Roderick Towsend olvida su pasado manchado por el dopaje con un oro de vértigo
El estadounidense ha ganado el oro en salto de altura en estos Juegos Paralímpicos y en enero estuvo relacionado con una polémica con el dopaje por ingerir aparentemente sin querer una sustancia prohibida.
Roderick Townsend, ha ganado su tercer oro olímpico en estos Juegos Paralímpicos de París 2024. El atleta estadounidense de salto de altura alcanzó los 2,12 metros que le dieron el oro en estos Juegos. Si algo destaca de él, más allá de su capacidad para saltar, es su pelo. "Soy un showman", se describía a sí mismo instantes después de hacerse con la medalla. El atleta lleva el pelo de colores vivos con un diseño abstracto.
Compitió en la categoría T47, en la que los deportistas han perdido parte de un brazo o tienen problemas de movimiento leves a moderados en el mismo. En el caso de Towsend, tiene una discapacidad en el hombro derecho debido a un problema en el nervio que tuvo al nacer.
Con una ambición muy grande, se propone ser "la razón por la que nadie más puede ganar". Aunque su salto de 2,12 metros le ha dejado todavía con el objetivo pendiente de superar su propio récord de 2,16 metros. Un reto que seguro no tardará en cumplir, ya que si algo ha podido impedir que lo logre es la hernia que sufrió en julio y de la que todavía se está recuperando.
Su curioso pasado con el dopaje
En enero de este año 2024, en plena preparación para los Juegos Paralímpicos, Roderick Towsend fue protagonista de un escándalo en el que se le relacionó con el dopaje. Un incidente, al parecer y según la sentencia final, que le libró de la culpabilidad de ingerir capromorelina, una sustancia prohibida.
Según el propio deportista, durante un tiempo estuvo administrándole a su perro un medicamento debido a su estado de salud, hasta que finalmente murió. Este medicamento contenía capromorelina, que también sirve como estimulador de la hormona de crecimiento, y se la proporcionaba al animal con una jeringuilla vía oral.
La estrella estadounidense, una vez dejó de darle el medicamento a su mascota, siguió usando el instrumento para tomar un suplemento líquido de vitamina D que le había recomendado su nutricionista. Tras una investigación, se llegó a la conclusión de que la jeringa seguía conteniendo retos del medicamento y, por tanto, la sustancia llegó a parar al cuerpo del deportista, que negaba ser conocedor de lo sucedido.
Finalmente, fue absuelto y no se enfrentó a ningún castigo, ya que se le inculpó de la voluntariedad de ingerir dicha sustancia prohibida. El atleta continuó con la preparación de los Juegos Paralímpicos y consiguió estar en París, donde ya ha logrado su tercer oro y su cuarta medalla.