JUEGOS OLÍMPICOS

Por qué el kárate ya no es un deporte olímpico

España logró dos medallas (un oro y una plata) en la competición de kárate en Tokio 2020. Lamentablemente, no podrá repetir en París 2024.

Sandra Sánchez en los JJOO de Tokyo. /PHOTO KISHIMOT
Sandra Sánchez en los JJOO de Tokyo. PHOTO KISHIMOT
Javier Mercadal

Javier Mercadal

España es una potencia mundial en kárate. Las dos medallas olímpicas conseguidas en Tokio 2020 en la competición de kata así lo parecen indicar. Sandra Sánchez se colgó el oro en la competición femenina, mientras que Damián Quintero logró la plata en las masculina. Todo ello en el legendario Nippon Budokan, algo así como la mecca de las artes marciales japonesas. Sin embargo, el kárate no estará presente en París 2024. De hecho, se trata de la una de las tres disciplinas que no repiten cita olímpica. Aunque las otras dos, beisbol y sóftbol, en muy posible que estén de regreso en 2032, cuando los Juegos Olímpicos se celebren en Brisbane, Australia.

Sin embargo, el kárate no parece tener un futuro olímpico a medio plazo, ¿por qué? Lo primero que hay que tener en cuenta es que, desde Pekín 2008, los Juegos Olímpicos se componen de 28 deportes diferentes. Estos, a su vez, pueden englobar varias disciplinas. Así, por ejemplo, tanto el baloncesto tradicional como el 3x3 se incluyen dentro del baloncesto y cuentan como un solo deporte. Estas son fijas y se mantienen de una edición a otra. De hecho, para que entre una nueva, otra ha de salir antes.

Por qué el kárate ya no es un deporte olímpico

Sin embargo, hay una serie de pruebas que van cambiando de año en año. En París 2024, en total habrá 32 deportes distintos. A los 28 habituales, se suman skateboarding, escalada deportiva, surf y breaking. Todos ellos, a petición del Comité Organizador. Los tres primeros ya se dieron cita en la capital japonesa. Por su parte, el breaking, la modalidad de competición del break-dance, se estrenará en unos Juegos.

Los criterios económicos son los que rigen que ya no vaya a haber más kárate en los Juegos Olímpicos. Al menos, a medio plazo. Una vez que la competición ha salido del país nipón, la prioridad del COI es modernizar el evento para atraer a un público más joven. Es por eso que se han potenciado deportes como el skateboarding, el surf, la escalada o el breaking. La mayoría de ellos, como también lo pueden ser el baloncesto 3x3 o el BMX, asociados a un target juvenil. Quizá, si los próximos JJ.OO. se celebrasen en España, ante la posibilidad de conseguir dos medallas para el país anfitrión, podría tener una oportunidad. Sin embargo, no es el caso.

Cómo llegó el kárate a los JJ.OO.

Según la Carta Olímpica de 1978, para que un deporte sea reconocido como olímpico debe ser reconocido ampliamente en al menos 75 países de cuatro continentes para modalidades masculinas y 40 países de tres continentes para las femeninas. Además, ha de poseer una federación internacional y acogerse al código mundial antidopaje. No computan los deportes que se basan en una propulsión motora.

Es evidente que el kárate cumple con todos esos requisitos ampliamente. De hecho, es uno de los deportes de combate más expandidos en el mundo. Sin embargo, hasta 2015 no fue propuesto por el Comité Organizador de unos Juegos Olímpicos, Tokio 2020 en este caso. El Comité Olímpico Internacional (COI) dio luz verde y, por ello, pudimos ver tanto la competición de katas como la de combate.

Nuevamente, el motivo para que en esta ocasión el kárate fuese aceptado es puramente económico. Japón es el hogar de nacimiento del kárate y, en sus fronteras, se trata de un deporte muy popular. Esto se traduce en venta de derechos televisivos e interés y repercusión en el país anfitrión. También en medallas, porque si España logró dos, Japón consiguió tres (oro en kata masculino, plata en kata femenino y bronce en kumite masculino +75 kg). Por ello, rentabilizar un torneo de kárate en unos Juegos en la capital nipona resultaba algo sencillo.