JUEGOS PARALÍMPICOS

Higinio Rivero, el palista que rema de norte a sur y 'enreda' con el esquí de fondo: "Me han preguntado si en España tenemos nieve"

Relevo entrevista al barakaldés, que disputará sus segundos Juegos en París en la modalidad de 200 metros canoa VL2.

El palista Higinio Rivero. /GETTY
El palista Higinio Rivero. GETTY
Andrea Robles

Andrea Robles

Arriba, abajo. Como en una película con apellidos vascos y andaluces, Higinio Rivero (Barakaldo, 1982) cambia el norte por el sur cuando el frío aprieta y hace el camino de vuelta con la llegada del calor.

"Hasta mayo estamos en Sevilla, que el Guadalquivir es un sitio de muchísima calidad para entrenar remo o piragüismo. Después vamos a Galicia o a Asturias a entrenar, buscando una bajada de temperatura, porque en verano a 45 grados no se puede", cuenta.

Este estío ha escogido volver a su tierra para la recta final hacia París 2024. "Cuando pasas tanto tiempo fuera, se hace muy largo y se agradece estar en tu entorno, cuidar ese aspecto de la salud mental me parece fundamental y esta vez he intentado estar cerca de los míos", dice.

"Se agradece estar en tu entorno, cuidar ese aspecto de la salud mental me parece fundamental"

Higinio Rivero Palista

No es el único cambio que ha introducido para preparar París con respecto a sus primeros Juegos Paralímpicos en Tokio. Esa necesidad de estar en movimiento ("me gusta enredar, me dicen") le llevó a hacer los muebles de su casa: "Me relaja trabajar con madera". Y también le hizo encontrarse en otra dicotomía tras los últimos Juegos: el piragüismo y el esquí de fondo.

"Empezó como una opción, porque a mí no me gusta estar parado, y justo después de Tokio decidimos probar. Nos gustaba y vimos que eso nos podía ayudar con el piragüismo". La Federación Vasca le ayuda para que el proyecto siga adelante, con el objetivo de llegar a los Juegos de Invierno de Milán- Cortina en 2026. "Es ambicioso, pero bueno, es como un sueño. Y aparte también está el poder enseñar a los españoles que existe el esquí de fondo para personas con discapacidad", expresa.

De momento, está lejos de acercarse a los registros que sí alcanza en su canoa. Pero se divierte, incluso cuando no hay nieve donde entrenar. "Tenemos un rollerski y voy con eso por el asfalto. Además, así mi pareja me acompaña con su bici, que a veces es duro entrenar solo", explica el palista.

Su objetivo, además de llegar a los Juegos de Invierno, es alcanzar el top 20. Ahora está por el top 30 tanto en biatlón como en esquí de fondo. "Piensa que hay gente contra la que compito que cogen los esquís para comprar el pan. A mí muchos rivales me han preguntado si en España tenemos nieve", se ríe.

Pero, volviendo al agua, ha sido subcampeón de Europa y del mundo de sprint, además de campeón del mundo en maratón, una modalidad que dejó de lado al no ser paralímpica y que, en ocasiones, extraña.

"No me gusta más el sprint, es más duro y es más sacrificado al final… ¡Te vas a Alemania solo a competir dos carreras que duran un minuto! Y hay más posibilidades de error, pocas opciones de reaccionar. En cambio, en maratón son 20 kilómetros, al menos te aseguras que compites dos horas y tienes tiempo para la estrategia. Pero es verdad que si ahora me pongo a hacer un maratón se me hace largo", confiesa.

Rivero ha seguido de cerca a la delegación española en los Juegos Olímpicos. "Lo veía por la tele y a veces me daba ese nervio de que se acerca y me va a tocar a mí". Siguió especialmente el recorrido de Aina Cid y Virginia Díaz en la canoa: "Entrené con ellas hace unos años cuando empecé a bajar a Sevilla, así que son como compañeras y estoy muy contento con lo que han hecho".

El barakaldés rebaja expectativas si le preguntan por la carrera de 200 metros en París. "Este año no me ha ido tan bien como otros años en las internacionales. También es verdad que he guardado un poco para ver si podemos llegar en mejores condiciones a los Juegos. La idea sería mejorar el sexto puesto que hice la última vez y mejorar mi tiempo también. A ver si con eso me pongo tercero o cuarto de final".

"Este año no me ha ido tan bien, pero he guardado un poco para llegar en mejores condiciones a los Juegos"

Higinio Rivero Palista
Higinio Rivero compitiendo en Tokio 2020.  CPE
Higinio Rivero compitiendo en Tokio 2020. CPE

Una vida en su piel

Su paraplejia se debe a un accidente escalando, un "cúmulo de errores" por confiarse demasiado. Su amor por la naturaleza le hizo escoger la piragua para rehabilitarse —mismo motivo por el que este exinstructor de vuelo practica ahora el esquí de fondo— y también porque era un deporte asequible. "Una canoa como la mía puede valer unos 4.000 euros, en cambio, una bici adaptada para hacer triatlón, solo de iniciación, te cuesta 7.000".

Recientemente, el Comité Paralímpico Internacional ha anunciado que la escalada estará en Los Ángeles 2028. "Me llamaron, pero les dije que si era para competir, no. Los Ángeles lo veo muy lejos, tengo 42 años ya y cuando practicaba escalada yo no competía, así que lo guardo como un recuerdo de diversión. Me dijeron que sería como el nexo unión para que los monitores aprendan, porque yo he escalado y también entiendo de deporte paralímpico. Entonces dije que sí".

Un detalle en su espalda tatuada da cuenta de aquellos años escalando: tiene una columna tatuada, con sus vértebras dibujadas. A diferencia de lo que la gente cree, se lo hizo antes del accidente: "Sí, es curioso. Y al operarme, como te cortan carne, quedó así... Todo el mundo se sorprende de eso, me dicen "esto era algo raro, ¿no? Porque ya tenías esto antes del accidente".

También tiene una lápida con la fecha del accidente: "Sí, es que aquel día volví a nacer… o parte de mí igual murió ahí". En definitiva, una vida plasmada en tinta por su cuerpo.

Su paso por los Juegos de Tokio se ve en dos tatuajes: una pagoda japonesa —similar a la canoa con la que compite— y un arce nipón: "Me gusta mucho la cultura japonesa… Para París no he pensado todavía, me gusta hacer algo que muestre el camino, por eso no me tatúo los agitos —los aros paralímpicos—, pero para París me dicen lo típico, la Torre Eiffel, a mí me gusta algo más sutil, busco ideas…". Le sugerimos los Phryges, las mascotas de París 2024: "¡Si no sé ni cómo se pronuncia! Además, no me queda mucho espacio... pero algo haré", promete.