Ray Zapata quiere luchar por medalla a los 35 años: "Si otros lo consiguieron, ¿por qué yo no?"
El finalista en París no quiere escuchar hablar de retirada y en el nuevo ciclo se centrará en el ejercicio de suelo para llegar como aspirante a los próximos Juegos.
Ray Zapata subió al Olimpo del deporte español con su medalla de plata en el ejercicio de suelo de los Juegos de Tokio. Si en el país del Sol Naciente todo fue de cara para acercarlo a la gloria, en París parece que todo se fue truncando para hacer imposible su vuelta al podio olímpico. Tras un séptimo puesto, el canario analiza y desvela en Relevo la sucesión de imprevistos y desgracias en los meses previos al Día D, marcados por lesiones, un grave accidente y una grave situación de salud de su padre. Y lo afronta con una noticia positiva: quiere continuar hasta Los Ángeles 2028.
Si pasadas unas semanas, te hablo de París 2024... ¿cómo te lo tomas?
Estoy muy bien. Después de los Juegos estoy contento y me siento satisfecho con el trabajo que hice. Es verdad que queríamos estar más cerca de la medalla. Los meses y años previos a estos Juegos Olímpicos no han sido para nada fáciles y aún así he salido victorioso.
Hubo una pequeña polémica sobre tu puntuación, con comentarios de que fue más baja de lo que merecías.
Lo que pasó es fácil. Cuando estás sentado, marcas un ángulo de rodilla con respecto al suelo de 90 grados y los saltos que caen en un ángulo por debajo de ese ángulo son penalizados. En este caso, en la segunda serie caigo muy por debajo de 90 grados y ahí es donde está la gran penalización, por eso me quedo fuera del podio. De haber realizado esa serie 10 centímetros más alto probablemente hubiera ganado. Nunca lo sabré, porque no sé cómo hubiera salido el ejercicio si hubiera caído a esa altura.
Por lo que veo, te has tomado bastante bien el 7º puesto.
Estoy muy contento con ese resultado. El ser humano siempre se exige mucho, se pide , se machaca y nunca se conforma. Pero hay veces que hay que conformarse porque vienes rodeado de una serie de cosas que te han sucedido y con las que tampoco se puede pedir tanto. A lo mejor, eso es lo que me merecía en ese momento y hay que acarrear con ello.
La comparación del ejercicio de suelo de Ray Zapata en la final (14.333) y el ejercicio del día de la clasificación (14.600)🤔 pic.twitter.com/Bt5hKtg107
— sergio ferni (@escaos99) August 3, 2024
A diferencia de Tokio, venías más tapado en las apuestas y entraste entre los candidatos tras una gran clasificación donde fuiste 3º. Entre los que no siguieran el ciclo y te recordaban con la plata colgada, y los que se ilusionaron en la “qualy”, el 7º fue poco para muchos.
Bueno, en esta ocasión yo no estaba entre las apuestas de medalla en Juegos Olímpicos, ni siquiera de finalista olímpica. Y se debía a que en los tres años previos no había estado en ninguna final. ¿Por qué? Lo achaco a que estaba más centrado en la clasificación de los Juegos Olímpicos, que esta vez era más para el equipo que al individual, y entonces no le empleé todo el tiempo que necesitaba a la parte de suelo. Antes, competía prácticamente en un aparato y ya.
Faltó trabajo específico en el ejercicio de suelo, entiendo.
Dimos la prioridad al aparato de suelo cuando ya tenía trabajado los dos aparatos de salto y anillas para sumar para el equipo. Creamos un ejercicio más arriesgado que me acercara a las puntuaciones que se llevan consiguiendo los años anteriores [por parte de los rivales]. En este ejercicio no estaban mis elementos, los 'Zapata', que los habían bajado de nivel de dificultad. Entonces, al bajarlo de dificultad, mi ejercicio ya no tenía tanto valor. Quitamos mis elementos y metimos un par de series que están mejor valoradas a día de hoy.
Curioso lo de que no se valoran los elementos 'Zapata', que te llevaron a la élite.
