'EL VESTUARIO'

Ray Zapata destapa la realidad de un deportista olímpico: "¿Sin sanidad pública? Tendría que haber vendido mi casa"

El gimnasta español detalla los ingresos que recibe y explica las dificultades que afronta en su día a día.

Ray Zapata, en la premiere del documental de Ona Carbonell./Getty
Ray Zapata, en la premiere del documental de Ona Carbonell. Getty
Equipo Relevo

Equipo Relevo

A Ray Zapata le cambió la vida la plata olímpica que conquistó en Tokio hace dos veranos. Aquella medalla le dio la estabilidad económica que no había tenido en los últimos años, incluso pudo asumir con más naturalidad los gastos derivados de la reciente hospitalización de su padre. El gimnasta hispano-dominicano no siente la presión como el resto de los mortales. No piensa en eso. Salta y salta hasta conseguir su objetivo.

Zapata visita 'El Vestuario' de Relevo para reivindicar la sanidad pública y reconocer que siente "orgullo" al ser "referente" para muchos de sus compatriotas. Un mural en el madrileño barrio de Tetuán así lo atestigua. "Me siento de puta madre", explica en la entrevista a Quique Peinado. Es un motivo de alegría que "un dominicano criado aquí" pueda triunfar en los Juegos.

Puedes ver aquí la entrevista completa de Quique Peinado a Ray Zapata

¿Cómo es un día tuyo normal? Un día rutinario...

Me levanto a las siete de la mañana, bajo a los perros, les doy un paseo... Me hago un café, preparo con mi mujer a la niña para llevarla a la guardería, y ya ella se va su trabajo. Yo llevo a la niña a la guardería porque me pilla de camino al centro de rendimiento. Luego me voy a entrenar, empiezo a las diez de la mañana. Primero paso por el fisio para darle calor a los tendones porque tengo un déficit genético. Mi músculo se recupera mucho antes que el tendón. (...) Y entonces, el tendón se va deteriorando y se rompe. Reforzamos el tendón y empezamos a entrenar. Hasta las 12:30, cuando termino, me voy a casa, me hago la comida, descanso una horita y vuelvo a entrenar. A las cuatro empiezo hasta las 18:30 ó 19:00, y luego ya llego a casa. Cuando sale del trabajo mi mujer recoge a mi niña y así vuelvo a empezar.

¿Ya no te quedas a mirar al resto en el gimnasio?

Ya no, ahora entro y digo, tú, tú que ya está.

Hay cosas que hacer.

Ya hemos hecho un trabajo bastante bueno, que no hace falta que estemos tantísimo tiempo en el gimnasio. Hay tanto entrenamiento, ya tienes muchas cosas mecanizadas, las repito tantas veces que no hace falta repetirlas tantas. Ahora estoy haciendo un poco de horas extra. Por ejemplo, ayer me fui a las siete, salí del gimnasio, eran las siete en punto, sin haber hecho la pesas ni nada. Pero estoy haciendo elementos nuevos, quiero seguir avanzando, jugando a hacer elementos nuevos, a ganar más dificultad para seguir estando entre los mejores en mi deporte.

¿Cuánto tiempo hace que llevas esta vida?

Desde los 18 años que entré en el Centro de Entrenamiento de Barcelona, es cuando empecé a entrenar la doble sesión. Y desde hace dos, pues con mi hija. De alto rendimiento llevo 12 años. En total, 12 años haciendo una vida que es entrenar cinco sesiones al día.

¿Cuántos días a la semana?

Entrenamos de lunes a sábado, el miércoles por la tarde libramos, y el sábado por la tarde y el domingo completo también libramos. Entonces, por el resto del día, mañana y tarde. Algunas veces hay competición y no hay día libre.

Y en todo este tiempo, ¿económicamente qué has conseguido acumular?

Pues, ¿qué he conseguido acumular? Mira, en 2015 conseguí la medalla de bronce, que fue lo que me dio el pase directo a los Juegos Olímpicos de Río. Llevaba tan poco tiempo compitiendo en alto nivel que no sabía tenía ni que tenía que clasificarme para los Juegos Olímpicos. Imagínate, no me hubiera enterado. Me enteré cuando llegué a España ya después de estar en Glasgow y me dijo mi fisio, '¿sabes que estás clasificado para los Juegos Olímpicos?' Y yo, ¿qué dices? Sí, sí, sí, el que consigue medalla en el mundial tiene… Y yo, ah, sí, mira qué bien. No sabía la magnitud de lo que era todo aquello. Con eso conseguí una beca.

