Cronología de un boicot para llevar a una federación a la quiebra
La Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada sufre las consecuencias de las decisiones de algunas de sus autonómicas más numerosas.
El sistema federativo español está basado en el control asambleario de las federaciones autonómicas. Popular en la política deportiva es el dicho de que los presidentes deben tener el apoyo de las diferentes regionales si quieren llegar y/o mantenerse en el poder de su deporte, y así es como algunos presidentes logran amarrarse "al sillón" durante décadas. Pero, ¿qué ocurre si estas federaciones autonómicas, o un buen número de ellas, se empeña en derrocar al presidente y boicotear la acción de una federación deportiva? Algo parecido a lo que lleva ocurriendo — y sufriendo — desde casi el inicio de la legislatura en la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME).
Esta federación olímpica, con resultados destacados como la medalla de oro de Alberto Ginés en el debut de la disciplina en Tokio y los dos diplomas olímpicos en París con el propio escalador extremeño y Leslie Romero [además de estar afrontando su primer ciclo olímpico invernal tras la inclusión del esquí de montaña en los Juegos de Milán-Cortina 2026], se ha visto abocada a un situación económica extrema a base de unas triquiñuelas por parte de los rivales políticos de la actual dirección. Y lo curioso es que muchas voces de la federación señalan que la cabeza pensante del 'boicot' podría ser el que fuera número 2 de la actual estructura en la toma de posesión, el presidente de la federación madrileña José Luis Rubayo.
Solo unos días después de la creación de la nueva directiva, Rubayo se vio sorprendido por una política a seguir por parte del nuevo presidente Alberto Ayora que descuadró sus planes: las negociaciones del seguro para las licencias de la federación se debatirían en un comité trabajando con varias corredurías de seguros y se pedirían tres ofertas, y no como había ocurrido desde 2012, con la negociación unipersonal del propioRubayo, según afirman desde la FEDME. El enfado del dirigente, que contaba con ese 'poder' con la anterior directiva de Joan Garrigós, fue tal que decidió dimitir y, desde ese momento, convertirse en oposición pura y dura.
Su repentina dimisión, su modo de actuar y alguna información interna hizo que la actual dirección de la FEDME se decidiera por dar un paso adelante en su defensa y solicitó al Comité de Ética y Transparencia una investigación sobre una presunta relación contractual del mencionado Rubayo y una empresa de seguros beneficiada durante el tiempo en el que se encargaba de la negociación. Según la información que se puso a disposición de la investigación y a la que ha podido acceder Relevo, el actual presidente de la federación madrileña, a través de la empresa Eiger Asesores S.L., habría recibido pagos como 'auxiliar externo' con las diferentes corredurías de seguro elegidas — recordamos, de manera personal como vicepresidente de las juntas directivas anteriores — para el seguro titular de la licencia federativa desde el año 2012.
Esta investigación del Comté de Ética y Transparencia se cierra tachando la acusación como "verosímil", lo que lleva a la FEDME a presentar denuncia ante Fiscalía por un presunto delito de cohecho por parte de José Luis Rubayo. La denuncia es archivada por parte de la Fiscalía Provincial de Madrid por no entenderse que la labor de Rubayo es de funcionario público, aunque sí se detecta un posible delito entre particulares y también se señala un reproche moral por la conducta de Rubayo. Sin embargo, en los últimos días y de manera contraria, el expresidente de la Federación Vasca de Balonmano, José Manuel Ruiz de Cenzano, y que también suscribió contratos de 'auxiliar externo' de mediadores de seguros con otras compañías, ha sido condenado a un año y tres meses de cárcel como autor de un delito continuado de apropiación indebida.
Por si cabe alguna duda, la negociación de los seguros es la 'joya de la corona' para las federaciones autonómicas, ya que es el gran acuerdo económico fuera de las subvenciones públicas, y tener el control sobre ello puede atraer beneficios también personales para algunos dirigentes.
Medio millón de euros en pérdidas
A partir de estos hechos y según ha podido conocer Relevo, se inicia una maniobra por parte de lo que podíamos denominar 'oposición' que terminan minando la economía de la FEDME y por consiguiente, los medios a disposición de sus deportistas. Siguiendo el ejemplo de la federación aragonesa en 2021 y a lo largo de este ciclo, otras federaciones encabezadas por la madrileña crean una licencia propia alternativa de la nacional con una cobertura similar que ahoga los ingresos de la FEDME.
Además, el movimiento se realiza de manera exprés para los usuarios que, al solicitar la renovación de su licencia, percibían la autonómica de nuevo cuño y no la española. Según hemos podido conocer, la prueba de esto es que los deportistas descubren el cambio cuando intentan competir en competiciones de carácter nacional. La situación era tan delicada que, con el objetivo de intentar frenar estos movimientos, la FEDME llegó a informar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, del modus operandi de su federación autonómica.
Para poner en contexto y entender la importancia de argucia por parte de estas regionales, la mayoría de deportistas de montañismo y escalada que solicitan la licencia federativa busca contar con el seguro de accidentes o emergencias incluido en dicha licencia. Es por esto el importante peso de las licencias por su gran número y que se convierte en una de las grandes columnas vertebrales del presupuesto. ¿Es ilegal la creación de una licencia autonómica? No. Pero, según expresa la FEDME, debería tener una cobertura solo en su territorio para así no terminar por afectar a la federación nacional bajo principios de solidaridad.
Según las cuentas de la federación española, estos movimientos de la oposición a través de las federaciones autonómicas de Madrid, Murcia, Cantabria, Aragón, Navarra, País Vasco y Cataluña, han hecho perder 35.289 licencias de la FEDME, o lo que es lo mismo, ha generado unas pérdidas de 458.000 euros en sus cuentas, que se traducen en menos medios económicos para las acciones propias de la institución y de sus deportistas.
La situación insostenible ha obligado a la junta directiva de la FEDME a buscar opciones alternativas para cuadrar, en la manera de lo posible, sus cuentas con una reducción al máximo de gastos en sus actividades. Esto lleva a vivir situaciones surrealistas si lo comparamos con otras federaciones nacionales en la actualidad: por ejemplo, la federación busca acomodo en hostales o residencias de estudiantes para el actual presidente Alberto Ayora — como confesaba él mismo en una entrevista en CDM Sports hace unos días —, que reside fuera de Madrid y que no percibe sueldo alguno por su cargo, cuando debe viajar a la capital para cumplir con los compromisos obligatorios en la capital.