Laura Ester alza la voz tras amonestar a Pedro Sánchez: "Dadnos visibilidad"
La portera de la Selección de waterpolo, una leyenda, repasa con Relevo su carrera y reclama más espacio e igualdad en los medios.
![Laura Ester, entrenándose con el CN Sabadell. /Salvador Fenoll](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202210/20/media/cortadas/Laura-Ester-Captura-04%20(1)_20221020195228-R9po2Bky4hy6GAibs4wjuaL-1200x648@Relevo.jpg)
Laura Ester (Barcelona, 22 de enero de 1990) llega a la entrevista con el cabello húmedo, cansada. "La gente ve lo bonito, las medallas... No saben el trabajo que hay detrás", es lo primero que dice. El cuerpo acusa las dos horas y media de entrenamiento con su equipo, el CN Sabadell. Gimnasio y agua. Pesas y piscina. Controles e impulsos. Así se ha construido la leyenda. Porque no sólo estamos ante una de las mejores waterpolistas, sino frente a una de las mejores deportistas de este país. Aunque es posible que no la conozcan. Sin espacio no hay visibilidad.
"¿Qué más tenemos que hacer para ser portada?", se quejó Laura en Twitter después de revalidar este verano el Europeo con la Selección y ver cómo el éxito fue invisible para los medios. Un lamento que mutó en reproche al presidente del Gobierno cuando este felicitó en redes sociales a la selección española de baloncesto por clasificarse para cuartos del Eurobasket y obvió el oro de la selección femenina de waterpolo y el bronce de la masculina: "Por si no te habías enterado, ayer fuimos ¡CAMPEONAS DE EUROPA! Y nuestros chicos hoy, ¡TERCEROS DE EUROPA!". "Fue mi día rebelde", parece excusarse, entre risas, antes de repasar con Relevo su extraordinaria carrera, analizar la salud del waterpolo en España y alzar la voz, de nuevo, ante la falta de reconocimiento de su deporte en los medios y la diferencia de tratamiento por cuestiones de género.
Lo primero que destaca en ella es su rostro. Reúne inocencia y dureza al mismo tiempo. Es de las que 'mata' con una sonrisa. También llama la atención su físico, sutil. 170 centímetros que compensa con un vuelo ágil, reflejos, disciplina y exigencia. Condiciones que le han llevado a moldear un palmarés que, para describirlo, hay que inspirar profundamente como quien se dispone a la inmersión y necesita reserva de oxígeno. Una medalla de oro y dos de plata en Mundiales; tres oros, una plata y un bronce en Europeos; dos medallas de plata en Juegos Olímpicos; dos veces mejor jugadora de Europa; 11 ligas; más de tres lustros defendiendo la portería de España... Una barbaridad a la que sólo se llega con esfuerzo.
"Con la Selección nos entrenamos ocho horas diarias. Tu cuerpo lo pones al límite. Estás dos horas y media en el agua y a lo mejor descansas únicamente cinco minutos. Entrenamientos con peso, cinturón, pelotas medicinales…", asegura. La rutina en el CN Sabadell es distinta, pero igual de espartana: "De 11:00 a 13:30, siempre gimnasio y agua. Comemos en el club y cada una se va a trabajar o estudiar. Luego, volvemos por la noche para entrenarnos de 19:30 a 22:00".
![Laura Ester, sonriente, al acabar el entrenamiento en el gimnasio del CN Sabadell. Salvador Fenoll](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202210/20/media/cortadas/Laura-Ester-Captura-02%20(1)-U61603324223aQJ-624x385@Relevo.jpg?cw=780&ch=481)
¿El esfuerzo tiene recompensa económica? ¿Se puede vivir del waterpolo? "Algunas tenemos la suerte de ser semiprofesionales. Pero tenemos un sueldo que en cuanto se acabe esto necesitamos trabajar sí o sí, no podemos vivir de lo que hemos ido ahorrando. En los deportes minoritarios cuesta mucho más que se nos valore, poder llegar a la profesionalización". De momento, junto a las medallas, ya luce otro título, el de Licenciada en Bioquímica…
«No sabía ni que existía el waterpolo...»
