Qué son los twisties, el bloqueo mental que sufren gimnastas como Simone Biles

Aunque en ocasiones se pueda pasar por alto, la práctica del deporte es un desafío tan mental como físico. No importa la disciplina ni el nivel, si bien es cierto que en la élite la presión con la que los deportistas deben convivir es incomparable. Existen varios ejemplos de ello, especialmente en los últimos años en los que poco a poco el cuidado de la salud mental es un asunto que se ha ido normalizando en la conversación pública.

No obstante, existen modalidades deportivas en las que, más allá del rendimiento, los deportistas ponen en juego su integridad física. Es el caso de la gimnasia, en el que un mal giro o aterrizaje puede causar una lesión severa. Las imágenes virales de la joven Samantha Cerio rompiéndose las dos rodillas, así como ambas tibias y peronés, tras una mala caída durante un torneo universitario en Estados Unidos en 2019 atestiguan de ello.

Simone Biles es probablemente la mejor gimnasta de la historia. Sin embargo, durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, los que sobre el papel debían solidificar su legado para la posteridad, se retiró de dos eventos finales. La noticia causó shock y cierta incomprensión. ¿Si no estaba lesionada físicamente, por qué no competía?

A la hora de dar explicaciones, la norteamericana introdujo un concepto hasta entonces desconocido para los ajenos a la gimnasia. Simone Biles explicó que estaba sufriendo twisties, motivo por el cuál era mejor dejar de competir antes de que aquello pudiese derivar en algo grave.

Los twisties en gimnasia consisten en un bloqueo mental que algunas gimnastas experimentan durante una competición o momento de máximo estrés. Se llaman así por el verbo en inglés twist, esto es girar, una de las maniobras más comunes en las competiciones gimnásticas. Los twisties pueden implicar que una gimnasta olvide súbitamente cómo realizar un ejercicio, perdiendo la perspectiva espacial durante el giro y pudiendo provocar lesiones de gravedad.

Como toda afección psicológica, los twisties son repentinos y no tienen nada que ver con la técnica a la hora de realizar una maniobra. Es decir, se puede ser la mejor del mundo como Biles, capaz de crear movimientos imposibles para el resto de competidoras, y sufrirlos igualmente en un momento determinado. De la misma manera, no son permanentes y se pueden superar.

Twisties es el término que se utiliza coloquialmente en gimnasia, aunque situaciones similares pasan en casi todas las disciplinas deportivas. En golf se conocen popularmente como yips, y consisten en la pérdida súbita e inexplicable de las habilidades más básicas a la hora de afrontar un putt.

El caso de yips más famoso probablemente sea el de Tom Watson. Ganador de ocho torneos major (cinco British Open, dos Masters de Augusta y un US Open), sufrió episodios de bloqueo severo a la hora de patear. El caso más famoso fue en el British Open de 2009, cuando con 59 años falló un putt de dos metros en el hoyo 18 para mandar el partido al desempate. En los cuatro hoyos extra, no levantó cabeza y terminó perdiendo por una desventaja de seis golpes.

En tenis, los twisties se trasladan fundamentalmente al servicio. El saque es el único golpe que se realiza siempre en las mismas condiciones. Por ello, también es el único que se puede entrenar de la misma manera que posteriormente se ejecutará durante un partido. Sin embargo, también es el momento de máxima soledad del tenista.

En momentos de máxima presión, algunos jugadores parecen perder la habilidad de sacar. Un caso reciente de ello es Aryna Sabalenka quien en cuatro partidos consecutivos entre 2021 y 2022 llegó a acumular 74 dobles faltas (una media 18,5 por encuentro). Durante un partido en Adelaida contra Rebecca Peterson llegó a firmar 21 dobles faltas, motivo por el cual rompió a llorar en la pista. Sin embargo, se recuperaría de ello para alcanzar el número 1 del mundo.

En baloncesto, los twisties suelen asociarse a los tiros libres. Nuevamente, igual que el saque en el tenis, es un momento en el que el jugador está completamente solo con el balón. Un tiro que seguramente ha practicado un millón de veces en solitario, pero que repentinamente se olvida. Un caso muy famoso fue el sufrido por Markelle Fultz, número 1 del draft de 2017.

El base apuntaba a ser uno de los mejores jugadores de la NBA, sin embargo tras sufrir una lesión durante su temporada rookie pareció haberse olvidado de jugar al baloncesto. Esto fue especialmente notorio durante el lanzamiento de tiros libres, en los que cambió su mecánica y perdió gran efectividad. Con tiempo y un cambio de equipo, de los Philadelphia 76ers a los Orlando Magic, parece que poco a poco va recuperando su juego.