La difícil perspectiva de Aprilia con pilotos que se van y un ojo en 2025
La marca italiana ha asumido que este año no ha ido como se esperaba y afronta un fin de ciclo antes de un cambio masivo.
El domingo de la carrera de MotoGP del Gran Premio de Japón dejó un reguero de mensajes de frustración en los pilotos de Aprilia. Unos lamentos que vienen escuchándose desde hace muchos fines de semana, aunque a veces aparezca algo positivo, como el tercer puesto en la parrilla de salida de Maverick Viñales en Motegi. Viñales, el hombre que colocó a la moto italiana en lo más alto en el tercer gran premio del año, en Estados Unidos, cuando se llevó las victorias en sprint y carrera y empezó a sonar como candidato al título. "Tenemos la mejor moto", llegó a decir el máximo responsable de Aprilia, Massimo Rivola, aquel domingo.
"¿Yo te dije que teníamos la mejor moto? Pues ya está. Es normal, la gente se emociona demasiado. En Austin conseguí hacer lo que hice en Motegi el sábado. Sacarme de la chistera todo lo que tenía. Mirándolo así, eso fue un milagro. Luego llegamos a Jerez y fue un desastre", resumía Viñales, que terminaba su charla con un 'vuélvele a preguntar…' con una medio sonrisa irónica. Esto en un piloto que el año que viene no estará en la marca, después de decidir marcharse a KTM. "Sé que las dos oportunidades que tenía eran Mandalika y Phillip Island. Intentaremos ser perfectos allí", apuntaba en referencia al trazado australiano, escenario de la próxima parada del Mundial.
"Asfalto nuevo, circuito en el que la moto tampoco cuenta mucho… Sabemos ahora mismo que hay una marca que juega a otra categoría, pero vamos a intentar estar ahí", añadía, apuntando a la falta de tracción de su moto como la mayor rémora en estos momentos. "Los tiempos se están destrozando, las carreras son 10 o 12 segundos más rápidas, y eso es porque los que lo hacen, que siempre son Ducati, son capaces de tener mucho más grip", apuntaba su compañero Aleix Espargaró, otro que no estará en Aprilia en 2025 (va a ser piloto de pruebas de Honda). "En moto sólo hay manera de ir rápido, que es con el grip. Cuanto más grip, más rápido vas, no falla. Ellos son capaces de tener ese extra grip, y nosotros no", explicaba en referencia a la falta de agarre de la moto.
"Fácil: la moto es lenta, y no hay más", nos daba como explicación Raúl Fernández, el único que va a continuar en la fábrica. "No hay grip, y no vamos. Poco puedo decir… Llevamos dos carreras… bueno, perdón, desde mitad de año, que salvamos los oficiales, parece que en los sprints con la blanda lo salvamos, pero llega la carrera y no tenemos ritmo. Maverick se ha metido ya tres veces en primera fila, y luego no pelea por el podio. Un tío que se mete en la primera fila es un claro candidato al podio". Fernández cambió la moto 2023 por la 2024 a mitad de año, en Inglaterra, y desde ahí no ha vuelto a asomar, después de perder unos fines de semana para adaptarse, y otros para avanzar en 2025, aunque eso le hizo perder el camino.
"No sé si con el cambio este se piensa ya más en el año que viene, pero tenemos cuatro carreras delante muy importantes para nosotros, para mí como piloto, que me quedo aquí y quiero hacerlo bien, y para mi equipo, que se está dejando la vida. No se tiene que abandonar ahora". Y con 'el cambio este', Fernández se refería al anuncio durante la cita japonesa de que el proyecto técnico va a pasar a ser dirigido por Fabiano Sterlacchini, exnúmero dos en Ducati y que desde 2021 se había pasado a KTM, una relación que terminó de manera sorpresiva antes del parón veraniego. El que hasta ahora se encargaba del proyecto de Aprilia, Romano Albesiano, llevará las riendas del de Honda.
Y es que este es el mensaje que sale de la fábrica italiana: que han tomado buena nota de que las cosas no están yendo como estaba previsto, y que esto ha terminado provocando cambios para 2025. Viñales y Espargaró dejarán sus sitios a Jorge Martín y Marco Bezzecchi, que llegarán con jefes de mecánicos nuevos, que sustituirán a los experimentados Manu Cazeaux (que llegó con Viñales) y, sobre todo, Antonio Jiménez, desde el principio al lado de Espargaró, y que le acompañará a Honda en el equipo de pruebas. Unos movimientos que ejemplifican el nivel de estrés al que Ducati está sometiendo a sus competidores.
Porque en dos años todos han cambiado de rumbo: Sterlacchini ha dejado KTM, aunque falta por saber si alguien le sustituirá (de momento sigue ahí Sebastian Risse, que vio nacer la moto); como se ha mencionado, Honda se revolucionará poniéndose en manos de Albesiano; y Yamaha lleva ya casi dos años con Max Bartolini a los mandos, otro que venía de Ducati. "Es frustrante. Si estoy en la carrera y veo que Maverick está luchando por el podio, que Aleix está luchando por el podio, y yo estoy donde estoy, me quito el casco, me callo, veo en qué hay que trabajar y lo trabajo. Pero llego al box, me quito el casco, veo dónde está Aleix, cojo los datos y veo que no hay más, y que aún así estamos a 30 segundos… Falta algo", insistía Fernández, que pone a voz a esa frustración que se vive fuera del idílico mundo Ducati.