Como muchas carreras, la suya comenzó casi sin querer. Si el waterpolo femenino ahora es un deporte minoritario, hace más de 20 años bien podría calificarse como furtivo. La plata en los Juegos de Barcelona 1992 y el oro en Atlanta 1996 metió en los corrillos a la selección masculina. La femenina era otra historia. "Yo no sabía ni que existía el waterpolo", admite la catalana, mejor jugadora de Europa en 2017 y 2019. "Empecé en el Club Esportiu Mediterrani. Allí iba a cursillos de natación. Un día quisieron promover el waterpolo femenino y comenzaron a hacer una base de equipos de niñas. Cuando me preguntaron si quería unirme, dije: 'No sé lo que es pero, ¿por qué no?".
Fue en esa primera brazada, en el Club Esportiu Mediterrani, donde quedó marcado su camino. "Había una entrenadora, Mati de Miguel, que me debió ver algo porque me puso en la portería. Equivocada creo que no estaba. Le estaré agradecida toda la vida". Y es en ese instante, al asumir el rol, cuando empieza a buscar referentes. Nada sencillo en aquella época y en este deporte: "La visibilidad era nula. Empiezas a recorrer piscinas, ver partidos… Me fijé en Patricia del Soto. Aspiré a ser ella. Al final acabamos siendo compañeras en la Selección. Yo siempre iba detrás de ella, encantada…".
El físico de Laura huye, aparentemente, del prototipo que se puede tener de una guardameta de waterpolo. No posee una envergadura ancha para imponer con su presencia. Ni es larga para tapar más. "Lo principal es que seas ágil y rápida. Por muy grande que seas, si no llegas antes que la pelota da igual", argumenta. Su apodo, Pajarito, condensa su retrato: "Me lo puso un entrenador que tuve en el Mediterrani. Me decía que dentro del agua volaba y fuera del agua tenía las piernas de un pajarito".
![Laura Ester se coloca un chaleco con pesos durante el entrenamiento del CN Sabadell. Salvador Fenoll](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202210/20/media/cortadas/Laura-Ester-Captura-04%20(2)_20221020200143-U37401256141Mtw-624x385@Relevo.jpg?cw=780&ch=481)
Ahora, luce un tren inferior sólido tras años de cargas y trabajos específicos. La tarea diaria de las porteras es distinta a la que llevan a cabo el resto de compañeras. Prima potenciar la fuerza y la rapidez por encima de cualquier cosa: "Trabajamos mucho piernas y rapidez. Utilizamos chalecos con pesos de tres kilos. Eso, más los kilos del chaleco cuando se moja…". Ser portera es ser diferente. Desde los entrenamientos, como vemos, hasta la cabeza. Aguardar bajo los palos, en soledad, y aparecer exclusivamente cuando el equipo te necesita precisa de una mentalidad granítica. Es un puesto muy psicológico, como admite Laura: "Es muy difícil, sobre todo cuando eres joven, que no te afecte mentalmente un gol o un error. Nos hacemos mejores con los años, cuando vas aceptando tus fallos".
Apoyo psicológico
Ella necesitó apoyo psicológico cuando aterrizó en la Selección, en 2008. Llegó al equipo de forma precoz, después de una ascensión meteórica. Con 12 años entró en el Mediterrani, con 15 se incorporó al Centro de Alto Rendimiento y la afición ya se convirtió en obligación; con 16 se instaló en las inferiores de España y con 18 fue convocada con la Absoluta para el Europeo de Málaga 2008. Aquel campeonato acabó con la medalla de plata. El primer gran triunfo ("Fue una pasada"). No obstante, su gran empujón se lo dio Miki Oca. Cogió los mandos del equipo, inició un cambio generacional y le confió las llaves a Laura, que ya nadaba para el CN Sabadell.
En un primer momento, la responsabilidad y la autoexigencia fueron plomo: "Fue un cambio drástico. No jugaba igual en mi club que en la Selección. Ahí la cabeza la tuve que trabajar mucho. Estuve con un psicólogo, me ayudó bastante. Me dio herramientas para no irme del encuentro al primer error, ver que los demás también fallan…". Los deportistas de elite no son impermeables al pánico. "Siempre tienes ese miedo al fracaso, somos muy autoexigentes. Hay momentos de todo. Incluso en el propio entrenamiento, o cuando se acaban, momentos de llorar. De llegar al límite físicamente. Luego llega la competición, la adrenalina y sí, merece la pena", confirma.
"En la Selección tuve que trabajar con un psicólogo, me dio herramientas para no irme del partido al primer error..."
