MOTOGP

Ataque inconsciente y defensa perfecta: las armas de Binder en el sprint argentino

El sudafricano sorprende a sus rivales al ser capaz de llevarse la primera victoria en Termas desde la penúltima línea de la parrilla.

Binder, tras ganar la carrera al sprint de MotoGP. /AFP
Binder, tras ganar la carrera al sprint de MotoGP. AFP
Borja González

Borja González

Circuito de Termas de Río Hondo (Argentina)-. Brad Binder es un tipo peculiar, de la estirpe de los pilotos anglosajones, con una cultura diferente, como lo fueron los grandes estadounidenses o australianos, como lo es su compañero Jack Miller (australiano). Campechanos, poco ostentosos. Por ejemplo, todos los que compiten en MotoGP suelen contar con alguna persona que les acompaña para viajar y que les ayuda en el día a día con el material de competición y otras labores, algo que ayuda a descomprimir sus apretadas agendas. A Binder, KTM ha tenido que obligarle a incorporar esta figura, porque a él ya le iba bien lo de pasarse a buscar sus monos y cascos, y preparar sus cosas, aunque es verdad que muchas veces terminaba despistándose.

En la carrera del domingo pasado en Portugal, el sudafricano terminó sexto después de haber salido decimoquinto. Con un arranque explosivo, como suelen ser los suyos, un estilo que muchas veces deja víctimas por el camino. Aquel día fue Aleix Espargaró el que se quejó de una agresividad que podríamos definir más como instintiva que malintencionada. Este sábado rizó el rizo y desde la misma casilla de salida fue capaz de llegar a la tercera posición al paso por la primera vuelta. "No lo sé, no me la explico", confesaba un poco asombrado precisamente Espargaró. "Binder se la ha jugado en la curva 1, con todo el interior mojado, y ha sido el único que lo ha cogido. Y le ha salido bien, así que chapeau por él".

Y es que después de una noche con lluvias, la pista argentina no terminó de estar en perfectas condiciones en todo el día, lo que hizo que en esa zona del trazado se mantuviesen parches de humedad. Un detalle en el que el sudafricano ni se fijó, fiel a su manera de plantear las partidas. Binder tomó esa vía, e incluso su moto terminó agitándose, dándole un susto, pero ni eso le frenó: la agarró con fuerza y aguantó el intento de aprovechar ese instante para adelantarle de Pecco Bagnaia.

Brad Binder celebra con KTM la victoria en la Sprint del GP de Argentina 2023.  Reuters
Brad Binder celebra con KTM la victoria en la Sprint del GP de Argentina 2023. Reuters

"Se ha salido del lío y ya está", explicaba Maverick Viñales, otro espectador de lujo de la obra de Binder. "Ha pillado un huequecillo y ya está. En la curva 3 lo tenía justo delante y ha soltado los frenos sin que sepa con quién se ha tocado. Creo que con Pecco", comentaba entre risas el de Aprilia.

Porque el de KTM sólo miraba hacia adelante, hacia el primer puesto que agarró en la tercera vuelta tras adelantar a Franco Morbidelli, posición que ya no abandonaría hasta cruzar la línea de meta. "He apretado mucho en las dos o tres primeras curvas para recuperar el máximo de tiempo posible. Cuando he visto que estaba tercero o cuarto he tenido que sacudir mi cabeza para ver si era real", reconocía el dorsal 33, que llegó incluso a abrir un hueco cercano al segundo de ventaja sobre sus perseguidores, y eso sin haber sido capaz de enseñar un ritmo rápido de carrera a lo largo de todo el fin de semana. "Yo cuando han pasado dos o tres vueltas me he preguntado '¿ese es Binder?'. Ha sido un poco loco, la verdad", añadía otro de los que le vio pasar como un cohete, Jorge Martín.

Aunque para cerrar su gran actuación, Binder tuvo que sacar a pasear otra de sus cualidades. "Es un gran frenador, va cerrando muy bien todos los huecos", reconocía Marco Bezzecchi, segundo en meta, y que con un poderoso final le apretó las clavijas hasta llevar su ventaja del medio segundo a las 72 milésimas con las que cruzó la meta.

"Vi +0.5 en mi pizarra, así que entré bastante confiado en la última vuelta. Pero al final de la recta de atrás comencé a escuchar una moto cerca de mí y me dije: 'Mierda. Voy a tener que bloquear'. Así que he intentado hacer lo más corto posible lo que quedaba de vuelta para hacer que si el que venía detrás quería pasarme tuviese que hacer un movimiento bueno de verdad. Cuando he cruzado la meta he respirado. Es que no podía imaginarme que algo así pudiese pasar hoy, saliendo el 15º. Es irreal". 'Unreal', como dicen los anglosajones.