Marcus Cooper: "Si hubiera querido asegurar dos medallas, habría exigido hacer las cosas diferente"

Marcus Cooper fue el protagonista de la primera gran imagen de los Juegos siendo el encargado de portar la bandera española junto a Támara Echegoyen en la ceremonia inaugural. Honor que le tocaba al llegar a París con un oro y una plata como el deportista con mejor palmarés de la delegación que no había sido abanderado antes. Con dicho palmarés, parecía destinado a ganar un bronce en su tercera cita olímpica, como confesaba él mismo en el pantalán de Vaires-sur-Marne, y así fue junto al ya legendarioK4-500 metros.

El palista balear, que había insistido durante todo el ciclo que su reto era participar en dos pruebas a un alto nivel, rozó una segunda medalla en el K2 quedando en el 4º puesto junto al joven Adrián del Río, con quien conformó un barco de última hora tras un ciclo casi inmaculado con Rodrigo Germade. Unas semanas despuñés, Cooper visita Relevo para señalar que el doblete de podios nunca fue el gran objetivo y que, si hubiera querido asegurarlo, habría pedido a su equipo que el trabajo previo hubiera sido distinto. Ahora, para superarse, ya piensa en preparar tres pruebas en Los Ángeles 2028.

En mi caso, cuando terminé los Juegos Olímpicos anteriores estaba ya pensando las siguientes. Pero esta es la primera vez donde me evito pensar en el futuro y aboreo al máximo los éxitos. Después de tanto esfuerzo, lo que hay que hacer es celebrarlo, valorarlo y sobre todo, celebrarlo con los que me han acompañado.

Sí, a mí me pasó los días posteriores a volver a España. Tenía lo que yo llamo trastorno espaciotemporal. Estaba totalmente desubicado y fue un cambio de emociones internas abismal, que me costó. Es como una resaca, un jet lag. Creo que ya es experiencia. Esos valores de ser muy ambicioso están bien, pero hay que parar de vez en cuando a valorar lo que se va consiguiendo y disfrutarlo. ¿De qué sirve ir a por tanto si luego no lo saboreas, y sobre todo si no lo celebras con los tuyos?

Siempre me gusta decir y aclarar que nunca he tenido el objetivo de medalla, ni en estos Juegos Olímpicos ni en los anteriores. Ni siquiera en Río de Janeiro tenía el objetivo de medalla. Mi objetivo nunca ha sido cuantitativo. En ese aspecto, soy un poco raro quizá. Mi objetivo en París era demostrarme a mí mismo que soy capaz de hacer dos pruebas en unos mismos Juegos Olímpicos y exactamente igual en ambas, estando al máximo nivel. Así fue, el último día después de la final de K2, estaba como el primer día de competición y por eso lo había entrenado así. De hecho, voy a decir una cosa: si yo hubiera tenido el objetivo de asegurar dos medallas en París, hubiese hecho las cosas de forma diferente.

Yo di mi mejor versión, que siempre es mi objetivo en unos Juegos Olímpicos. Pero si mi objetivo en París hubiera sido asegurar volver con dos medallas, hubiera peleado y exigido hacer las cosas de forma diferente. Cuento esto simplemente para hacer hincapié en el tema de que mi objetivo personal nunca ha sido acumular medallas olímpicas. Las medallas que tengo han llegado fruto de mi ambición de superación personal.

Por ejemplo, haber entrenado más tiempo el K2.

Llegamos muy satisfechos los cuatro porque todos dimos lo mejor de nosotros. Hicimos un regatón. Llegamos a meta totalmente críticos, yo tenía un fallo muscular bestialy totalmente vacío. Es un deporte de 500 metros, bastante sprint, y podíamos haber llegado primeros como terceros, que llegamos.

No es que no fuera bien, es que unos habían entendido que íbamos a hacer X estrategia y otros Y. Unos iban paleando con más fuerza y otros con menos. Y claro, el K4 iba así (gesto de inestabilidad). Llegamos a meta diciendo "Joder, no habíamos acordado esto". Hicimos estrategias distintas y la sincronización es muy importante. Unos habíamos entendido que el objetivo simplemente era pasar al final cansándonos lo menos posible y otros iban con intención o entendieron que era mejor ganar esa semifinal para tener una calle determinada. Nos ocurrió un poco falta de comunicación entre nosotros, pero ya fuimos a tope a por la final.