Portera del CN Sabadell y de la SelecciónYa son 12 años los que lleva Laura Ester defendiendo la portería de la Selección. El periodo más brillante de su historia. Desde 2012, el equipo ha ganado nueve medallas de 13 posibles y ha llegado a cuatro finales (dos europeas, una mundial y una en los Juegos) en cuatro años. "Cuando lo dejemos y echemos la vista atrás, veremos lo que hemos hecho", afirma antes de ponerse seria y entrar en una materia que le enoja: la normalización del éxito en el waterpolo.
Es medalla o catástrofe y eso le hace revolverse en la silla: "Mira, un ejemplo: veníamos de ser subcampeonas olímpicas en Londres 2012, ganamos el Mundial de 2013 y el Europeo de 2014, ¿y qué pasó? Que en el Mundial de 2015 nos cruzamos en cuartos con Estados Unidos, que desde ese año no han perdido ni Mundial ni Juegos. Y caímos. Pero dando la cara. Al final fueron las campeonas. Y la gente hablaba de fracaso. En 2016 fuimos al Europeo, perdimos las semifinales en los penaltis y el tercer y cuarto puesto lo perdimos por un gol de diferencia contra Italia. Y en 2016 nos clasificamos para los Juegos, que en waterpolo femenino por entonces solo acudían ocho selecciones. Ya era un logro ir. Pero perdimos en cuartos y ya era: 'La Selección española, fracaso tras fracaso…'. ¿Por qué es fracaso? ¿Porque no ganamos medalla? Como deportista, duele".
Su 'estallido' en Twitter
El discurso de Laura coge forma y consistencia. No le gusta el tratamiento que la prensa da a muchos deportes, entre ellos al suyo: "Si juegas mal, claro que se puede criticar. Pero llega un momento en que el titular es Fracaso. Se da más importancia al fracaso que a la victoria". Gota a gota se le fue llenando el vaso de la paciencia hasta que rebasó después de revalidar el Europeo. Aquel día, explotó en Twitter al ver que el logro, salvo en una esquina en Mundo Deportivo, no aparecía reflejado en la primera página de los periódicos. "Sientes rabia y frustración". Dos emociones que la llevaron a dar un 'toque', incluso, al presidente del Gobierno.
Presidente, nos encanta que siga el deporte pero ayer fuimos CAMPEONAS DE EUROPA ☺️ y hoy nuestros chicos han sido bronce!! https://t.co/1mAQjV6EwD
— Laura Ester Ramos OLY (@lauraesterwp) September 10, 2022
Sucedió el pasado 10 de septiembre. Ese día, la selección masculina de baloncesto venció a Lituania en el Eurobasket y selló su pase a cuartos. Pedro Sánchez escribió en su cuenta oficial: "¡Qué gran partido! #LaFamilia no ha dejado de creer en la victoria hasta la prórroga". Fue entonces cuando Laura tiró de móvil y le respondió: "Presidente, nos encanta que siga el deporte pero ayer fuimos CAMPEONAS DE EUROPA y hoy nuestros chicos han sido bronce". Un día después, el mandatario asumió el error: "Toda la razón, Laura. Muy orgulloso siempre de los triunfos del deporte español. Este fin de semana celebramos los éxitos del waterpolo femenino y masculino en el Campeonato de Europa, del tenis y todos nuestros deportistas. Sois muy grandes. ¡BRAVO!". Para ser portera, metió un buen gol...
"Sabemos que si no ganamos, no se va a hablar de nosotras. Pero es que ganamos y tampoco se habla. ¿Qué tenemos que hacer para que se nos reconozca?"
Portera del CN Sabadell y de la Selección"Entre la Prensa y esto… Fue un momento de explosión. Yo no pido que nos felicite todo el mundo. Pero si felicitas por pasar a octavos también podrías felicitarnos a nosotros. Dadnos visibilidad también a los deportes minoritarios", reclama. Esa visibilidad coloniza ahora el alegato de Laura. ¿Es el deporte el que genera el interés y por eso se le da espacio en los medios o es el espacio en los medios el que promueve que haya interés por el deporte? Ella no duda y coge el altavoz: "Si lo cuidas, lo que provocas es que el país acabe siendo polideportivo y que no se enfoque solo en fútbol, fútbol, fútbol, fútbol y un poco en baloncesto. Si no informas a la gente, la gente no lo va a consumir porque no se va a interesar. Ya ha llegado un momento en que sabemos que si no ganamos, no se va a hablar. Pero es que ganamos y tampoco se habla. ¿Qué tenemos que hacer para que se nos reconozca y que la gente pueda conocer los éxitos de otros deportes?".