¿Una beca de cuánto?

Una beca de 40.000 euros.

¿Al año?

Sí, al año. Sí. Pero luego, el año siguiente ya bajó la beca porque no tenía resultado deportivo y al siguiente me lesioné. Lo cual, la beca se te queda en nada y menos, 10.000 euros, porque en 2017 ya me lesioné. ¿Qué pasa? Que, bueno, pues yo con ese dinero he ayudado a mis padres. Venía ayudándoles desde antes ya, porque en 2015, mis padres no pasaban por una buena situación ya estando aquí en España. Estábamos en un piso de alquiler, ahora seguimos estando en un piso de alquiler, y llevaban varios meses sin pagar la mensualidad. El dueño quería su piso porque no se pagaba la mensualidad, era la situación en la que estábamos. Y conseguí una beca, un patrocinador que se llamaba Becas Podium, de Telefónica. Fue mi primera beca. Y con ese dinero de la beca, lo primero que hice fue pagar las mensualidades que le faltaban por pagar a mi familia. Y mis padres tuvieron que mudarse a otro piso. Eso fue lo primero que hice con ese dinero. Y luego, con el dinero de la medalla olímpica, de la medalla mundial de 2015, seguí ayudando a mi familia. Compré un coche de segunda mano allí para que se movieran ellos. Y yo, en ese momento, tampoco me llegaba para mucho más, me compré un coche para mí aquí en Madrid. Para moverme. No lo necesitaba, pero me hacía ilusión. ¡Coño! Había trabajado para conseguir algo, entonces quería darme un premio, que también creo que está bien. En 2016, en los Juegos Olímpicos quedé el 11º y no... la beca se quedó en 12.000 euros. El año siguiente inventé el primer Zapata, el primer movimiento mío, que puse en el código de puntuación con mi apellido. Y en 2017 me lesioné y la beca bajó porque no había resultado deportivo. Y, bueno, pues hasta los Juegos Olímpicos de Tokio, ahí sí que me fue muy bien.

Ray Zapata, en el podio olímpico tras conseguir la medalla de plata en Tokio. AFP
Ray Zapata, en el podio olímpico tras conseguir la medalla de plata en Tokio. AFP

Y todo este tiempo, ¿tu vida cómo ha sido? ¿De llegar a fin de mes apurado?

Mientras estés en la residencia, realmente no necesitas el dinero, en mi caso, para ayudar a mi familia. En el caso también de otros muchos deportistas, como en el caso de mi compañero Néstor Abad, que además ya tiene dos hijos. Y por aportar porque no venimos de familias con mucho dinero. Para nosotros, realmente, la residencia de Joaquín Blume ha sido muy buena. Comes, duermes, ahí te lavan la ropa… Te dan todo para que puedas rendir. Si no hubiéramos tenido eso, igual hubiera sido diferente. También te da la oportunidad de ayudar a tu familia. Estando tranquilo mientras entrenas; así puedes trabajar para conseguir más resultados y ayudar más. Entonces hasta los Juegos de Tokio, la beca fue bastante baja. Fue bastante baja porque no tenía resultado deportivo. En 2019 me quedé fuera del Mundial porque tenía que clasificar el equipo y decían que no encajaba en el equipo, que los puntos que daban eran muy bajos. Y tuve que clasificarme por individual. Un circuito de Copa del Mundo, ocho pruebas, los 30 mejores saltadores del mundo entero y tenía que quedar el primero.

¡Guau! El primero. ¿Y si no quedabas primero?

No, nada, nada. Estabas fuera.

¿Y a lo mejor tu familia pasaría dificultades económicas si eso hubiera pasado?

Sí, probablemente sí.

Hostia, eso sí que es presión.

Pero yo en ese momento no pienso en... Tengo que conseguir esto para ayudar a mi familia. Yo intento conseguir mis objetivos como deportista y que lo que consigo ayude a mi familia.

Claro, si realmente lo pensaras…

Si lo enfocas así, te presionas más. Es una presión porque quieres ayudar, quieres conseguir lo mejor. Igual trabajas diferente. Pero bueno, tuve más trabajo de lo normal en esa época de las ocho Copas del Mundo, porque tenías que hacer las ocho Copas del Mundo individuales. Me iba a Alemania, a una liga alemana que contratan deportistas internacionales para poder competir por clubes de allí. Cada fin de semana me iba también con ellos. Aparte, hacía los controles de competiciones para competir en el equipo y la competición se había hecho de equipo.

