TRIATLÓN

Una serie de calamidades en el triatlón más esperado arruina la fama de Noruega y su civismo: "En un día así no estás orgulloso de ser noruego"

El Challenge Sandefjord, en tierra de vikingos, era una de las citas marcadas en el calendario en el mundo del triatlón del país nórdico y ha tenido que ser suspendida.

Los triatletas en las aguas del fiordo. /Instagram del Challenge Sandefjord
Los triatletas en las aguas del fiordo. Instagram del Challenge Sandefjord
Bor González

Bor González

El tan esperado Challenge Sandefjord llegaba por primera vez a tierra de vikingos como nueva incorporación a la serie global de triatlones Challenge Family, una de las más conocidas en el mundillo. Pero las cosas no han ido como se esperaba, y más en un país en el cual nada hacía presagiar una cancelación por razones de seguridad.

Para este sábado 24 de agosto, estaban citados triatletas profesionales y deportistas de distintos grupos de edad y de hasta 26 países de todo el mundo, que viajaron específicamente para medirse en el nuevo terreno.

Sin embargo, para su disgusto, las cosas ya comenzaron a complicarse cuando la carrera de media distancia se canceló, pues los organizadores de Challenge Sandefjord no fueron capaces de garantizar unas condiciones de seguridad óptimas para los participantes.

El colmo de la situación es que nadie podría esperar que en Noruega, ejemplo de sociedad moderna a nivel global, pudiese suspenderse un evento de semejante envergadura por la falta de civismo de sus habitantes. La principal razón responde a que los usuarios de las carreteras usadas para la competición no respetaron los cierres y cortes establecidos, después de que se retiraran incluso algunas señales de tráfico.

Cancelación y crispación

La reacción por parte de la organización fue la cancelación del evento a través de un comunicado anunciado en sus redes: "Lamentablemente, confirmamos que Challenge Sandefjord se cancela hoy por razones de seguridad, siguiendo las instrucciones de la policía local. La seguridad de los atletas es primordial y nos gustaría expresar nuestro agradecimiento a las autoridades locales por su arduo trabajo en condiciones difíciles".

Además, las explicaciones a los competidores no fueron más allá. "También nos gustaría agradecer a todos los atletas su paciencia y comprensión. Compartimos su decepción por no poder competir después de todo el trabajo que han hecho para prepararse para el gran día. La organización de la carrera se pondrá en contacto directamente con todos los atletas en las próximas horas para brindarles más información", rezaba el comunicado.

Por su parte, las grandes figuras del triatlón, que a principios de año celebraban el desembarco de la prueba en Sandefjord, han expresado su descontento. Anette Bruras, campeona del mundo, de Europa y presidenta de Norway Triathlon, expresó al medio Tri247 que lo ocurrido no tiene precedentes. "Esto es algo que nunca habíamos vivido antes. Estoy muy triste por los atletas que viajaron", afirmó y corroboró los incidentes en los alrededores de la ciudad: "El centro de la ciudad fue realmente desafiante, pero también hubo algunas señales de tránsito retiradas fuera de la misma, en el recorrido de bicicletas".

A su vez, Arild Tveiten, el hombre que dio un impulso sobresaliente al triatlón noruego en la última década como Director Deportivo de la Federación, mostró su malestar en redes: "Es muy triste. En un día como este no estás orgulloso de ser noruego. El triatlón promueve un estilo de vida saludable y una mentalidad positiva que han cambiado la vida de muchas personas. Y es probable que quienes sabotearon esto, podrían beneficiarse de una actitud y una mentalidad más positivas".

Entre los atletas afectados se encuentra la británica Chloe Sparrow, que confesó al medio antes mencionado que todo olía raro desde un principio. "Nuestro día no comenzó tan temprano como de costumbre. La carrera empezaba a las 13:30 y la reunión informativa tuvo lugar a las 11:00. Todo en noruego, lo que nos pareció extraño para un gran evento. La traducción era tan limitada que muchos atletas tenían preguntas y las respuestas en su mayoría fueron 'no estoy seguro'".

Y ahí no queda la cosa: "Todos nos dirigimos al punto de salida de la carrera a las 12:45 para llegar temprano y prepararnos, y empezar a calentar. A las 13:15, todos los atletas empezaron a alinearse, hacía frío y estábamos ansiosos de arrancar. En ese momento, no había oficiales a la vista ni información sobre los horarios de salida (si las mujeres profesionales salíamos directamente después de los hombres, si era una salida en tierra o desde el agua...). Nadie estaba seguro de lo que estaba pasando... A las 13:30, la línea de salida estaba extremadamente concurrida, con todos los atletas profesionales y de grupos de edad juntos. Todavía no había oficiales a la vista. A las 13:35, hubo un anuncio explicando que la carrera se retrasaba hasta las 14:00 h. En ese instante, todos teníamos frío y un poco de ansiedad. A las 14:00, otro anuncio nos decía que estaban esperando a que la policía confirmase que era seguro el recorrido del tramo en bicicleta. A las 14:15, aún no sabíamos nada. A las 14:30, anunciaron que la carrera se cancelaba y que lo lamentaban, y eso fue todo. Hablo por muchos atletas cuando digo que estábamos muy decepcionados y enfadados con la decisión y la falta de comunicación".

En conclusión, una cancelación decepcionante y que ha dejado en mal lugar a Noruega a nivel organizativo y, sobre todo, tras los incidentes, con un borrón en su historial ya casi impecable de civismo.