Cuestión de género
El género también influye en el apagón. La portera catalana da fe de esa doble lucha que están obligadas a mantener las mujeres para obtener el foco. Una pelea en la que van ganando asaltos, pero cuyo final aún está lejos. Laura lanza una pegunta al aire: "¿Por qué se están dando tantos éxitos en el deporte femenino? Porque nos están ofreciendo los recursos para poder entrenarnos. Antes, todo era para el masculino y lo que quedaba iba para el femenino. En el momento en que empezamos a reivindicar y exigir la igualdad, que aún queda mucho, se están viendo los éxitos. Pasa lo mismo con los salarios. Vale, generamos menos pero, ¿por qué? Porque hasta hace nada a las mujeres no las dejaban competir. El femenino ha empezado por debajo del suelo, hemos tenido que ir paso a paso y llegará el momento en que se iguale y también generemos igual o más que el masculino. Es importante que haya mujeres en los puestos altos para que nos defiendan".
Una de ellas es su amiga Jennifer Pareja, otra leyenda del waterpolo español y que ahora desempeña el cargo de asesora ejecutiva de la presidencia del Consejo Superior de Deportes. "Es importante que haya mujeres ahí. Porque aunque se ha ido produciendo un cambio de mentalidad, aún hay momentos en que la sociedad sigue siendo muy machista. El equipo masculino es el masculino y el equipo femenino son 'las chicas'. La gente dirá que somos pesadas, pero hay que ser pesadas para que se pueda dejar de hablar de igualdad algún día".
"La sociedad sigue siendo muy machista. El equipo femenino son 'las chicas'. La gente dirá que somos pesadas, pero hay que ser pesadas..."
Portera del CN Sabadell y de la SelecciónPor un momento, la conversación se sale del agua y se zambulle en el fútbol y en el conflicto entre Jorge Vilda y las 15 jugadoras que enviaron un email a la Federación pidiendo no ser convocadas. Laura se muestra muy molesta por las críticas que recibieron, en las que ve, también, mucho componente de machismo: "Las llaman niñatas y caprichosas porque son mujeres. Cuando son 15 deportistas las que salen quizás es por algo, hay algo ahí. Los únicos que van a saber lo que pasa son los que están dentro. La gente pide que hablen. No tienen por qué hablar y explicar qué ha pasado. ¿Si hubiese sido el equipo masculino el que hubiese ido a hablar con la RFEF lo hubieran sacado a la luz? ¿La gente diría lo mismo? Eso es lo que da rabia".
![Laura Ester se dispone a pasar un balón durante el entrenamiento del CN Sabadell. Salvador Fenoll](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202210/20/media/cortadas/Laura-Ester-captura_20221020200744-U45624828373uhp-624x385@Relevo.jpg?cw=780&ch=481)
Un futuro que mira a París
Hay quien dice que la ansiedad es tener un exceso de futuro. Ta vez por esa razón, Laura Ester no hace excesivos planes. Su carrera le ha demostrado que las cosas acaban llegando y se van colocando. De momento, su horizonte se sitúa en París. "Mi idea es llegar a los Juegos de 2024. Luego… se verá". A sus 32 años es una veterana y ya está siendo testigo del empuje de las nuevas generaciones. El último Europeo, por ejemplo, lo acabó como suplente. Fue Martina Terré quien estuvo en la portería de España en la final contra Grecia (elegida, además, mejor jugadora). La película ha empezado a cambiar. "Es la vida del deportista. A nadie le gusta y no es fácil. Quieres ayudar al equipo dentro del agua. A Martina la he intentado ayudar en todo, con trabajo psicológico porque no es un puesto fácil… He estado en todo momento con ella", asegura.
El paso a un lado está más cerca y la catalana empieza a meditar qué hacer cuando cuelgue el gorro. Ya es Licenciada en Bioquímica y su idea siempre fue la de trabajar en un laboratorio de técnicas de reproducción asistida. Tampoco descarta seguir ligada al deporte para ayudar a seguir impulsando el deporte femenino. Su programa se edificaría sobre dos pilares: "Apoyo y visibilidad. Creo que estas son las claves para que sigamos creciendo…". Hasta que llegue ese momento, continuará en el agua, sacando manos y mojándose por su deporte.