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El escándalo de los drones destapa la pesadilla que las futbolistas canadienses vivieron con su entrenadora en los JJOO: "Fue muy duro"

Bev Priestman fue expulsada tras el escándalo de espionaje de los entrenamientos de las rivales en la cita olímpica.

Selección Femenina de Canadá/ X CanadaSoccer
Selección Femenina de Canadá X CanadaSoccer
Bárbara Puebla Meyniel

Bárbara Puebla Meyniel

Las jugadoras canadienses nunca olvidarán París 2024. El escándalo de los drones empañó su participación en la cita olímpica y acaparó todos los titulares. Para los menos familiarizados con el asunto, antes del inicio de los recientes Juegos Olímpicos, el Comité Olímpico Canadiense descubriera el uso de drones para espiar los entrenamientos de Nueva Zelanda el 19 y 22 de julio, su rival en el primer encuentro.

Ahora, Gabby Carle y Evelyne Viens -jugadoras de la selección canadiense- han desvelado el infierno que vivieron las futbolistas durante esos días. "Fue todo muy rápido. Joey estaba detenido y Bev (la entrenadora) nos dijo que se encargaría de todo, nosotras confiamos", declaró en el podcast Footy Prime.

La polémica removió los cimientos del fútbol femenino canadiense, que llegaba a la cita como uno de los rivales a batir tras haberse colgado el oro en Tokio 2020, y señaló a Bev Priestman, tanto por la polémica como por su gestión del grupo. Cabe destacar que la seleccionadora nacional, no actúo sola. Jasmine Mander y Joey Lombardi, dos miembros de su cuerpo técnico, le ayudaron. Tan pronto como salió a la luz, Joey fue detenido varios días por la policía francesa mandado de vuelta a Canadá junto con Jasmine.

Para más inri, la federación canadiense reconoció que no era la primera vez que utilizaban esta práctica. La investigación de TSN, el medio canadiense, desveló que había registrado un caso de espionaje justo antes de un partido contra Japón, en la fase de grupos, en los Juegos Olímpicos de Tokio. Es decir, Bev Priestman, entrenadora al frente del equipo desde el 2020, había puesto en peligro no sólo la competición de este año sino también el oro que lograron en la pasada edición de Tokio.

«No importaba si me equivocaba en una tontería, sabía que se iba a magnificar»

Las jugadoras vivieron dentro de una burbuja de incertidumbres, sin saber qué estaba sucediendo. El asunto se saldó con una sanción de la FIFA y la suspensión -y posterior expulsión- de Bev Priestman. "Nos topamos con que nos habían quitado seis puntos y que habían expulsado a la entrenadora", explicaba Gabby. "Las jugadoras nos dimos cuenta que a pesar de la sanción todavía podríamos competir si ganábamos todos los partidos que nos quedaban y fuimos a por ello".

A pesar de las dificultades, las canadienses -que partían con -6 puntos- lograron una más que meritoria clasificación para los cuartos de final del torneo, ganando sus tres partidos. Su participación acabó en dicha ronda, cuando cayeron ante Alemania en los penaltis.

Unos días más tarde del final de la cita olímpica, tanto Gabby como Viens han dado un paso al frente y han explicado como Priestman no sólo perjudicó a las jugadoras con el incidente del espionaje. "Antes no me sentía valorada. Una vez pisé el campo y Bev ya no estaba, me di cuenta de lo mucho que incidía en mí. No importaba si me equivocaba en una tontería, sabía que se iba a magnificar e iba a usarse en mi contra", desvelaba Gabby. La jugadora del Washington Spirit ha vivido un antes y un después en París: "He sentido que puedo ser yo misma sobre el terreno de juego, me sentí liberada y no quiero volver a sentirme como lo hice los pasados tres años bajo ninguna circunstancia. Fue una etapa muy dura".

Ambas jugadoras han defendido como Andy, que ocupó el lugar de Bev tras su expulsión por la polémica, fue un golpe de realidad y una liberación para la selección. "Andy nos dejaba jugar, sabía cómo decirnos las cosas y fue un gran apoyo en el banquillo", explicaba Evelyne.

Con la investigación todavía abierta, el podio que lideraron en Tokio también está siendo cuestionado por lo que podrían perder ese oro olímpico. "Sólo espero que no se perjudique a la reputación de las jugadoras. Espero que no se nos tache de tramposas o algo por el estilo porque no los somos, nosotras hemos trabajado muy duro", defendía Evelyne ante la incertidumbre.