Bagnaia, el pupilo de Rossi que devuelve a Italia a lo más alto
Pecco Bagnaia se ha convertido en campeón de MotoGP, cumpliendo el sueño de Ducati de lograr el título con un italiano.
"Es una persona muy inteligente, sabe perfectamente lo que quiere, cree muchísimo en sí, y eso es fundamental para poder luchar por un campeonato. Lo más importante es creer en ti mismo y saber rodearte de las personas adecuadas y coger los consejos que tú creas que son adecuados. Y Pecco es una persona que escucha muchísimo. Al principio a lo mejor cuando le dices algo no se lo toma bien, pero sí que lo escucha. Y si luego realmente ve que es una cosa que puede funcionar, lo aplica".
El que así define al nuevo campeón del mundo de MotoGP es Pablo Nieto, team manager del equipo Mooney VR46. El español lleva muchos años dentro del proyecto de academia de Valentino Rossi, que ha logrado su obra cumbre este domingo, después de los títulos en Moto2 del propio Bagnaia en 2018 y un año antes de Franco Morbidelli.
"Para ser campeón del mundo se tienen que juntar una serie de circunstancias, tiene que ser todo perfecto. Frankie (Morbidelli) se lo jugó, al final no pudo ser pero estuvo prácticamente luchando hasta la última carrera", recuerda sobre la primera oportunidad que tuvo Rossi de 'sumar' su décimo título, en 2020. "Podemos decir que es su primer título en MotoGP como manager más que el décimo… Y le hace mucha ilusión. Le mete muchas horas a este proyecto, está al tanto de todo, quiere estar siempre con los chicos, entrena con ellos". Este fin de semana, el icono italiano pudo presenciar en Valencia el positivo para él desenlace de MotoGP.
"Vale es todo, es un jefe, es un amigo, es un hermano mayor, es todo", explicaba Morbidelli. Una ayuda a la que ha ido recurriendo el nuevo campeón, el primer italiano en conseguir un título de la clase reina con Ducati, el binomio soñado por la casa boloñesa cuando precisamente fichó a Rossi en 2011, el segundo en lograrlo con la Desmosedici tras Casey Stoner en 2007.
"Pecco llama mucho a Vale, y le pide muchos consejos. Al final están siempre en contacto y tienen una relación muy buena. Si le puede ayudar en cualquier cosa, lo va a hacer. Esto es un grupo de amigos que están yendo muy rápido en moto y entre unos y otros se están ayudando", explica Nieto sobre el entorno VR46. Un piloto, Bagnaia, que habla perfectamente español después de haberse desarrollado en nuestro país y de haber comenzado a brillar en el equipo de Jorge Martínez Aspar en 2015 y 2016 con una Mahindra, y como compañero de equipo de Jorge Martín.
Bagnaia no suele perder la sonrisa, una sonrisa cortés, la de un tipo con apariencia de tímido y de trato muy educado. "Tiene mucho más carácter de lo que se ve desde fuera", advierte Nieto. "Y es importante tenerlo, porque te estás jugando muchísimo. Si no tienes carácter encima de la moto o dentro del box… Pero siempre con respeto. Tienes que tenerlo para poder manejar la situación". Y dentro del box, y fuera de él, siempre tiene a su lado a su hermana, Carola.
"Siempre ha tenido muchísima relación con ella. Es una chica encantadora, no se mete en nada, lo único para lo que está aquí es para ayudar a Pecco, en lo que necesite. Y no se mete en nada. Y Pecco necesita tranquilidad. Él es organizado, no es por eso, pero ella es igual en ese sentido. Si tu hermana o hermano saben estar y te conocen más que nadie, ¿qué mejor que ellos?".
En este tramo decisivo Bagnaia también ha tenido a su lado a su novia, Domizia Castagnini, que no ha ocultado la tensión que ha pasado, algo tan evidente que hasta el piloto turinés ha usado para reírse de ella y, de paso, encontrar una manera de rebajar la tensión. Confiesa que le gusta la cocina, y se declara fan de la Juventus de Turin.
En sus inicios lució en su moto el dorsal 41, como seguidor declarado del japonés Noriyuki Haga, un extraño ídolo viniendo de un país con tantos ídolos; en el Mundial eligió el 21, esta vez por Troy Bayliss, australiano pero leyenda precisamente de Ducati. De hecho, al no poder usar ese dorsal en Moto2 decidió doblarlo en Moto3, después y multiplicarlo por tres en MotoGP, para llegar a este 63 con el que se ha coronado campeón del mundo de la clase reina, el primer italiano en lograrlo desde 2009, el año del último título de Rossi.