Una tarde con el 'Team Ray Zapata': la tortilla de la suegra y una entrada de 425 euros para su bebé
Tras la plata de los Juegos de Tokio, el talentoso gimnasta ha vivido su ciclo olímpico más complicado que desemboca en su séptimo puesto en París.

Los jueces no estuvieron con Ray Zapata en su ejercicio de suelo de la final de París 2024, en la que terminó séptimo. Pero sí estuvo su familia, su mejor medalla, incluso por delante de la sobresaliente plata de los Juegos de Tokio. En su ciclo olímpico más complicado, con lesiones, el accidente del equipo y reveses familiares, el genio de la artística española ha vuelto a dar la cara.
Olympia, con la inocencia de una niña de tres años, se debatía en la previa entre los dos personajes animados de Elsa y Rapunzel, muñeca en mano. "Venga, vamos a ver volar a papá", decía con ternura Susana, la mujer de Ray Zapata desde que hace un año unieron sus caminos en Cádiz, en una boda plagada de amor y talento, a la que no faltó ni la extraordinaria gimnasta Rebeca Andrade.
Kairo, su bebé de 11 meses, también se enfundó la camiseta del Team Zapata, la de las grandes ocasiones. Al igual que la de su hermana, madre, abuela y el resto de amigos, pese a su temprana edad, su localidad también costó la friolera de 425 euros. Un esfuerzo increíble que dice poco de los gestores del olimpismo, pero que lo dice todo de una familia que se desvive por un deportista especial, que, haga lo que haga en el futuro, ya es historia de España.
💥 ¡𝑬𝑿𝑻𝑹𝑨𝑶𝑹𝑫𝑰𝑵𝑨𝑹𝑰𝑶!
— RTVE (@rtve) August 3, 2024
La actuación de Ray Zapata ha sido practicamente PERFECTA
Si nos lo permitís, nos quedamos en bucle con este salto#Paris2024 #ParisRTVE3a #JuegosOlimpicosParis https://t.co/uTcIClJRs9 pic.twitter.com/652OiAlvwQ
En la final de suelo, que abrió el representante patrio, el público se mostró entusiasmado con su actuación; pero los que tenían que deliberar sólo concedieron una puntuación de 14.333, una nota escasa para los méritos contraídos por Zapata. Los aficionados se lo hicieron saber al jurado con pitos, pero ya era demasiado tarde.
En las gradas estaba su suegra Virginia, con la que tiene una gran relación. "Le encanta su tortilla de patata, cuando viene mi madre, Ray sube de entrenar directamente con los huevos para que la haga", confesaba Susana, la mujer de Zapata. En una de esas interacciones entre suegra y yerno, tras los Juegos de Tokio, Viki le puso el listón más alto posible: "Si sacas un oro, me tatúo la medalla".
Una puntuación muy rácana
Probablemente, no mereció el oro de la apuesta este sábado Zapata, pero tampoco una nota muy por debajo de sus 14.600 de la clasificación, tercer mejor puntuación de aquel día. Quizá pagó el pato por ser el primer participante de una final en la que los jueces fueron abriendo la mano paulatinamente conforme avanzaba la tarde y en la que el filipino Carlos Edriel Yulo se llevó la corona con 15.000. Segundo fue el israelí Artem Dolgopyat (14.966) y tercero el británico Jake Jarman (14.933).
Al finalizar la competición y tras unos días aislado en la Villa, sin redes sociales, donde todo contacto con la familia había sido vía telefónica, Ray encuentra por el fin el abrazo de sus seres más queridos. Este domingo irán todos a Disney a seguir con su fantasía. Kairo y Olympia, que nació dos meses antes de los Juegos de Tokio, no saben aún valorar todo lo que ha conseguido su padre. Lo harán con el tiempo, porque sus saltos y su alegría permanecerán para siempre en el corazón de España.