JJOO | TENIS DE MESA

La historia escondida detrás de la medalla de Corea del Norte que se comunicó 48 horas tarde

El surcoreano Lim Jong-hoon evita la mili en su país, que es obligatoria precisamente por la guerra abierta con sus vecinos, aunque parada desde 1953.

El selfie de las Coreas y China./
El selfie de las Coreas y China.
Jonás Pérez

Jonás Pérez

¿Recordáis el selfie icónico del dobles mixto de tenis de mesa con Corea del Sur, Corea del Norte y China? Pues esconde una historia vibrante que se cerró con una imagen con mucho más simbolismo del que ya parecía en un inicio. Tanto que hasta el gobierno de Corea del Norte tardó dos días en comunicárselo a sus ciudadanos. Quién sabe si habrá tenido que ver la hazaña del surcoreano y que se librara de un servicio militar obligatorio que precisamente el país vecino mantiene por tener abierta la guerra contra los norcoreanos...

Lim Jong-hoon y Shin Yu-bin ganaron el bronce para Corea del Sur, algo que le ha cambiado la vida a Lim por estar exento del servicio militar obligatorio. Este es obligatorio para todos los jóvenes varones hasta los 27 años y solo hay excepciones para casos drásticos como ganar unos Juegos Asiáticos o una medalla para los Juegos Olímpicos. En caso de completarlo, hay un mínimo requerido para todos los ciudadanos, como el que tuvo que pasar Heung-min Son en un verano. De hecho, fue de los más destacados de su promoción. En su caso, se libró por ganar los Asiáticos.

En el que nos concierne, Lim Jong Hoon ha salvado los muebles de forma agónica. Sobre la bocina. ¡Estaba a un mes de inicial a la mili! El jugador tenis de mesa sabía que era su última bala porque ya estaba al límite de la edad máxima. Sin embargo, ahora queda exento, incluso aunque se retire de su disciplina si continúa entrenando. Concretamente, ahora tiene 36 meses en los que forma parte del servicio militar de su país, pero puede esquivar toda obligación siempre y cuando compita o ejerza algún tipo de actividad profesional relacionada con su deporte.

"Traté de pensar en el bronce como si fuera solo un partido, pero sentí la presión. Mentiría si no dijera que pensaba en el servicio militar. Mi compañera incluso me dijo que no sería humano si no lo pensara", expuso el ganador del bronce en un tema que resulta algo tabú. Es más, los deportistas suelen evitarlo hasta el final por posibles complicaciones si a posteriori deben enfrentar el servicio militar. Aunque resulta evidente. No tanto en su caso (los Juegos son un sueño para todos), sino en el de futbolistas como Son o Kang-In que en ningún caso representarían a Corea del Sur en mitad de una temporada en el fútbol europeo en una competición menor como los Juegos Asiáticos.

Al conseguir el metal, se vino abajo, se agarró a la mesa y rompió a llorar de la emoción. Su compañera le abrazó porque sabía que ambos competían por mucho más que un metal. Ella en realidad no, pero sintió plena empatía por su compañero olímpico, cuya vida podía cambiar rotundamente en cuestión de solo unos días. El servicio militar obligatorio no perdona y fuerza a los surcoreanos a cambiar de vida, a dejarlo todo, a sus familias, a sus amigos, a sus parejas. Todo por estar preparados para defender a Corea del Sur en una guerra. En una guerra que en lugar no existe.

La guerra con Corea del Norte que lleva parada... desde 1953

El selfie fue, pues, algo único. No solo por la rivalidad de los países o por la poca frecuencia de éxito de la nación de los ganadores de la medalla de plata. Corea del Sur y Corea del Norte siguen técnicamente en guerra, aunque se firmó un armisticio que sigue presente desde 1953. Ninguno de los dos firmó un tratado de paz oficial. Es uno de los motivos por los que el país mantiene un servicio militar obligatorio para sus jóvenes y por un período de cerca de dos años. Es una incógnita si el régimen de la parte norte perderá los papeles y desatará una batalla militar. O cualquier otra circunstancia que pueda darse. Por eso los surcoreanos son cautos, aunque ningún joven quiera revolucionar su día a día de una forma tan drástica.

Una imagen de hermandad entre ambos países con un contexto atronador: Lim se libra de la mili con su medalla de bronce. Motivo más que suficiente para extender el brazo y sacar un selfie para la historia de los Juegos Olímpicos. Oro para China, plata para Corea del Norte, bronce para Corea del Sur y el mejor de los premios, una nueva vida, para Lim Jong-hoon.