Diabetes y deporte: un binomio que no impide llegar a la élite
Lauren Cox, ala-pívot de Valencia Basket, y Andreu Simón, campeón de España de ultra trail, son dos ejemplos de ello.
Imagínate que un día cualquiera estás entrenando. Nada extraordinario en una rutina que ya tienes asentada. Tienes siete años, pero compaginas el colegio con varios deportes. Baloncesto, voleibol, atletismo e incluso fútbol. Sin embargo, ese día notas que necesitas beber mucha agua. Más de la que para ti suele ser normal. El cansancio va aumentando de forma gradual. Cada día es aún mayor y no entiendes nada. No tienes fuerzas. Eres solo una niña, pero estás acostumbrada a la velocidad, a recorrer la cancha. Y ese día no puedes siquiera botar la bola. Tus padres te llevan al médico y el diagnóstico es contundente: eres diabética. Sin embargo, lejos de alejarte del deporte, decides continuar. Y entonces, unos años más tarde, te conviertes en el número tres del Draft de la WNBA.
Lauren Cox, ahora jugadora de Valencia Basket, es una de las tantas deportistas diabéticas que sirven de ejemplo para concienciar sobre la importancia del deporte dentro de la diabetes. "Hace 17 años que sé que tengo diabetes. Pero yo controlo mi diabetes, ella no me controla a mí", asegura la ala-pívot taronja a Relevo. Pero ella no es la única deportista de élite que padece esta afección. Y hoy, 14 de noviembre, Día Mundial de la Diabetes, es un buen momento para recordarlo. Para ello, vamos a empezar por el principio: ¿qué es la diabetes?
La epidemia del siglo XXI
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la diabetes es la epidemia del siglo XXI. Representa una "gran amenaza" para la población e incluso sus costes "ponen en riesgo la sostenibilidad". ¿El motivo? Que se trata de un conjunto de trastornos metabólicos que afecta a los diferentes órganos y tejidos y que se caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en la sangre. O lo que es lo mismo, por la hiperglucemia: tener subidas de azúcar.
Según datos de la Fundación para la Diabetes en España, el 14,8% de la población nacional padece esta patología. Afecta a uno de cada siete adultos, siendo esta la segunda tasa más alta de Europa. Puede ser de tres tipos: tipo I, tipo II o gestacional. Y si no se trata correctamente puede provocar complicaciones graves, incluso mortales, derivar en infarto de miocardio o accidente cerebrovascular, así como afectar de manera grave a los riñones.
La insulina, además de llevar una buena alimentación y controlar la glucosa en sangre, es la gran aliada para aquellos que padecen diabetes. No, no descubro nada nuevo con ello. Pero lo cierto es que hay otro gran socio para aquellos que la padecen: el deporte. Pero, ¿esto siempre ha sido así? Pues sí… pero había bastante desconocimiento.
Deporte, deportistas y diabetes
Si uno hace un chequeo sobre deportistas diabéticos salen varios nombres muy conocidos. Por ejemplo, el del central del Real Madrid Nacho Fernández, a quien le detectaron la diabetes con 12 años y cuyo endocrino le llegó a decir que tenía que dejar el fútbol. A la vista está que no hacerlo fue una gran decisión. Otro de ellos es Borja Mayoral, delantero del Getafe, que recibió la noticia con solo cuatro años.
Si se abre el espectro al panorama internacional la lista de nombres es, cuanto menos, identificativa. Justo este pasado fin de semana se ha celebrado laBillie Jean King Cup de tenis. Y, precisamente, la tenista ganadora de 12 Grand Slam, que da nombre a este torneo, padece diabetes.
Otro nombre destacado es el del nadador Gary Hall. Olímpico en Atlanta, Sidney y Atenas, ganador de diez medallas en los Juegos, cinco de ellas de oro, el nadador fue diagnosticado como diabético en 1999, tres años después de sus primeros Juegos Olímpicos. Mientras que también destaca Chris Dudley, exjugador de baloncesto que fue diagnosticado con 16 años, y que tras ello disputó 16 temporadas en la NBA.
Una afección que cierra puertas, pero abre la del deporte
Andreu Simón (Barcelona, 1991) es el actual campeón de España de ultra trail. Y sí, él también es diabético. Pero en su caso, el deporte fue la vía de escape tras quedarse sin poder hacer realidad su sueño por culpa del azúcar. "Soy diabético desde hace 13 años y en su momento fue un palo muy grande", reconoce a Relevo. "Mi sueño desde pequeño era ser bombero y la diabetes es una de las exclusiones médicas de la profesión, así que mi sueño cerró", confiesa Simón.
Aquel mazazo, en cambio, hizo que comenzase a correr. La decisión no pudo ser más acertada. "Cuando eres adolescente y te cierran la puerta y ves que no puedes hacer nada para cambiarlo es duro. Empecé a correr y eso me sirvió para evadirme, para volverme a encontrar como persona. El correr me dio de alguna manera la sensación de que era libre, de que tenía la libertad de decidir al poder controlar el ritmo, etcétera", matiza el atleta.
Simón siempre compite con el famoso parche que le hace controlar los niveles de azúcar. "La diabetes cada día reacciona de una manera distinta aunque sea un mismo estímulo. Al final es adaptarse y ajustar las reacciones del cuerpo para cada día y cada momento", asegura. Eso, precisamente es algo que también sabe muy bien Lauren Cox.
En el caso de la ala-pívot de Valencia Basket, la diabetes ya es "parte de la rutina diaria". Tras enterarse con siete años y comenzar a controlar esta circunstancia, la recomendación médica fue seguir practicando deporte. Y así lo hizo. "Los médicos me dijeron que podía seguir jugando, pero que necesitaba vigilar muy de cerca mi nivel de azúcar en sangre", explica Cox. Y, precisamente, el "controlar" los niveles de glucosa fue el único cambio que tuvo que incluir en su rutina deportiva.
"No tuve que cambiar la forma en que entrenaba. Solo controlarme. Ya es parte de mi rutina diaria. Tengo algunos días buenos y otros malos, pero siempre me recuerdo que soy yo quien controla la diabetes y no al revés", dice a Relevo la jugadora taronja.
Precisamente, ella lanza un consejo a aquellos que son diabéticos y su sueño, perfectamente compatible, es ser deportista: "Puede ser difícil, pero es posible. Tienes que ser muy responsable y tener mucha disciplina. Hay que creer y trabajar duro, pero se puede", cierra Cox.