Cómo funciona el VAR en waterpolo, el control que reúne a más de 8 personas en una misma sala
El waterpolo ha introducido el videoarbitraje como manera de conseguir mayor justicia en sus partidos.

Rápidamente, el VAR ha pasado a formar parte de nuestras vidas. Hasta el punto que la RAE ha incluido el término, siglas de Video Assistant Referee (árbitro asistente de vídeo), dentro de su diccionario de la lengua española. Desde que el fútbol adoptase el videoarbitraje a partir de 2016, la herramienta que pretendía hacer el deporte más justo es objeto de polémica continua. Sin embargo, si nos alejamos de la burbuja del balompié, lo cierto es que la ayuda de la tecnología en el deporte no es algo precisamente nuevo. Tampoco particularmente polémico.
Lo que sí parece claro es que es el camino que ha tomado el deporte en su conjunto. Una de las últimas disciplinas en sumarse al videoarbitaje es el waterpolo. La por entonces llamada Federación Internacional de Natación (FINA) dio luz verde al VAR en el waterpolo 2018, aunque su implantación no ocurrió un año más tarde. La idea, como casi siempre, era dar una mayor seguridad a los partidos, al mismo tiempo que se quitaba presión a los árbitros.
Cómo funciona el VAR en el waterpolo
Del waterpolo siempre se ha dicho que gran parte del partido se juega lejos de los ojos del espectador. Bajo el agua, la lucha entre los jugadores es frenética. Un rifirrafe constante que lógicamente también puede pasar desapercibido para los árbitros del encuentro. Por ello, tenía sentido que si una disciplina adaptase el videoarbitraje fuese la que se disputa en una piscina. No obstante, como también sucede en el fútbol, el VAR en el waterpolo posee un protocolo estricto de aplicación, el cual está recogido en el Apéndice 7 del reglamento de World Aquatics. Es decir, el VAR no puede interceder para rearbitrar todos los lances que suceden durante un encuentro.
Lo primero que hay que tener en cuenta, y así se refleja en el reglamento, es que la decisión final siempre corresponde a los árbitros del partido. No obstante, esta puede cambiar si el VAR aporta nuevas pruebas que resulten concluyentes. Los árbitros son los únicos que pueden pedir la revisión, aunque sí es cierto que desde el videoarbitraje pueden alertarles en caso de que vean una acción que puede ser susceptible de ser revisada.
En caso de que se produzca la intervención del VAR, esta no se puede hacer en cualquier momento del partido. La revisión de las imágenes se realizará siempre cuando la pelota no esté en juego o no haya una situación de disputa o peligro. Concretamente, en uno de estos supuestos: la pelota no está en juego, durante un descanso, antes de un córner o cuando uno de los dos equipos tiene el balón controlado pero no está en una situación de peligro.
En total, son seis supuestos por los que el VAR puede entrar en un partido de waterpolo.
Cuándo se puede utilizar el VAR en el waterpolo
- Determinar si ha habido gol o no
- Cuando se produce un gol al final del tiempo de lanzamiento o de un periodo
- En caso de error de la mesa o del cronómetro
- Cuando se realiza un tiro al final de un período y hay un jugador excluido
- Revisión de una acción violenta
- Interferencia en el lanzamiento de un penalti
Cuántos árbitros hay en un partido de waterpolo
En un partido de waterpolo de alto nivel, esto es las competiciones auspiciadas por World Aquatics (el nombre que utiliza la FINA desde 2022), hay dos árbitros. En niveles inferiores sí que se puede dar que solo haya un árbitro por partido. No obstante, no están solos a la hora de dirigir un encuentro. Los árbitros de waterpolo están asistidos por los jueces de gol. Por norma general son dos y se sitúan sentados alineados con la línea de gol. Además de señalar cuando se produce un gol, para lo que toda la pelota ha de ser introducida en la portería, poseen entre sus funciones el señalar los córners, comprobar si se produce un regreso inadecuado tras una expulsión, señalar cuando puede empezar un partido y comprobar que el reinicio se realiza de manera correcta.
Además, como sucede por ejemplo en el baloncesto, el waterpolo también posee una mesa de anotación en la que se encuentran los encargados de manejar tanto el cronómetro del partido como el marcador. En este caso, el número de timekeepers puede variar según la competición. No obstante, si el encuentro cuenta con reloj de posesión de 30 segundos, se necesitan un mínimo de dos. El primero de ellos estará al cargo de este cronómetro, mientras que el segundo es responsable tanto del reloj general como del marcador. Son figuras indispensable para el correcto desarrollo de un partido de waterpolo. Entre sus tareas también está la campana del último minuto, que alerta a los jugadores de que solo quedan 60 segundos de choque por disputarse. Junto a estos timekeepers se sitúan los secretarios, cuyo número también es variable y cuyas tareas son anotar aquellos eventos relevantes, tales como goles, expulsiones, penaltis o tiempos muertos utilizados.
Por su parte, el VAR está compuesto por dos personas: un técnico de VAR y un oficial de VAR. La principal función del oficial de VAR es revisar el encuentro para avisar al árbitro en caso de que se produzca una acción susceptible de ser rearbitrada. Este se encuentra comunicado con el colegiado por medio de unos auriculares, a través de los cuales puede avisarle para que acuda a la pantalla o, por el contrario, el árbitro puede expresarle su deseo de ver las imágenes de nuevo.