No significa que los elementos de Zapata no tengan valor, sino simplemente que no los valoran o no los quieren valorar como realmente se deberían valorar. A día de hoy, el Zapata 1 solo hay tres gimnastas en el mundo capaces de hacerlo y el Zapata 2 solo lo puede hacer Zapata.
¿Y a partir de ahora qué? Tienes 31 años.
Estuvimos en la final olímpica, lo que me reafirma que aún tengo el nivel para seguir peleando de cara a Los Ángeles.
Confirmamos que continúas.
Esa es mi idea. Estoy contento porque me he vuelto a demostrar y a reafirmar que puedo estar entre los mejores, que tengo opciones de seguir luchando y que, a pesar de tener 35 años en Los Ángeles, voy a poder seguir luchando.
Debe haber pocos ejemplos con esa edad que hayan logrado mantenerse en la élite.
Hay un mito del gimnasta que a partir de los 30 años ya es mayor. Claro que es mayor pero, ¿por qué antes los gimnastas no aguantaban tantos años en la gimnasia? Por un tipo de material, por un tipo de entrenamiento... Todo eso ha evolucionado muchísimo: los materiales han cambiado, la pista de suelo tiene muelles que antes no tenía, la tabla de salto tiene muelles que tampoco tenía, las anillas hacen un rebote que te acompaña y que no hacía antes. La gimnasia ahora es menos lesiva que antes. Aparte de las cargas de entrenamiento se controlan muchísimo más porque antes vivíamos en un masoquismo constante. Entonces yo puedo decir que ahora sí que se puede hacer gimnasia por más tiempo. Tenemos el ejemplo de Oksana Chusovitina, que tiene 45 años y sigue haciendo gimnasia. Eso es un indicador de que se puede seguir haciendo gimnasia, si controlas más las cargas porque ya el cuerpo mismo se muestra que está dolido, agotado y demás. Pero, a día de hoy, yo me siento perfecto, creo que en cuatro años no me va a cambiar muchísimo la vida con respecto a mi cuerpo, espero que no, y creo que puedo llegar a Los Ángeles a dar caña.
"Gente muy cercana comentó que estaba mayor o que ya no tenía el nivel"
En una entrevista previa a París en Relevo, ya señalabas que llegabas a los Juegos tras unos meses complicados en la preparación. Seguramente, de ahí vinieran las dudas de la gente sobre tus aspiraciones de medalla.
En octubre de 2023 me quedé noveno en el Mundial [a un solo puesto de entrar en la final de suelo]. La gente no ve que me quedé a 0,034 de estar en esa final. Probablemente, según la nota que vimos, podía haber estado también en el podio de esa final. No entré, pero un noveno puesto tampoco está mal porque significaba que ya me iba acercando. Con esto es cuando yo, por ejemplo, no comprendo esos comentarios de "Zapata está mayor", "Zapata no va a conseguir"... Aún así, yo seguí entrenando porque yo estoy peleando por mis objetivos personales. En febrero teníamos la primera Copa del Mundo y justo me lesioné del gemelo. Esto me dejó dos meses prácticamente sin poder saltar, sin poder hacer prácticamente ni una sentadilla. Me pusieron una bota y yo tuve que lidiar con eso cuatro meses antes de los Juegos Olímpicos. Luego empecé progresivamente calculando muy bien el número de saltos: saltando solo en una dirección, hacia adelante. Después empezar a saltar hacia detrás. Luego puedo hacer cinco saltos y un día de descanso... Hicimos la carga justa para estar ahí y pelear.
Hablabas de esos comentarios de "Zapata está mayor". En la mencionada entrevista previa a París también me comentabas ese enfado con los que te critican por esos resultados.
