MOTO2

Malasia resarce a Augusto Fernández del error de Australia

El piloto mallorquín analiza para Relevo una carrera en la que pasó de la agonía a una inesperada felicidad en muy pocos segundos.

Augusto Fernández durante la carrera del domingo en Malasia. /GETTY
Augusto Fernández durante la carrera del domingo en Malasia. GETTY
Borja González

Borja González

"He dado gracias, porque creo que ha sido la carrera en la que más he sufrido". Sin parar de sudar, pero con una sonrisa de oreja a oreja, Augusto Fernández acaba de pasar unos minutos agónicos, en los que por dentro estaba temiendo por sus opciones de hacerse con el título de Moto2 2022. En Australia se había caído, sin entender por qué, y le había dado el liderato a Ai Ogura, que estaba penando fuera de los diez primeros. Pero Malasia le cambió de manera sorpresiva el guion.

"He visto banderas amarillas en la curva 9, y digo, 'hostias, a ver…'. Y me acercaba e iba mirando, mirando y pensando, 'que sea Ogura' (Risas). Y cuando le he visto…". Fernández no pudo salir bien, y se quedó encajonado detrás de Jake Dixon, en la sexta plaza, mientras que Ogura peleaba por la victoria con Tony Arbolino por ganar, ampliando la ventaja sobre los perseguidores vuelta tras vuelta.

"Hemos tenido un problema con el neumático trasero, no he encontrado la sensación desde la primera vuelta. El ritmo no era malo. Quizás Ogura y Arbolino tenían mejor ritmo, pero no para quedar tan lejos, para quedarme en el grupo que me he quedado, con Dixon, con Manu (González), con Alonso (López)…" La cabeza de Fernández bullía con muy distintas sensaciones, la desesperación por no rodar como pensaba que podía, la ansiedad por no encontrar la manera de rebasar a Dixon, peleón hasta la extenuación, y la angustia de ver cómo se le escapaba el título.

Porque esta vez no valía con ese mantra de pensar sólo en el momento en el que te encuentras, sin hacer cábalas. "No, no se puede. Sobre todo en las últimas carreras, quieras o no, se te va la cabeza al Mundial, porque tampoco puedes fallar. En un día normal en una lucha como la de Dixon igual habría entrado más fuerte, le habría mandado a la grada y me habría dado igual. Pero no puedes, entrando en ese juego podía caerme, que me penalizasen…".

Dixon, que compite bajo las siglas de GasGas, misma compañía que KTM, que pinta la moto de Fernández. "Ha sido una lucha increíblemente estúpida, que yo también en estas luchas tengo que pensar un poquito, no puedo ir tan fuerte como ha ido él. Tengo que respirar un par de veces. Cuando se ha ido él ya he podido pasar a Manu y luego me he encontrado el regalo de Ogura en el suelo…".

Mientras tiene lugar esta conversación, aparece el japonés, cuya oficina está al lado de la del español. Y este sólo puede ofrecerle la mano y un 'sorry' por algo que en realidad le ha dado medio título, lo que se le fue con el error de Australia. Hace una semana podría haber salido de esa carrera con 13.5 puntos de ventaja en la general. Salió a menos 3.5. A Valencia llegará con 9.5 puntos de margen.

"En las últimas vueltas vi que se estaba poniendo difícil y me iba diciendo 'coge este quinto', porque era quinto en ese momento, 'porque en Valencia todo puede pasar'. La presión de la última carrera, nosotros en casa, Valencia me gusta, puedo apretar y él puede cometer un error, o puedo ganarle… 'Coge esto'". Y de intentar convencerse dentro del casco, a afrontar una situación impensable un minuto antes de la bandera de cuadros. "Si me concentro y saco el máximo del fin de semana de Valencia, luego veremos si hay que calcular un poco. Pero desde el viernes al domingo tengo que estar concentrado, e intentar ganar la carrera, que creo que es posible".