El luchador que olvidó las peleas callejeras y los grupos ultras por un libro de un samurái: "Soy otra persona"
Jiri Prochazka es uno de los luchadores que mayor cariño reciben del público de UFC. Su estilo de vida 'samurai' encandila a los fans, que lo disfrutarán este sábado en el UFC 311.

Jiri Prochazka (Brno, República Checa) es un tipo peculiar. Como luchador es uno de los que más encandila a los aficionados de la UFC. Valiente y con una calidad por encima de la media, fue campeón del peso semipesado en verano de 2022. Sólo dos veces de 36 ha escuchado la decisión de los jueces. Gusta por calidad y también por su estilo de pelea.
Su manera de ser fuera de la jaula también gusta, y mucho. El checo, de 32 años, acostumbra a realizar rutinas que llaman mucho la atención. Por ejemplo, antes de realizar su primera defensa como campeón decidió hacer un retiro de tres días como parte de su entrenamiento. Se fue a la montaña y vivió, a oscuras, sin comida ni agua durante 72 horas. Buscaba, con mucha meditación, hacer frente a "sus demonios internos".
El plan no salió bien, ya que su revancha ante Glover Teixeira nunca llegó a suceder. El luchador sufrió "la peor lesión de hombro de la historia" cuando se preparaba para el pleito y estuvo un año fuera de la acción. Tuvo que renunciar al cinturón y aunque ha vuelto a buen nivel no ha sido el mismo. Desde su regreso ha peleado tres veces y en dos de ellas ha perdido y por KO, aunque fueron contra Alex Pereira.
Su mentalidad 'samurai' le ha permitido superar las adversidades para intentar regresar al camino del éxito. Dos KO's en siete meses es una losa difícil de superar y eso intentará hacer este sábado en el UFC 311. Se enfrentará al también excampeón Jamahal Hill en una pelea en la que es favorito y significa un todo o nada para él. Una nueva derrota le dejaría a años de luz de una nueva oportunidad titular.
La tesitura deportiva es compleja, pero Prochazka siempre ha sabido reubicar su vida cuando más perdida parecía. Su infancia no fue nada sencilla. La muerte de su padre cuando tenía seis años fue un lance que le marcó. Probó muchos deportes (fútbol, practicó de manera competitiva BMX), pero en las peleas callejeras que se organizaban en su ciudad encontró 'la paz'. Más de 100 de esos combates tuvo. La dinámica le llevó a pasar a formar parte de los ultras del Zbrojovka de Brno, equipo que en los últimos años milita entre la primera y segunda categoría de República Checa. Como ultra, Prochazka continuó con las peleas callejeras y participó en múltiples incidentes. Destacó una enfrentamiento de 30 personas contra otras 30.
Su adolescencia fue compleja, pero encontró las artes marciales y su vida empezó a cambiar gracias al deporte. En 2012, con 20 años, debutó de profesional y poco después su entrenador le regaló 'El libro de los cinco anillos' de Miyamoto Musashi. Lo que le había inculcado el deporte y la lectura de esa obra, escrita por un samurai japonés, le hizo dar un giro de 180 grados. "Soy otra persona ahora. Estoy feliz por este recorrido. La vida se trata de aprender y practicar para hacerlo mejor", reveló el año pasado en una entrevista en The Sun.
Prochazka es uno de los múltiples ejemplos de cómo la disciplina de los deportes de contacto puede cambiar la vida de una persona. Con 20 años abandonó la calle para centrarse, únicamente, en su cuerpo y el entrenamiento. Eso le ha servido para ser campeón de UFC, un hito que quiere volver a lograr. Este sábado, en Los Ángeles, tiene la oportunidad para empezar a rehacer ese sueño.