Saúl, si se lo propone y conociéndole, te llega hasta Los Ángeles. Si se pone puede hacerlo tanto física como mentalmente. Mentalmente seguro y luego, físicamente es un portento. Parece que tiene 20 años todavía. El tema en España es que hay relevo enseguida. Sale uno y entra otro igual o más potente. Entonces, en ese aspecto yo creo que podemos estar tranquilos con los componentes. Habrá K4 para rato.

Si de repente nos faltase Saúl en el K4, habría que buscar un capitán porque en la práctica por lo capitán que es por per se y tenerlo como un líder y referente que lo es, además en la práctica en K4 es muy importante la figura que va delante. Se le llama el marca porque tiene que marcar el ritmo. Tiene que ser una persona muy bien amueblada de cabeza, entonces va a ser todo un reto buscar un nuevo capitán del K4.

Sí, yo siempre me he sentido cómodo yendo delante en el K4, pero va a requerir de muchas horas de pruebas.

Ahora cambia el calendario porque habrá K1, K2 y K4-500. Personalmente me alegro porque la distancia de 500 metros es mi favorita, aún habiendo competido [y ganado la medalla de oro] en los 1000 metros en Río. Tengo que empezar a pensar si repito o ya, por superarme, intento competir tres pruebas en unos mismos Juegos. Esa es la única manera que yo podría superarme con, quizá, K1, K2 y K4-500 metros. Tengo que ver.

Sí que me gustaría y me sentiría cómodo participando en tres pruebas. Sé que sería capaz de aguantarlo, evidentemente si me lo establezco como objetivo. Entrenaría todos los días de la temporada para estar preparado y estar al máximo nivel en tres pruebas. Sería la única manera de superarme y para mí, mi motivación principal es irme superando a mí mismo hasta ver dónde está el límite personal. En París, la forma de superarme fue competir y estar en alto nivel en dos pruebas. Yo ya tengo un oro olímpico y como mucho, lo puedo igualar. Entonces, quizá a día de hoy, la manera de superarme en los próximos Juegos sería siendo capaz de aguantar tres pruebas. De hecho, no sería la primera vez que compito en tres pruebas a nivel internacional y con buenos resultados, así que sería una manera de superarme. Además, las tres pruebas serían a la misma distancia, entonces sería menos difícil de preparar.

Tengo que ir viendo. Si veo que no estoy a alto nivel en tres pruebas, no las haré. También si es factible hacerlo, aunque si no es factible no es por cosa mía sino por horarios. Por ejemplo, que una prueba esté encima de la otra y por no faltar el respeto a los compañeros. Si mi K1 es a X hora y poco después voy a estar reventado en el K4 y hacerles perder, también hay que ver ese aspecto. Pero vamos, yo aguantar tres pruebas y sé que sí.

Adrián es un portento físico... y mental más todavía si si cabe. Tiene la ambición por las nubes y lo tiene claro, va por todas, no tiene miedo a nada. Ya con 21 años y en sus primeros Juegos Olímpicos, ya tiene su palmarés y su experiencia en competiciones internacionales. Hay que tenerlo en el punto de mira.

Ahora ya sí que creo que como deportista en la práctica ya... ¿a qué voy ahora, no? Tengo una medalla de cada color. Oro plata y bronce, además por ese orden. Y abanderado, que incluso hasta lo pondría por encima de un oro porque hay menos abanderados que oros olímpicos y por lo que significa ser abanderado de todo un país. Y no cualquier país, España.

Cuando pienso en la ceremonia de inauguración, me recuerdo mi visión de estar ahí en ese barco con todos los deportistas españoles que estábamos ahí. Con Támara sujetando la bandera y viendo un poco todo el show que había alrededor, todas las luces, las personas gritando, sobre el río Sena... Me lo pasé súper bien fue espectacular.

