JUEGOS PARALÍMPICOS

Siete segundos de bronce de Marta Arce ponen en duda que sean sus últimos Juegos Paralímpicos: "Es tan bonito"

La judoca española, abanderada en París 2024, ha conquistado con un ippon el bronce en la repesca en un visto y no visto.

Marta Arce, bronce en París 2024. /CPE
Marta Arce, bronce en París 2024. CPE
Andrea Robles

Andrea Robles

París.- Marta Arce no olvidará París 2024 jamás. Primero fue la abanderada el Equipo Paralímpico Español, y este viernes, en siete segundos, ha logrado su cuarta presea paralímpica.

La española ha vencido a la brasileña a Lucía da Silva Teixeira valiéndose de un ippon exrpess. Ha sentido ese flow que siempre menciona para hacerse con una medalla de bronce en la categoría de -57 kilos J2.

"La verdad es que yo creo que ha sido la competición con más 'flow' que he hecho nunca", ha bromeado con la prensa tras saberse medallista.

La vallisoleta no se había podido clasificar para la final tras caer ante la uzbeka Kumushkhon Khodjaeva, que consiguió un waza-ari imposible de remontar en semifinales. Sin embargo, al término de ese combate reconoció estar contenta tras haberse medido por primera vez con una rival "muy fuerte" y agotar el crono. Antes, también se había impuesto por la vía rápida a la turca Dondu Yeyilsurt, campeona del mundo en 2022.

"La verdad es que tiene mucho valor, porque a mitad del ciclo tuve un bache gordo de ánimos y yo creo que esta medalla representa que, incluso teniendo pocos recursos, si hay voluntad por parte de las personas que están a tu alrededor, tu familia, se puede llegar y tener un día con flow y que salgan las cosas bien. Y eso nos lo vamos a llevar en el corazón, porque hemos sufrido juntas todo el equipo y nos llevamos ahora esta alegría", ha reconocido.

Arce es una leyenda del judo paralímpico. Formó parte del estreno de la categoría femenina en Atenas 2004, donde se proclamó subcampeona. En Pekín 2008 repitió plata y sumó un bronce más en Londres 2012. Se perdió la cita de Río 2016 por maternidad, y en Tokio 2020, ya con tres hijos, terminó fue diploma paralímpico.

Antes de llegar a París aseguraba a este medio que serían sus últimos Juegos. Tras colgarse el bronce en París, parece que ya no opina lo mismo.

"En principio, yo me acojo a la quinta enmienda", se ha reído. "A mí creo que me acabará retirando la vida. Pero es que es tan bonito, y además cuando caliento ya no me duele nada".

La judoca, que ha sumado la medalla número 38 de España en París, tiene una discapacidad visual derivada de su albinismo. Además de su éxito en el tatami, es fisioterapeuta, habla inglés, italiano y japonés y participa frecuentemente como conferenciante para difundir los valores del movimiento paralímpico que pocos pueden representar mejor que ella.