hecho la primera curva y la segunda he levantado la mirada, y he visto sólo a seis o siete delante. No había más y yo creo que en la primera curva a muchos les ha pasado algo o se han tocado, he visto a mi hermano, a Miller que le ha golpeado por detrás, y se han ido largos, y se me ha abierto un poco el carril". Y, a partir de ahí, Márquez pudo demostrar que, efectivamente, estaba para volver a ganar.

Por tercera vez, después de una primera, la de Aragón, en la que gran parte del éxito se achacó a su capacidad de interpretar el asfalto, y una segunda, en Misano, en la que apareció algo de lluvia, el momento de desconcierto que él aprovechó para ponerse delante, sin Martín en la pelea después de meterse en el box a cambiar de moto. "Evidentemente, siempre es importante ganar, sea como sea la situación y, en la de Misano, todo y que aparecieron cuatro gotas de lluvia, tuve a un Pecco apretando en toda la segunda parte de la carrera y pudimos mantenerle ahí. Y aquí nos hemos jugado la carrera con Martín", nos decía sin querer dar más importancia a la victoria de este domingo. Eso sí, un resultado que interpreta en clave de preparación de lo que puede venir en 2025.

"Son momentos puntuales que si se quiere luchar por un título tienen que ser más constantes, y tenemos que intentar hacerlo en otros circuitos. Pero sí que todas las victorias son importantes, porque te hacen sumar confianza. Y tengo confianza y una estrategia, no un plan, que ya se acabó o funcionó, sino una estrategia marcada que es intentar buscar esa constancia. Y quitando Mandalika, donde no estuvo en mis manos (NdR: se le rompió el motor), he intentado buscar ir mejorando mis puntos débiles, que es la clasificación, que en Motegi hice una buena vuelta, y aquí también, así que intentamos ir mejorando". Porque esa es la idea de Márquez una vez que ha terminado el proceso de adaptación a esta nueva vida post Honda: aprovechar lo que queda de año para llegar con todo claro para volver a pelear por un título ya vestido de rojo oficial Ducati.