MOTOGP

La guerra de guerrillas de Yamaha

La marca presenta su proyecto 2023 con aires guerreros, con Quartararo como líder y sólo dos motos para retar al ejército Ducati.

Fabio Quartararo y Franco Morbidelli, en la presentación. /Yamaha
Fabio Quartararo y Franco Morbidelli, en la presentación. Yamaha
Borja González

Borja González

MotoGP empieza a despertase de su larga hibernación. Un invierno que comenzó tras el primer (y único hasta el momento) entrenamiento de la pretemporada 2023, el pasado 8 de noviembre, y que finalizará con el arranque del test de Sepang, el próximo 10 de febrero. Aunque este martes, el equipo de fábrica de Yamaha ha sido el primero en dar señales de que el show está a punto de comenzar con su presentación oficial desde Yakarta, Indonesia, en la madrugada europea. Un escenario que evidencia la importancia del mercado asiático para el mundo de la moto.

Una presentación, dicho sea de paso, con pocas novedades: los pilotos son los mismos, Fabio Quartararo y Franco Morbidelli, y los colores parecidos, con Monster de nuevo como principal patrocinador. Un carenado 'parecido', que no igual, porque evidencia un toque de camuflaje que pretende rejuvenecer estéticamente el proyecto, además de darle un punto de agresividad. "Os habréis dado cuenta de que es un poco más agresiva, un poco más juvenil. Porque ese toque de camuflaje no es por casualidad", reconocía Lin Jarvis, el máximo responsable del proyecto. "La idea que se quiere transmitir es un '¡Vamos a la batalla! ¡Vamos a la guerra!'", añadía.

Y para esa 'guerra' Yamaha va a contar, por encima de todo, con un arma: Quartararo, el campeón del mundo de 2021 y subcampeón de 2022, incapaz el año pasado de frenar la mayor remontada de la historia protagonizada por Pecco Bagnaia y Ducati. "Quiero volver a pelear por el Mundial. Creo en mi equipo, en Yamaha, y quiero recuperar el título", afirmaba desde Indonesia el francés, que aún se está recuperando de una lesión (con operación) en su brazo izquierdo que se produjo entrenando en motocross en diciembre, un contratiempo en su preparación.

Para esto, Quartararo necesitará un paso hacia delante de Yamaha en el desarrollo de su moto. En la primera prueba con el nuevo prototipo en Misano en septiembre sólo se escuchaban comentarios positivos, sobre todo en lo vinculado al motor, el tradicional punto débil de la M1, puesto una y otra vez en evidencia, sobre todo, por Ducati. Aunque la segunda pareció un jarro de agua fría… Porque en Valencia volvieron las dudas, sin que nadie diese un por qué. Unas dudas que tendrán un sentido u otro en Sepang: si Yamaha ha dado en el clavo, o si va a seguir con la misma cantinela.

"Hemos cambiado casi todas las áreas de la moto, especialmente para mejorar la velocidad punta, nuestra primera prioridad", confirmaba Takahiro Sumi, jefe de proyecto de Yamaha. Una marca con pocas novedades, aunque quizás sí con una que puede ser relevante, porque va a contar sólo con dos motos en la parrilla, contra las ocho Ducati o las seis KTM. Algo que nunca había pasado en la era MotoGP, ni prácticamente desde que la casa japonesa compite en la clase reina. Un hecho, en términos de información técnica, que suele considerarse como muy importante.

Y para que esto no sea un hándicap mayor, Quartararo va a necesitar a su compañero, uno de los grandes enigmas de la categoría. Porque en 2020 Morbidelli había sido subcampeón del mundo por detrás de Joan Mir (a sólo 12 puntos) mientras estaba enrolado en el antiguo equipo satélite de Yamaha, para pasar a terminar decimoséptimo y decimonoveno en 2021 y 2022, respectivamente.

"Estoy buscando redimirme", confesaba el pupilo de Valentino Rossi en la presentación de su marca. "Cuando pasé al equipo oficial (NdR: a mitad de 2021) me encontré con una moto con otra especificación y me tuve que readaptar, algo que exigió tiempo. Pero sobre todo al final de la pasada temporada empecé a tener sensaciones positivas". Una cuestión, la de recuperar a Morbidelli, importante para Yamaha (ya se ha empezado a hablar de posibles sustitutos, como Jorge Martín, tras su frustración por perder el asiento de fábrica de Ducati frente a Enea Bastianini), que pese a todo cuenta con uno de los favoritos al título. Porque Quartararo, junto a Marc Márquez, debe de ser uno de los grandes rivales del campeón Bagnaia.