MOTOGP

La luna de miel de Jorge Martín en MotoGP apenas duró 48 horas

El campeón del mundo ha tenido poquísimo tiempo para disfrutar el título y subirse a una nueva moto, a priori, inferior a la que le ha llevado a lo más alto.

Jorge Martín con la Aprilia. /EFE
Jorge Martín con la Aprilia. EFE
Raquel Jiménez

Raquel Jiménez

La fiesta por el título de Jorge Martín no se alargó hasta altas horas de la madrugada. La parte más reseñable se vivió en el mismo circuito, apenas unos minutos después de la protocolaria rueda de prensa de campeón del madrileño, el tiempo justo para que su equipo preparase todo para el inicio del festejo. En el box del recién coronado Prima Pramac todo eran vítores, cánticos, brindis y baños del típico Prosecco que se entrega a los afortunados del podio, y que en el caso de Martín el domingo era ilimitado, ventajas de campeón.

La fiesta duró poco porque en apenas 48 horas Martinator tenía que subirse a su nueva moto para los primeros test de pretemporada de cara al nuevo curso. Un momento especial para todos aquellos pilotos que cambian de marca —este año, nueve en total—, y para Martín, que solo dos días después de poner la placa en la torre de campeones, se estrenaría con sus nuevos colores, aunque a priori, inferior a la campeona.

Aún con la resaca del domingo, llegaba Martín al inicio de su nueva aventura este martes en el trazado de Barcelona-Cataluña, otra de las novedades venidas por la DANA que azotó hace unas semanas Valencia. Primeras gestiones, visitas a la pista donde atendió a DAZN y vuelta al box para ponerse manos a la obra. "Estoy muy feliz, con mucha paz y con muchas ganas también. Ayer me acosté llorando y hoy me he levantado llorando, las emociones empiezan a salir porque esto empieza a ser real", reconocía aún con la resaca emocional de todo lo vivido en el último fin de semana de la temporada. Aunque eso sí, sin tiempo de terminar de saborear de pleno el resultado del trabajo de una temporada, e incluso de una vida.

La primera jornada de test de pretemporada, que suele servir más para conocer a las nuevas máquinas que para determinar el estado real de cada equipo, sirvió de reset para el madrileño que este año tiene la tarea de llevar a la Aprilia a lo más alto. Un trabajo arduo si tenemos en cuenta que los de Noale terminaron terceros en el mundial por equipos de la presente temporada, por detrás del gigante Ducati y de KTM, que este año estrena filas. Y algo poco habitual en un campeón de la talla de Martín, pero que tras los primeros coletazos llena de esperanza tanto al piloto de San Sebastián de los Reyes como a la propia Aprilia.

De hecho, tal eran las ganas de dar comienzo a su nueva era que ya desde primera hora de la mañana, el madrileño entraba a su nuevo box con la mentalidad puesta en trabajar en su nueva moto. "El primer contacto con Aprilia ha sido brutal, parece que lleve aquí ya tiempo. El haber tenido a Aleix (Espargaró) también ayuda a que todo sea más fácil", concluía. Las pocas declaraciones del madrileño ante los medios por el contrato vigente que mantiene con Ducati este año y que le impide hablar de su nueva marca.

A las 11 empezó la verdadera tarea, trabajando a lomos de un prototipo inferior a la Ducati con la que el domingo consiguió el título de campeón del mundo, y una película muy distinta a la que hubiese vivido en caso de haber sido el elegido por los de Borgo Panigale para promocionar al equipo de fábrica, lugar en el que este martes ya estuvo presente Marc Márquez. Pero un reto que, desde el primer momento, ha llenado de motivación a Martinator, a lo que se sumaban unas primeras sensaciones prometedoras.

Su primera vez encima de la Aprilia

De hecho, en su primera entrada al box llegó la imagen más esperada, la sonrisa del madrileño y sus primeros comentarios. "Delante, mejor que la Ducati. Me he sentido bien en curva desde el principio y tengo buen feeling". Sin embargo, también señaló áreas de mejora: "Las configuraciones del mapa motor están por definir. En curvas como la 12, en segunda marcha, hay demasiada potencia al salir, lo que hace que la moto tienda a levantarse. Tenemos que reducir eso". Irónicamente, el mejor tiempo era para Álex Márquez con la moto con la que el madrileño logró el título apenas dos días antes.

Algo menos de siete horas de intenso trabajo para el madrileño, que en el parón de mediodía ya había ascendido hasta la novena posición. Un resultado que sabe a poco en el caso del vigente campeón, pero que, de alguna manera, simboliza un buen inicio. Además, en la segunda tanda del día, Martinator sumó su primera caída del día precisamente en la curva 5 del trazado de Montmeló, el punto más característico para Martín por su estilo de pilotaje. Eso sí, sin consecuencias y como parte del proceso de adaptación.

A falta de 15 minutos para la bandera a cuadros, el madrileño dio por terminada la intensa jornada en la 11ª posición. Una película muy distinta a la que vivió el fin de semana en Barcelona pero que, sin embargo, no quita la sonrisa al de San Sebastián de los Reyes que ya se prepara para las ansiadas y merecidas vacaciones.