MOTOGP

Marc Márquez afronta la prueba del algodón de su rodeo

El Mundial llega este fin de semana al Circuito de Las Américas, un escenario donde el piloto español siempre ha sido demoledor.

Marc Márquez, en el GP Portugal. /AFP
Marc Márquez, en el GP Portugal. AFP
Borja González

Borja González

El 26 de marzo de 2013, unos pocos equipos de MotoGP estrenaban el Circuito de Las Américas en Austin, Texas, Estados Unidos. El trazado estadounidense iba a estrenarse ese año en el calendario del Mundial, la misma temporada en la que Marc Márquez iba a hacer su debut en la cilindrada, dentro del Repsol Honda y cubriendo el hueco del prematuramente retirado Casey Stoner, y como campeón de Moto2 y con la vitola de ser una de las grandes promesas del motociclismo. Algo que, con el paso del tiempo, terminaría confirmando. De hecho, en ese mismo año se llevaría el título, a la primera, después de estrenar su casillero de victorias precisamente en el circuito tejano.

Junto a Márquez salieron a pista ese día su compañero en el Repsol Honda Dani Pedrosa, otro de los pilotos de la marca japonesa, Stefan Bradl (enrolado en el LCR y campeón de Moto2 de 2011), más el dúo galáctico del equipo oficial Yamaha, Valentino Rossi y Jorge Lorenzo, el que tenía que defender en ese curso la corona lograda en 2012. El 93 terminó ese primer día más de cuatro décimas por delante de Pedrosa, como el más rápido. Márquez también lideró estos entrenamientos en la segunda jornada, y de nuevo en la tercera y última, ya sin los pilotos de Yamaha en pista (en ese cierre aventajó a Pedrosa en seis décimas). Una señal de lo rápido que el de Cervera era capaz de rodar en un escenario que terminó convirtiéndose en uno de sus preferidos del calendario (junto a Sachsenring (Alemania), Termas de Río Hondo (Argentina) y el Motorland de Aragón).

"Es como un rodeo", decía por entonces el piloto español, que ha forjado con el paso de los años un currículo excelso en Las Américas. El primer año batió el récord del piloto más joven de la historia en ganar un gran premio de la clase reina, en una pelea con Pedrosa que resolvió con un tirón a cuatro vueltas para el final; en 2014 le metió más de un segundo al que era su compañero de equipo en sólo cinco vueltas; en 2015 necesitó siete giros para pasar de ese segundo, esta vez frente a Andrea Dovizioso; en 2016 al paso de la cuarta vuelta le metía segundo y medio al italiano; en 2017 Pedrosa le aguantó hasta el giro 14 de 21; y en 2018, saliendo cuarto (por una sanción de tres posiciones tras firmar otra pole), había alcanzado el segundo de margen en cuatro vueltas, esa vez con Andrea Iannone detrás. Todos estos resultados tras haber sido el más rápido en los entrenamientos oficiales.

Aunque en 2019 su suerte viró, todo hay que decirlo, más por factores externos. Ese año, de nuevo desde la pole, sacó de rueda a Rossi, y se fugó, hasta que sufrió una caída a mitad de carrera cuando contaba con más de tres segundos de ventaja sobre el italiano. Márquez se bajó cariacontecido de su moto y no quiso desvelar el porqué del incidente, que luego trascendió haber llegado por un error con la electrónica. Ese año el triunfo terminó siendo para Alex Rins. En 2020 no se disputó la cita norteamericana, con aquel calendario especial por la crisis del coronavirus, y en 2021, todavía mermado por la lesión en su brazo, Márquez volvió a ganar, con más de 4 segundos en meta ante Fabio Quartararo, y sin salir dese la pole (ese honor recayó en Pecco Bagnaia mientras que él fue tercero).

Pero este resultado no pudo repetirlo en 2022, aunque sí que dejó su huella en Austin. En un momento en el que la Honda ya estaba tocando fondo, no pasó del noveno puesto en la parrilla. Para complicar aún más las cosas, su moto tuvo un problema en la salida y esto le hizo caer hasta el puesto 24. Una posición desde la que comenzó una frenética remontada hasta la sexta posición final, en una de esas actuaciones que entraron en su increíble historial. Así que es este tremendo currículo en Las Américas (en 2023 no compitió en Estados Unidos por la lesión que se produjo en la primera carrera de la temporada en Portugal en el error en el que se lesionó también Miguel Oliveira) el que hace que las expectativas para este fin de semana sean altísimas. Esto, y las buenas sensaciones que ha transmitido desde que se ha subido a la Ducati.

Es cierto que a Márquez aún le falta ese gran resultado con su nueva moto, y probablemente él será el primero que al llegar a Texas se encargue de bajar el suflé apelando a la necesidad de tiempo para aprender a quitarse los vicios que aún arrastra de la Honda para que eso le permita ser todo lo efectivo que posible con el prototipo italiano. Pero lo enseñado hasta ahora eleva el nivel de exigencia de un piloto que siempre se ha mostrado muy superior en este trazado, cuando no tenía experiencia en la categoría y cuando peor estaba su antigua moto. Una especie de prueba del algodón para entender dónde está y hasta dónde puede llegar en 2024, después de haber sido quinto y cuarto en Catar, y segundo en el sprint de Portugal. Una pelea no sólo contra los demás, sino también contra sí mismo, las expectativas, y su historial americano.