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'Djokosmash', el agujero negro de Djokovic con el que empezó su tormento olímpico: "¡Gana el maldito punto!"

El serbio entregó las semifinales de Pekín 2008 ante Nadal con un error en la red. "Tiene el peor smash del top 100", llegó a decir su exentrenador Boris Becker.

Novak Djokovic golpea un 'smash' en la pista central de Roland Garros. /Mateo Villalba/Getty Images
Novak Djokovic golpea un 'smash' en la pista central de Roland Garros. Mateo Villalba/Getty Images
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Novak Djokovic saca un primero a la T y Rafael Nadal llega muy forzado, pero consigue poner el resto en juego. El serbio toma la iniciativa con una derecha plana y profunda a la que Nadal responde al límite. Logra devolverla, pero se la deja a Nole a mitad de pista: éste suelta otro latigazo con el drive y ahí Nadal ya no le queda otra opción que lanzar un globo defensivo y rezar. Djokovic remata desde el cuadro de saque, pero no define bien y Nadal la devuelve de nuevo. Otra vez a rezar. Nole la tiene a placer: está ya a escasos centímetros de la red y con Nadal vencido, pero su smash se marcha fuera de forma inexplicable.

Nada más ver que la pelota aterriza fuera, el español se tira al suelo, estira los brazos y lo celebra como si hubiera ganado un Grand Slam. Lo que acaba de hacer es derrotar a Djokovic en las semifinales de los Juegos de Pekín 2008 por 6-4, 1-6 y 6-4 para asegurarse su primera medalla olímpica. Dos días después, Nadal y Djokovic comparten el podio: el español se cuelga el oro y Djokovic, el bronce.

Aquel día, con aquel smash, empezó el calvario olímpico que ha sufrido Djokovic. El serbio cayó eliminado también en las semifinales de Londres 2012, después perdió en la primera ronda de Río 2016 y volvió a ceder en las semis de Tokio 2020. Esa historia de tantas lágrimas y tantos exabruptos puede acabar este domingo en la Philippe Chatrier de Roland Garros, donde se enfrenta en la final de París 2024 a Carlos Alcaraz.

Pero volvamos a aquel smash de Pekín. Ese error de Djokovic podría haber cambiado muchas cosas: Nadal no habría ascendido al número uno en agosto de 2008 y Nole habría asestado un golpe moral bastante potente en un momento en el que el balear dominaba claramente su rivalidad. Antes de Pekín, Nadal había ganado los cinco partidos de gran calado entre ambos, cuatro de Grand Slam y otro en la Copa de Maestros. La primera victoria de Djokovic sobre Nadal en un grande no llegaría hasta 2011.

El gran punto débil de Djokovic

Lo cierto es que ese error de Djokovic con el remate no se quedó ahí. El smash es, de hecho, el gran agujero del juego del balcánico. Tiene uno de los mejores reveses de la historia, su derecha escupe fuego cuando está entonado, al servicio es certero como pocos, es el mejor contragolpeador que existe, su físico es una barbaridad y tiene mano con la volea. Pero el smash...

"¿Sabéis quién tiene, en mi opinión, el peor smash del top 100?", preguntaba Boris Becker a dos chavales en una pista de tenis allá por el año 2020, cuando ya había dejado de entrenar al serbio. "Hablo del peor smash del top 100. Pensadlo bien", insistía el extenista alemán.

"Novak Djokovic", responde uno de los dos alumnos. Y Boris Becker, según el vídeo que colgó la cuenta Top Level Tennis en Twitter, asiente con la cabeza. Y no lo achaca a un tema técnico o de colocación, sino a algo puramente mental. "¿Te lo puedes creer? No tenéis ni idea de cuánto practicamos el smash. Es algo que está en su cabeza. Le viene la pelota y es como que quiere hacer algo bonito, como que quiere saltar... ¡Hazlo simple, gana el maldito punto!"

Con el tiempo, cada vez que Djokovic falla un remate en la red aparece en las redes sociales el término Djokosmash, como se ha bautizado al error del serbio en el smash. Incluso hay vídeos de varios minutos en Youtube con fallos del serbio en el remate.

"¡Hoy he metido todos mis remates! Es algo bastante extraño", llegó a bromear incluso en Wimbledon 2023 tras acabar un partido sin ningún error grosero en la red. "Hay muchos factores cuando vas a pegar un smash: desde el tipo de bola hasta el rival, ya sea alto o bajo, si tengo que volver luego atrás o me voy adelante. De alguna manera, me encuentro más cómodo pegando remates en hierba que en tierra batida, porque es una historia distinta". El domingo, ante Alcaraz, no habrá hierba bajo sus pies...