Entiendo que ese momento donde de repente sales al estadio, tienes el corazón alterado. Creo que en nuestro caso quizá no ha habido tanto altibajo, ha sido todo el rato un poco más regular. Nos chivaron el momento donde sabíamos que nos estaban enfocando con la cámara y es donde hicimos más ruido todavía, si cabe. Porque ya de por sí los españoles fuimos los más ruidosos y los más animados de todo el recorrido. A parte de ese momento enfocados, íbamos todo el rato celebrando, cantando de principio a fin y no se me hizo para nada corto. El recorrido del río fue bastante largo.

A mí lo que me ha llegado la información es que los españoles fuimos los más animados de todo. Y yo cuando veo las fotos y los vídeos y demás digo, pues si tengo que hacer lupa, tengo que ampliar para verme a mí. Si estaban todos encima que parecía que nos íbamos a caer del barco. Pues que realmente fue así todo el recorrido.

Sí, algo que destacó y que mucha gente me pregunta es, oye, pues si os llovía, ¿no? O sea, ¿no te mojaste mucho? ¿No pasaste frío? Me mojé mucho y sí que al final pasé un poco de frío, lo voy a admitir. Pero es que yo no me estaba dando ni cuenta de la lluvia, no es algo que yo recuerde cuando pienso en ese momento, no recuerdo la lluvia. Como anécdota, nos ofrecieron a todos unos como una especie de chubasquero por llamarlo de alguna manera, porque era como una bolsa transparente, y yo lo rechacé. Quería ir como tocaba, uniformado. Aunque me llovieran piedras, yo iba a disfrutar al máximo el momento. Sonrisa de oreja a oreja.

Sí que noto un aumento de que soy más conocido, es cierto. Lo noto sobre todo en zonas más concurridas, aeropuertos, supermercados, restaurantes... donde la gente tiene más tiempo de pensar. Y es muy gracioso cuando, no tanto ya que vengan a pedirme una foto o vengan a saludarte y darte la enhorabuena, sino cuando veo una mesa con la mirada clavada en ti. Y yo estoy ahí con el rabillo del ojo porque veo que me han reconocido. Incluso cuando escucho las palabras clave "Marcus", "abanderado", "medalla"... Y a lo mejor ni vienen luego a decirme nada, pero se nota que me han conocido.

Bueno... en España, el tema abanderado lo hacemos de forma muy sencilla. Va por palmarés olímpico, deportista en activo, que no haya sido abanderado ya y que va a participar en esos en esos Juegos Olímpicos. Entonces, en ese aspecto, aquí es bastante fácil la elección. Yo he notado muchísimo el cariño de gente y también en redes sociales.

Me gusta tomarme los primeros meses de los años postolímpico un poco más tranquilos para intentar celebrarlo con mi gente pero es verdad que, por mi forma de ser, mi naturaleza, no puedo estar parado. No me gusta estar sin hacer nada. Además, mi prioridad ahora mismo realmente es mi proyecto personal Plan Cooper, que va también sobre la salud y deporte. Es lo que a mí me gusta: promover, incentivar, fomentar, y contagiar los buenos hábitos saludables. Estoy a tope con Plan Cooper, que lo veo muchísimo potencial. Luego, además, aunque no sea un entrenamiento tan específico de piragüismo, es que yo pasan tres días sin entrenar y me pongo nervioso. Tengo que estar en el gimnasio, salir a correr un poquito. Lo llevo dentro para mí y todo lo que sea salud y deportes es mi nicho.

Sí, a mí me gusta cuidarme siempre. La gente me pregunta en qué peco en la dieta después de una competición. Pero es que a mí me gusta cuidarme siempre, no lo hago solo por el piragüismo. Aunque no hiciese deporte a alto nivel, seguiría haciendo ejercicio, entrenando, comiendo bien, cuidándome y teniendo un estilo de vida activo.

Sí, ahora me dedico al máximo a mi proyecto personal Plan Cooper (plancooper.com), Es un proyecto que, con lo que todo yo sé, lo que he aprendido, quién soy, los valores, el conocimiento y la experiencia que tengo, poder ir contagiando al resto. Ahora mismo, tenemos tres servicios: nutrición, psicología y entrenamiento, los tres pilares que me han llevado al éxito. Cuidar esos detalles es donde está la diferencia.

Ojalá muchos deportistas se sumaran, pero es para todo el mundo. La mayoría de los usuarios no son deportistas y eso también es lo que me gusta, que la gente vea que es salud en general y no para ser deportista olímpico.