Leyendo o escuchando estos comentarios es una de las razones por las que yo dejo de prestar atención a las redes sociales. De todas formas, lo que la gente pueda opinar sobre mi trabajo es que me da totalmente igual, porque yo no estoy trabajando para nadie, estoy trabajando por y para mí, para cumplir mis sueños y mis objetivos. Entonces, me dan igual los "Ray está mayor" o que "Ray no tiene el nivel" como se comentó de forma muy directa por gente muy cercana. O los que decían que tanto "Néstor Abad como Ray Zapata no se sabe qué hacen en el equipo", que "son muy mayores ya", "que den paso a los pequeños". Pues ahora hay que decirles que Néstor Abad y Ray Zapata fueron los que dieron el callo en esos Juegos Olímpicos. Los más mayores y dos gimnastas que van a seguir hasta Los Ángeles, independientemente de la opinión que pueda tener el resto. No me voy a comer la cabeza ni a perder el foco de lo que yo quiero conseguir por un comentario feo que dice una persona que está sentada en el sofá de su casa.
Veo que te dolía escuchar ese tipo de comentarios.
No me dolía, pero en vez de apoyarme o de apoyar al resto de deportistas, porque no lo hacían solo a mí, sino de diferentes deportes también había comentarios de ese tipo. Tú a un deportista que va a representar a tu país en unos Juegos Olímpicos, tienes que desearle lo mejor, porque no sabes todo el esfuerzo que hay detrás de un deportista, de una familia, de una federación, de todo un equipo. Es enorme, que no solo vean al deportista. Todo ese esfuerzo para que ese deportista simplemente llegue a los Juegos Olímpicos. Y hay muchas veces que hace ese esfuerzo un deportista joven y nunca llega. Nunca llega. Lo único que podemos hacer es apoyar al joven, al mediano y al viejo. Apoyar a toda esa gente que está trabajando para conseguir los mejores resultados. Pensar que llevamos a los mejores hombres y mujeres a los Juegos Olímpicos para que nos representen.
Hablas de comentarios "muy directos de gente muy cercana". ¿De dónde eran? ¿Dentro de la federación, por ejemplo?
No de dentro de la federación, pero por parte de gente cercana sí. Mira, yo un mes antes de los Juegos Olímpicos estuve en el campeonato de España y no quedé campeón de España de suelo (risas). Y sin embargo, en los Juegos Olímpicos entré en la final. El planteamiento está raro, está raro.
Entonces, entiendo que te refieres a los jueces nacionales.
Yo he dicho que está un poco raro y ya está. En vez de impulsar al deportista español, se le machaca. Sin embargo, en otros países se les puntúa mucho mejor para que digan, "hostia, pues este muchacho está acercándose a estar a nivel internacional". Y aún así todo, me metí en la final olímpica.
Pensando en Los Ángeles. ¿Te centrarás 100% en el suelo?
Hombre, por supuesto que sí. Me voy a centrar al 100% en el aparato que a mí me gusta y el que amo, que es el suelo. Y paralelamente, no tan directamente ni insistentemente, haré los demás aparatos, salto y anillas, para aportarle esos puntos al equipo. Tengo que mirar un poco también más por mí, tengo que canalizar la energía que tengo y hacer lo que me gusta. Como bien te digo, haciendo los aparatos que ya hago, que es el salto y las anillas, con la dificultad que tengo, aguanto bastante bien para aportarle los puntos necesarios al equipo. No me hace falta entrenar nada súper nuevo ni dejarme el lomo en esos aparatos. Lo que yo quiero hacer son cosas nuevas en el suelo, quiero volver a retomar a hacer los saltos 'Zapata' que antes hacía. Yo quiero seguir creando mi historia.
¿Tienes ya algo preparado?
Sí, hay dos 'Zapata' que quiero presentar. Uno lo presenté dos años antes de Tokio y el otro lo presenté hace dos años y medio, más o menos. Ambos los fallé, pero quiero volver a presentarlos y quiero seguir haciéndome nombre en la gimnasia, desafiando la gravedad e intentando hacer movimientos que nadie más puede realizar. Tengo potencial suficiente, tengo fuerza, sé cómo hacerlo y ahora que tendré el tiempo que yo quiero para estar en la pista de suelo, ahí podré jugar y hacer que la gente disfrute.
Bienvenidos sean el Zapata 3 y el Zapata 4.
Había uno más que quería hacer, pero ese por ahora creo que lo voy a descartar. Es muy cañero, es mucho más arriesgado que el Zapata 2 y tendría que asegurarme un seguro de vida potente.
