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Así se fraguó el oro del fútbol español: "Tenemos que dejarnos de excusas"

La Selección ha empezado perdiendo en semifinales, en la final y en grupos le empataron en dos partidos, pero Santi Denia trabajó desde el minuto uno el aspecto mental.

Los jugadores de la selección se abrazan. /RFEF.
Los jugadores de la selección se abrazan. RFEF.
Nacho Sanchis

Nacho Sanchis

España ha ganado el oro demostrando una fuerza mental que le ha permitido sobreponerse a todo tipo de circunstancias. El torneo iba a ser duro, lo sabía Santi Denia y lo sabían los jugadores, no solo por la dificultad que encarnan unos Juegos Olímpicos, sino por las condiciones climatológicas, el escaso tiempo entre partidos o el hecho de por el camino haberse cruzado a la anfitriona o a una selección como Marruecos cuyo apoyo en Francia es similar al que tiene la propia selección francesa.

El torneo avisó. España sufrió para ganar a Uzbekistán y República Dominicana, de hecho ambas selecciones le empataron el partido cuando se había puesto por delante el equipo de Santi Denia y hubo que remar para remontar. Al término del encuentro se escuchaba a los jugadores deslizar que "aunque no fuera excusa", sí que había afectado "el clima, el horario, el arbitraje, lo seco que estaba al césped que beneficiaba al rival...".

El discurso de Santi Denia cuando era preguntado al término de esos partidos por las palabras de sus jugadores era clarísimo: "No quiero ni comentar esas cosas. No es excusa, tenemos que ser nosotros mismos y punto", espetaba el entrenador, que sabía lo que se venía encima en las siguientes semanas. Y dicho y hecho, es más, Santi puso el foco en la fortaleza mental de su equipo y sus propios jugadores confesaron que esa fue la clave para llegar a donde han llegado.

"Al descanso, tras una mala primera parte (frente a Marruecos), el míster nos ha dicho que nos liberáramos, que nos aisláramos del ambiente (50.000 franco-marroquíes), que fuéramos nosotros", explicaba Abel Ruiz a este medio en la zona mixta. Esa fortaleza mental sirvió para remontar ante los marroquíes. Esa fortaleza mental sirvió para remontar ante los franceses.

Santi tuvo claro cuál era la receta del éxito para estos Juegos Olímpicos. Es cierto que, por fútbol, su equipo nunca brilló, pero competitivamente ni un solo golpe pudo tumbarle pese a empezar perdiendo tanto la semifinal como la final en ambientes más que hostiles (en el buen sentido de la palabra), en su contra.