Tiritando, con problemas estomacales... y consigue una plata para España: "Es un tío muy duro"
Marcus Cooper se sube al K4-500 metros en Hungría con una fuerte hipotermia.
El piragüismo es uno de los deportes más exigentes en competición. La presión aeróbica y física que se ven sometidos los palitas en un barco durante unos minutos y el recorrido de solo unos metros pone el cuerpo al límite. Es casi imposible poder estar a un buen nivel si estás enfermo y, mucho menos, poder adaptarse a una embarcación con otros compañeros sin dolencia alguna. Solo los más grandes son capaces de hacerlo y hoy, el español Marcus Cooper entra en esta categoría de superhéroes.
Solo faltaba media hora para la gran final del K4-500 metros en la Copa del Mundo en Szeged (Hungría). Allí, en la prueba reina de cualquier evento de piragüismo, volvía a estar en la lista de participantes y como favoritos a la victoria el barco español con Craviotto, Arévalo, Germade y el mencionado Cooper. Los actuales campeones del mundo y plata olímpica se enfrentaban a su primera gran prueba internacional, pero ha sido un fuerte cuadro de hipotermia quien ha sido su mayor rival. "Estaba muy débil, con sensación de mareado y de desmayo", ha confesado el propio piragüista a Relevo minutos después.
Cooper, con dos medallas olímpicas y pieza fundamental de la potencia de palada del barco, se encontraba tiritando en la carpa de llamadas de los competidores. Con la mirada perdida, una toalla en su cabeza y con fuertes dolores estomacales, el balear no quería ni oír hablar de una retirada, aunque en la delegación española confiesan que "ha sido una opción". Solo quedaban treinta minutos y solo pensaba en no gastar ni un gramo de la poca fuerza que tenía su musculoso cuerpo para montarse en la piragua.
Los K4 están basados en la compatibilidad de sus integrantes, la capacidad de mantener un ritmo acorde y ser capaces de dar potencia a unos fuertes cambios de ritmo durante la prueba. Para ello, se entrena el ritmo y la puesta a punto para saber qué hacer en plena competición. Si un palista del barco está mal, lo normal es que las cosas no terminen al nivel.
"Ha sido histórico para nosotros"
Palista del K4-500m españolLos superhéroes no se rinden y menos por problemas de salud. "Llevaba enfermo todo el día, pero el peor momento ha sido antes de la final", dicen los que más cerca han estado de Marcus. El palista español sabía de la importancia de la competición, clasificatoria para el Mundial del próximo verano, y quería sí o sí competir. Lo hizo y de qué manera. Pocos minutos después de estar tiritando y con más cara de estar en cama recuperándose que en una competición mundial, Cooper se montaba en el barco y se plantaba en la línea de salida.
España, saliendo en estas condiciones, era capaz de llegar a la línea de meta en segunda posición, solo a 16 centésimas de la ganadora Lituania y por delante, entre otros, de los campeones olímpicos alemanes. Cooper había sido capaz de aguantar el ritmo, de superar las dificultades y dar lo mejor de sí para llevar al barco a un nuevo podio internacional. "Es un tío muy duro", nos cuentan desde el equipo español a Relevo.
Minutos después, era el propio Marcus quién se comunicaba con Relevo para explicar lo ocurrido: "Ha sido histórico para nosotros, hacer lo que hemos podido hacer en el estado que estaba yo... ¡estamos muy orgullosos!". El palista, quien ha mejorado su estado pero sigue con fuertes dolores de cabeza y estómago, se encuentra junto al médico de la Real Federación Española de Piragüismo.