Si ya te señalaban por mayor, en Los Ángeles tendrás 35 años.
Sí, 35 años. No es mi problema cómo se ponga la gente cuando escuche que voy a Los Ángeles. Yo voy a ir.
"Creo que voy a volver a un podio olímpico"
Para los que puedan dudar. Con esa edad, ¿se puede ganar una medalla olímpica después de haber sido 7º con 31 años?
Por supuesto que sí. Tenemos como referencia al brasileño Diego Hypólito que con 34 años consiguió una plata olímpica en suelo en Río 2016. Si él pudo, ¿porque yo no? Yo juego una ventaja que es que yo no tengo nada que perder y la ventaja de cuando un deportista no tiene nada que perder se vuelve peligroso. Porque arriesga más, va a ajustar más los saltos, sabe entrenar de una forma diferente, no tiene el ansia de entrenar y se lesiona menos. Hace las cosas más conscientes y más tranquilos, con conocimiento de lo que estás haciendo. Obviamente, yo para hacer mis saltos tengo que estar como una cabra, que lo estoy y eso no se me va a quitar por muchos años que tenga, pero creo que sí se puede volver a estar en el podio.
Se te ve muy seguro.
Yo creo que puedo volver a estar en un podio olímpico. ¿Por qué no? Otra gente lo ha conseguido. Si ellos pudieron, yo también puedo. Quería ir a unos Juegos Olímpicos y fui. Después, quise ir a por una medalla y la conseguí. He ido a por otra medalla a competir y me quedé muy cerquita. Llevo tres Juegos Olímpicos cuando solo quería uno, y ahora voy a por los cuartos y quiero subirme al podio. Yo entreno para subirme al podio, no quiero ir a los Juegos Olímpicos a pasear. Para ir a pasear me quedo en mi casa y doy el paseo con mis hijos. Yo cuando decido hacer una cosa la hago al 100%, estoy muy convencido de que puedo estar entre los mejores, de que hay posibilidad de subirme al podio de nuevo. Si con solo dos meses de entrenamiento conseguí meterme en la final de suelo... Puede pasar y yo voy a intentar que vuelva a pasar, voy a hacer que pase de nuevo. Vamos a ver si por lo menos puedo entrenar cuatro meses seguidos y podemos subir a ese podio.
Por cierto, ahora cambia del código de puntuación.
Sí, voy a aprovechar este tiempo para aprenderme el nuevo código que empieza en enero. Al parecer, según me dicen mis compañeros porque yo no he empezado a leerlo todavía porque estoy de vacaciones, el código de puntuación en cuanto a suelo parece que lo han hecho para mí. Entonces, volvemos a partir con ventaja.
¿Qué necesitas para verte en el próximo podio olímpico?
Necesito tranquilidad, el apoyo que he tenido hasta ahora de los patrocinadores, que eso sería una parte muy, muy, muy importante para que yo pudiera seguir practicando mi deporte y estar al 100% centrado y poder seguir brindándole a mis hijos esa estabilidad, esa tranquilidad y que no les falta absolutamente nada. Para mí, esa es la mayor preocupación. Y por último, necesito disfrutar mucho. Cuando disfruto y estoy tranquilo, las cosas me salen bien.
Y entiendo que el apoyo de la federación. Si te centras en el suelo, ya no te vuelcas como este ciclo en el equipo y eso puede suponer una bajada de nivel que no quieran que ocurra.
Ahora tengo la ventaja de que se confía un poco más en mí, ya que he vuelto a reafirmar y llevo mucho tiempo reafirmando que puedo dar buenos resultados y que compito bien. Cada vez que se me pide que esté preparado para aportar las notas para el equipo, siempre he estado. Si llevo ocho años siendo el mejor en esos tres aparatos y aportando esos puntos a mi equipo, ¿por qué no voy a estar siendo el mejor estos próximos cuatro años? Hemos pasado muchísimas generaciones de gimnastas muy buenos, con mucho talento que parecían que sí y luego es que no. Tengo la confianza plena tanto de la federación como de los entrenadores para centrarme en lo mío. Yo voy a seguir entrenando los otros dos aparatos, porque hacer siempre lo mismo te quema, y cuando me pidan que en dos meses hay que estar listo, lo estaré.
