Cataluña, el eslabón omnipresente para provocar el caos en la FEDME... ¿por cuestiones políticas?
En la tercera entrega sobre el boicot sufrido en la actual gestión de la federación de deportes de montaña y escalada, la FEEC ha tomado un papel protagonista que ha afectado a los deportistas españoles de una nueva disciplina olímpica.
Este lunes se celebran las elecciones a la asamblea de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) en la que el hasta ahora presidente, el aragonés Alberto Ayora, busca continuar en el cargo tras una primera legislatura marcada por el boicot de varios presidentes autonómicos que han buscando la ruina económica de la federación nacional.
En las últimas semanas, Relevo ha desvelado como varias regionales y por distintos motivos se han unido en un boicot con el objetivo de provocar inestabilidad y restar el poder económico del máximo organismo nacional en este deporte. En una primera entrega, contamos como todo se desató cuando el Comité de Ética y Transparencia de la propia FEDME dio "verosimilitud" a un presunto delito del presidente de la federación madrileña José Luis Rubayo por recibir pagos de la corredoría de seguros que contrataba para las licencias FEDME durante su periodo como vicepresidente nacional a través de una sociedad. Una situación que provocó que la federación madrileña dejara de promover la licencia FEDME y sacara una licencia autonómica junto a otras federaciones autonómicas — Madrid, Murcia, Cantabria, Aragón, Navarra, País Vasco y Cataluña — generando un pozo económico de pérdidas a la española.
En la segunda entrega, detallamos como una de estas autonómicas lideró otro de los movimientos clave para perjudicar a la actual presidencia y junta directiva de la FEDME: la salida de Tratado Internacional de Reciprocidad de Refugios de los 38 instalaciones de este tipo en Aragón, Asturias y Navarra, uniéndose así a Cataluña que ya lo había hecho antes. Según expresa la propia federación española, esto también provocado un perjudicio económico, ya que España dejó de ser uno de los países más ofertadores de refugios a nivel internacional para montañeros internacionales a pasar a tener que abonar por falta de oferta respecto al uso de montañeros de la FEDME a otros países.
Si analizamos, una de las regionales en 'todas las salsas' en estos movimientos de boicot es siempre Cataluña. Presidida por Jordi Merino, la federación catalana [denominada Federación de Entidades Excursionistas de Cataluña (FEEC)] nunca ha querido colaborar ni ponerle fácil las cosas a la FEDME. Su máximo dirigente, cercano a los partidos independentistas — llegó a viajar a Waterloo para fotografiarse con Carles Puigdemont — e intenta poner cualquier trabas a la acción de la española en 'su' suelo.
No hace falta irse muy lejos para ver un buen ejemplo de estos movimientos: tras el veto de Aragón a celebrar cualquier competición en su territorio en la búsqueda de hacer caer a la actual dirección de la FEDME y que ya contamos en la anterior entrega de este serial, la federación española eligió la estación de Boí Taüll para celebrar el Campeonato de España de Sprint y Relevos de la temporada 2023, las modalidades que protagonizarán el debut olímpico del esquí de montaña en Milán-Cortina D'Ampezzo 2026. Esta instalación, propiedad de la empresa pública Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya, es ideal para esta disciplina, ha acogido Copas del Mundo en las últimas temporadas y, por ejemplo, era la elegida para ser la sede en la fallida candidatura olímpica de Pirineos-Barcelona 2030.
Pero, a pesar de la buena disposición inicial y según se afirma desde el seno de la FEDME, la FEEC no tardó en provocar el 'caos' nada más conocer que una estación catalana acogería un campeonato de España buscando frenar su disputa. Todo ello, agarrándose al documento de convocatoria ordinaria para las competiciones [aunque este no era el caso, ya que la convocatoria ordinaria había ido a una estación aragonesa y esta era una vía de emergencia para poder celebrar este evento a solo dos años del estreno de este deporte en los Juegos en los que España cuenta con varias de las estrellas internacionales] en el que se expresa que "los clubes organizadores" tendrán que informar a sus federaciones autonómicas. La explicación desde la federación española para incluir este punto es "evitar que haya clubes que, sin informar a su federación autonómica, organicen pruebas nacionales". Pero, en este caso, no había ningún club organizador de Cataluña, sino solo la sede en la estación de Boí Taüll ya que la organización sería llevada directamente por la FEDME.
A pesar de no ser necesario y como gesto de buena voluntad desde la española tras las maniobras de boicot a la celebración, un alto cargo de la federación nacional pidió un permiso a priori innecesario a la FEEC y este fue denegado en un gesto de confrontación directa a la actividad del esquí de montaña español.
Esta es solo un último ejemplo con los deportistas que representarán a España en los próximos Juegos, que se une a un boicot general desde la federación catalana, según se siente en la FEDME solo basado en cuestiones políticas, y que tiene sus platos fuertes en la creación de la licencia autonómica que confronta con la nacional y la salida, años atrás, de la unión que gestiona los refugios de montaña a nivel internacional marchándose de la disciplina española. Ahora, la otra candidatura a la presidencia de la FEDME llega desde Cataluña con el liderazgo de Bernat Clarella agrupando a un buen número de los críticos a la gestión de Ayora, entre los que se encuentran también candidatos aragoneses relacionados con la empresa PRAMES.