El gesto de Elena Congost con su guía compromete su sustento para vivir: "Cuando te dicen que no hay nada que hacer todo es rabia y llantos"
Mia Carol, guía de Elena Congost, explica cómo vivió toda la polémica ocurrida en el maratón de los Juegos Paralímpicos y su descalificación.
Las emociones en el deporte suelen tener una vida efímera y tan fácil como se llega a la desolación por no haber conseguido el resultado esperado, se pasa a la alegría. Pero también sucede a la inversa. Y buena fe de ello pueden dar Elena Congost y su guía Mía Carol. La pareja española cruzaba la meta del maratón de los Juegos Paralímpicos de París en tercera posición, batiendo su marca personal en la distancia y completando su podio particular tras el oro en Río y la plata en Londres.
La felicidad apenas duró unos minutos. El tiempo transcurrido entre su llegada a meta y que los jueces decidieran aplicar el artículo 7.9 del reglamento (impide al atleta y a su guía soltar la cuerda que les une) para descalificar a la deportista barcelonesa y quitarle la medalla. La atleta afrontaba los últimos metros ayudando a su guía Mia Carol, que apenas podía andar por culpa de unos calambres, y en esos momentos de confusión, la pareja soltó la cuerda durante un par de segundos. Suficiente para dejar sin gloria a Congost y a su guía.
"Los primeros momentos fueron terribles", comenta a Relevo Carol, atleta de 57 años que acompañaba a Congost al traspasar la línea de meta. El atleta catalán sufrió en los últimos metros de la prueba, pero no pensaba que lo peor estaba por llegar. "Fueron momentos de una incredulidad tremenda. Vamos a ver, en cualquier deporte, no sé por qué, pero siempre hay trampas, ¿no? Elena no las ha hecho nunca, ni las hará. Y que le digan que estás descalificada, pero ¿por qué?".
Elena Congost volvió hace unos meses tras un parón donde ha sido madre de cuatro niños.
— Pilar Alegría (@Pilar_Alegria) September 8, 2024
Hoy ha terminado tercera, pero ha sido descalificada.
Ella ha priorizado ayudar a su guía al llegar a meta.
Estamos Inmensamente orgullosos de Elena y de Mia. #teamEspaña ❤️ pic.twitter.com/7z3WtGeZig
Esos momentos de incredulidad dieron paso a la desolación. "Lo llevábamos perfecto. Y dices, pero por qué nos han descalificado. Y no lo sabían. Primero dicen que yo había pasado antes por la línea. No era eso. Y luego nos dijeron eso [que habían soltado la cuerda]. El momento que ya lo dicen es terrible. Primero pasas por la indignación, luego intentas saber si te dejan hablar con los jueces, pero no eres nadie para hablar con nadie. Entonces, ¿quién va? Tienes al Comité Paralímpico Español, que lo está hablando. Y luego te dicen que no hay nada que hacer. Todo es rabia, llantos y pólvora, porque no la teníamos a mano, ¿no? Y luego más tarde, pues vás asumiendo el golpe".
Carol decidió acompañar a Congost porque ambos coincidían en el club donde entrenan. Una aventura más en la mochila de este corredor de 57 años que ha participado en pruebas de ultrafondo y que en París ha vivido uno de los tragos más amargos de su trayectoria. "Las imágenes mías de ayer son las que nunca habría querido ver en ningún sitio. Es terrible. Y son las que más se han visto".
"La foto y la alegría del podio ya se la quitan, esa no vuelve. Que le restituyan lo que le corresponde"
Una cuerda. Eso es todo lo que se ha interpuesto entre Congost y la medalla. Un trozo de tela que unía a la deportista y a su guía y que en dos segundos de separación les ha costado el mayor disgusto de su carrera. "Habíamos entrenado muchísimo con la cuerda, para no separarnos y para que mi pisada fuera la misma que la suya", recuerda Carol. "Ni nos dimos cuenta. Yo tengo unos calambres, me fallan unas piernas, y ella, sin querer, la suelta, pero no en beneficio de nada. La suelta y la coge enseguida con la otra mano. O sea, que casi no fue ni soltarla. Si miráis los vídeos, las imágenes, no hay ni un segundo o dos".
La estricta norma ha dejado, por el momento, sin medalla a Congost y también sin la posible beca que podría haber tenido de haber logrado el bronce. Algo que tanto la atleta como Carol esperan que no suceda y que prospere la idea del CPE de conceder esa ayuda a la barcelonesa para seguir entrenando. "Elena sí que vive de esto. Con su discapacidad y tener un curro, que además puede ser un curro que es lo que más le gusta yo le decía que tiene que seguir adelante. Todavía puede mejorar, pero se ha quedado sin el sustento económico para vivir. Y si no tiene eso, ¿cómo va a hacer deporte?".
"Los jueces ayer no hicieron justicia, aplicaron una norma y eso es ser un burócrata"
"No sacamos ninguna ventaja", apunta Carol sobre el excesivo castigo de una norma que castiga más la humanidad que la infracción. "Si tu sueltas la cuerda en tu beneficio o que vayas a ir mejor, vale. Pero, ¿qué beneficio había ahí? Imagina que pasan al lado dos corredores más y que una del otro equipo se cae. Igual yo suelto la cuerda para ayudarla. Lo primero que es ayudar a otro"
Esa 'ayuda' que Elena le dio a Carol ha terminado con una imagen y una noticia que ha dado la vuelta al mundo. Ahora sólo queda esperar y ver si prosperan las reclamaciones. Si se hacen. "Nosotros somos deportistas y de eso no entendemos, pero creo que hay que hacerla. Creo que sí y si Elena no la hace, la haré yo por ella", señala el guía, que recalca que aunque luego haya fallo positivo, el daño ya está hecho. "Esta decisión ha quitado el podio que es lo que se merecía. La foto y la alegría del podio ya se la han quitado. Esa ya no vuelve, pero por lo menos que le restituyan lo que le corresponde, porque se lo ganó merecidamente".
Sobre el asfalto de París, Congost y Carol se hicieron merecedores de la medalla y fue sólo la rigurosa aplicación de la norma la que les dejó sin metal. "Son cosas de las normas y de los jueces, que ayer no estuvieron bien, porque lo que debe haber es justicia, ¿no? Ayer no se hizo justicia. Lo que se hizo fue aplicar una norma y eso lo hace un burócrata. Ni la interpretó ni nada. Entonces, ¿para qué estamos? Y luego están los valores. Ayer creo que los dos dimos una lección. Esos son los valores que debería de haber en el mundo del deporte. Y más en un sitio como son los paralímpicos".