UNA DURA ETAPA FAMILIAR
Patrocinadores, federación... y la tercera pata para cualquier deportista de +30 años: la familia.
El espectador no sabe que en estos tres años me han pasado cosas muy locas. Yo me he tenido que, de repente, hacer cargo de mi familia en Madrid, de mi familia en Lanzarote. Mi padre sufrió un desgarro de la arteria aorta y se quedó ciego con problemas a nivel occipital. Lo cual neurológicamente no está bien. Está vivo, porque casi se muere. Un desgarro de la arteria aorta es para morirse y los médicos nos decían que le iban a operar pero que contaran con que no iba a salir de allí. Todo eso yo lo viví. Luego también estuvimos a punto de morirnos en un accidente [de todo el equipo camino a una concentración] en Portugal, a la gente se le ha olvidado también eso. Aún así fuimos al campeonato de Europa y nos metimos en la final.
Y ya tienes dos hijos.
Tengo que lidiar con poder hacer una vida a la par de ser deportista. Se menciona mucho el tema 'Mujer y deporte', que lo apoyo al 100% y estoy 100% de acuerdo. Y siempre he dicho que no me iba a meter ahí porque a lo mejor salgo escaldado, pero también existen los 'Padre y deporte'. En el caso de la mujer es mucho más difícil porque el hombre no es al que le hacen una cesárea o no es el que da a luz, pero también el hombre se levanta por la mañana a cambiar pañales. A mí me daba rabia porque no podía darle teta porque no tengo, pero en cuanto pasó al biberón yo estaba dándole el biberón a mis hijos. Y estaba preparándome para unos Juegos Olímpicos. Aún estando lesionado tienes que seguir levantando a tus hijos, recogiéndolos, jugando con ellos... Un deportista no es solo lo que se ve en Instagram o en la tele cuando compiten. Un deportista también es una persona y por eso pido un poco más de comprensión para que la gente no sea tan dura con esa crítica en general para todos los deportistas, hombres y mujeres.
Sobre todo, por lo que comentabas de tu padre...
Tuve que parar de entrenar y me tuve que ir a Las Palmas de Gran Canaria para estar cerca de él, porque en cualquier momento iba a fallecer. De hecho, una vez ya fuera de cuidados intensivos, cuando yo había vuelto a casa, volvió a darle un paro y tuvieron que reanimarle. Otra vez corriendo para allá.
Tuvo que ser duro.
Antes del campeonato de Europa, le dio también una parada cardiorespiratoria. Era martes por la noche y yo no podía hacer nada, tenía que viajar a Las Palmas de Gran Canaria. El jueves viajaba al Europeo y el miércoles, a primera hora y para volver el mismo día, era la única opción que tenía para poder ver a mi padre en caso de que falleciera. Lo pasé muy mal. Preparé toda la logística parando el entrenamiento, ayuda para mi mujer con los niños, la bolsa del campeonato... y no pude irme. Cuando estaba camino del aeropuerto, mi mujer me llama y me dice que no he cambiado la localización de los controles antidopaje y estaban en mi casa. Me vuelvo, intento hacer pis y no puedo. No me dejaban ir y les dije: "Ponme el aviso si quieres. Me daba igual que me pusieran el primer aviso [al tercero tendría sanción], pero yo tenía que ir a ver a mi padre. Pues al final perdí el vuelo, no pude irme a ver a mi padre, me tuve que quedar aquí y al día siguiente, me fui al Campeonato de Europa.
Para los que lo desconozcan, no podías marcharte porque al estar presente en el control ya hubiera sido una fuga con la sanción máxima.
A veces también hay que ver un poco la parte humana. De decir: si su padre está en esta situación y demás, le ponemos el aviso. No le hubiera costado nada poner el aviso de que no me presenté al control y ya está. Pero sin embargo, me obligaron a hacer el control, perdí el vuelo y no pude ir a ver a mi padre. Y luego además, irme al campeonato de Europa y encima hacerlo bien. Historias que el espectador no conoce.