Por ejemplo, si tú en esa época te hubieras lesionado…

Se hubiera ido toda la mierda.

¿Se hubiera acabado tu carrera?

No, no se hubiera acabado la carrera, pero no hubiera ido a los Juegos de Tokio.

Tu y yo aquí igual no estaríamos sentados.

Exacto.

"Si no hubiera ganado la medalla, no tendría ni casa"

Ray Zapata Subcampeón olímpico en Tokio 2020

¿Y tu familia? ¿Cómo hubiera…? Lo que les has aportado económicamente a tu familia, ¿qué les hubiera supuesto? Si en ese momento te pasa cualquier cosa y te lesionas.

Pues mira, ahora mismo, tal y como estamos, estaríamos bastante jodidos. Muy, muy jodidos. ¿Por qué? Porque mi padre ahora mismo… Le dio un derrame en la vena aorta, en noviembre del año pasado. Aún sigue hospitalizado. Sigue hospitalizado todavía. Mi familia está en Las Palmas de Gran Canaria. Nosotros vivimos en Lanzarote, pero está en Las Palmas. Ya el primer mes, entre Airbnbs que tuve que coger, entre comida que tuve que pagar, entre pisos que tuvimos que alquilar… Ahora también, por suerte, tenemos un conocido allí que nos ha cedido una parte de su casa que la tiene sin utilizar y mi familia está allí. Pero realmente tenemos los pisos de Lanzarote que hay que seguir pagando. Hay que seguir pagando la comida y el transporte en Las Palmas. Entonces, imagínate lo que supone que yo pague mi hipoteca, que también me pude comprar una casa después de los Juegos Olímpicos, que era algo que yo deseaba. Lo deseaba tanto por donde vengo. Vengo de un sitio que está en situación precaria y que después de los Juegos Olímpicos dije que la beca no me llegaba para comprarme un piso. Y es verdad, no era suficiente. Gracias a los patrocinadores que tengo he podido conseguirlo. Pero ansiaba tanto eso porque me faltaba de pequeño. Vivía en una situación que quería una mejoría. Pues si no hubiera ganado medalla en la Olimpíada, no tendría ni casa, ahora estaría muchísimo peor por la situación de mi padre. No podría estar ayudando a mi familia, a que pudiera estar con mi padre en Las Palmas de Gran Canaria, apoyándole y, bueno... le queda un largo camino todavía. Ahora está mucho mejor porque le decían que no iba a salir de la operación, que le iba a operar, pero que no. Pero el tío tiene dos huevos ahí y está aguantando muchísimo.

Y otra pregunta. ¿Tu padre está en un hospital público?

Sí.

¿Si no existiera la sanidad pública, por ejemplo, en España? ¿Cómo sería la situación de tu familia? Si tuvieras que pagar seis meses de hospitalización, que debe ser un dineral que no lo quiero ni pensar...

Estaríamos jodidísimos. Estaríamos muy jodidísimos. La casa que había comprado antes tendría que venderla. Segurísimo. Tendríamos que venderla. Porque, obviamente, todos esos gastos son muy altos.

Pero tú tienes una presión muy gorda. La de ayudar a tu familia y luego tú tienes una hija, otro hijo en camino, que estoy viendo a tu mujer, que está ahí, que está en esta persona, y dicen…

Bueno, no lo veo como una presión. Claro, yo lo veo como un reto de sacar todo adelante. Y además me hace levantarme con más fuerza. Esta mañana me he levantado destrozado de la cama. Porque he empezado, después del viaje a Santo Domingo, a entrenar. Llevo dos semanas y ayer me flipé muchísimo entrenando. Y hoy me he levantado destrozado. Pero me he levantado contento, destrozado, pero contento. Me he ido al gimnasio, me he hecho mi fisioterapia, me he hecho mi entrenamiento. Hoy he tenido un entrenamiento bastante más relajado, de recuperación. Pero me he ido contento. Me he ido contento porque estoy haciendo lo que me gusta, estoy luchando por conseguir estar en lo más alto del deporte, de mi carrera, en lo más alto, vamos, entre los tres primeros del mundo, de unos Juegos Olímpicos. Y eso es lo que me hace levantarme. Y que estoy pudiendo ayudar a mi familia. Si yo me quedo tumbado, nadie va a venir a mi casa... un patrocinador. O a darme una medalla. ¿Sabes? Tengo que levantarme igualmente a las siete de la mañana. Primero me tengo que levantar porque mi hija tiene que ir a la guardería. Que yo pensaba que cuando fueras mayor te podías levantar más tarde. Es mentira, no os lo creáis. Tienes que levantarte antes.

"No veo mi trabajo con presión, lo veo como un reto para ayudar a mi familia"

Ray Zapata Gimnasta español

No te vas a levantar tarde en tu vida ya.

Tienes que levantarte igualmente. Este tipo de cosas son un motor, ¿no? Me hace funcionar. Ojalá que mi padre no estuviera en el hospital y pudiera llevar el mismo ritmo de vida, pero sin pensar que mi padre estaba a punto de morirse, ¿sabes? Ojalá. Sería mucho más cómodo, por supuesto. Pero si no fuese así, que no estuviera en el hospital, diría… Me mola. Me mola levantarme pronto, me mola ir a entrenar y me mola luchar y crecer.

Y el día que ganas la medalla... ¿qué cosas se te pasaron por la cabeza? Supongo que ganar una medalla es llegar a un reto deportivo, pero en tu caso supone muchas cosas para ti, para tu familia, para el bienestar.

Sí, pero tampoco lo pensé en ese momento. No me di cuenta tampoco. No me di cuenta de que íbamos a mejorar tanto económicamente, para ayudar a mi familia y poder cumplir los sueños de tener una casa nueva. De no pensar en que a mi hija le va a faltar algo. En eso estoy ahora, en la vida deportiva, luego hay que currar como todo el mundo. Mucha gente se levanta a 7 de la mañana. Muchísima gente se levanta a 7 de la mañana para ir a trabajar. A mí me tocó levantarme a 7 de la mañana de por vida, como me has dicho tú antes. Me da por lo menos una tranquilidad de que mi hija en estos años va a estar tranquila, va a estar bien.

Todo es dominicano en el barrio en el que vivo. Y en esa plaza han hecho una serie de murales diferentes artistas dominicanos (…) En ese mural está tu cara, gigante. Supongo que… uno se tiene que sentir mogollón de orgulloso al ver que los dominicanos han querido poner tu cara aquí.

Ser un referente, siempre yo creo que es… joder, hace que te sientas orgulloso. O sea, te tienes que sentir orgulloso si no un referente pinta en tu cara que tú me veas todos los días por la mañana.

Así es, voy con mis hijos al colegio y te veo todas las mañanas. Todas las mañanas. A mis hijos les explico quién eras tú, por ejemplo.

Yo creo que es bueno y que te reconozca tu comunidad también. Aquí en España me han reconocido muchísimo. He salido en todos los periódicos, he salido en muchísimas redes, tengo más patrocinadores, tengo más apoyo. Siguen confiando en mí para que vuelva… Me están apoyando para que yo vuelva a conseguir esos resultados deportivos.

¿Y los dominicanos te paran ahí?

Muchos dominicanos… Muchos dominicanos en el momento sí me reconocían, pero claro, yo no vivo allí como para que me dieran el bombo que me dieron aquí en España, todo ese reconocimiento que me hicieron. Entonces yo… ¡Guau! Llegué de los Juegos Olímpicos y yo flipaba. Digo… Pero si yo soy un pringao. O sea, ¿cómo quieres una foto conmigo? Y yo… Ah, sí. Sonó por todos lados. Yo no lo sabía, no sabía que había sonado tanto. Pues yo apago el móvil en competición. Lo enciendo para hablar con mi mujer, con mi madre… Ya. O sea, apago todo. No me interesa ver nada de nadie. ¿Mi niña está bien? Sí, venga, hasta luego.

¿Y los dominicanos en España? ¿Notas tú cuando te ponen por la calle o te dicen alguna cosa? ¿Notas que eres un referente para los dominicanos?

Sí, sí. De hecho, además, yo voy a la peluquería dominicana y mis peluqueros saben toda la trayectoria que tengo. Y siempre que viene alguien a la peluquería dice "Mira, este no sé quién". Pues… Me mola, ¿no? Que ellos también se sientan orgullosos de que hay un dominicano que se ha criado aquí y, aunque el éxito no sea para la República Dominicana con nombre, coño, que se sientan orgullosos, que se sientan contentos de que un dominicano siga representando tanto a España como a la República Dominicana y ser un referente… Me siento de puta madre.