El boxeo olímpico femenino logra la igualdad tras París 2024: pelearán sin casco como los hombres
El torneo olímpico ha sido el último en el que se competirá con casco. En varones el elemento de protección se retiró de cara a los Juegos Olímpicos de 2016.
Este sábado culmina la competición de boxeo en los Juegos Olímpicos y se abre un proceso muy importante para el deporte. En 2023, el Comité Olímpico Internacional (COI) expulsó a la Asociación Internacional de Boxeo (IBA, en inglés) del movimiento olímpico por su mal gobierno. El COI se ha encargado de organizar el torneo en los Juegos de Tokio y París, pero ya avisó antes de la cita francesa que "no habrá una tercera".
World Boxing, organismo creado por los países opositores a Umar Kremlev (presidente de la IBA), aspira a tomar ese puesto. El COI ha instado a los países a que arreglen la situación y ellos serán los que deban aprobar todo. El runrún de la posible supresión del boxeo en Los Ángeles 2028 está presente, pero no parece viable y menos en un país, y en concreto ese estado, con tanta tradición boxísitica.
Mientras la transición sucede, IBA sigue al mando de los torneo internacionales. Es decir, organiza Mundiales y torneos continentales (a través de los organismos de cada continente). Los países que pertenecen a World Boxing no participan. El resto de países, como es el caso de España, siguen bajo el paraguas de IBA a la espera de lo que decrete el COI o sus comités y gobiernos nacionales. Por tanto, hasta nuevo aviso IBA tiene el mando durante los próximos meses, como mínimo.
Aprovechando ese poder, IBA ha querido cambiar el reglamento en busca de la igualdad de género. El pasado marzo aprobó en su comité ejecutivo que el casco desaparecería del boxeo amateur femenino. La decisión fue enunciada, pero no explicada. No se usará esa protección salvo en categorías inferiores (indiferentemente del género). En junio entró en vigor la medida con un periodo de prueba de tres meses. Es decir, tras los Juegos la norma cambiará de manera definitiva. No tenía sentido que lo hiciese antes, ya que la potestad para decidir sobre los Juegos era del COI y no iban a aceptar, como se ha visto, mandatos de IBA. Además, los cambios siempre son una vez acabado el ciclo olímpico para que no hay diferencias entre la clasificación y la competición oficial.
La eliminación del casco, como sucedió en 2012, ha sido polémica. Hay detractores y defensores. Nadie se pone de acuerdo y ha sido arbitraria. Gustará más o menos, pero no tenía sentido que los hombres no lo portasen y las mujeres sí. La historia con este elemento se remonta a noviembre de 1982. El fallecimiento durante un combate del surcoreano Kim Duk-Koo provocó que la normativa cambiase y el casco fuese obligatorio desde Los Ángeles 1984.
La norma duró hasta Londres 2012. Desde el año 2009, IBA elaboró un estudio para evaluar los efectos de pelear con casco. Se analizaron los golpeos y el tiempo perdido en los Mundiales de 2009 y 2011 (con él) y los de 2013 y 2015 (sin él). El estudio reveló que se redujo "un 43% las pérdidas de tiempo" y portarlo aumentaba el riesgo de padecer una conmoción cerebral. Los cascos utilizados para los combates amateur no son los de entrenamiento. Cubren la frente y la parte lateral y trasera (no se puede golpear) de la cabeza. Es decir, la zona del mentón (la más peligrosa para un KO) está al descubierto. Con los datos en la mano y usando la experiencia no tenía sentido seguir con el casco.
El COI aprobó en enero de 2016 la eliminación de este complemento para los Juegos de Río de Janeiro, pero sólo en categoría masculina. En femeninas se apuntó que la diferencia de riesgo de conmoción cerebral con o sin él era mínima. Por ello, se mantuvo. Además, hay que tener en cuenta que el número de mujeres boxeando en ese momento era muy bajo. Los primeros Juegos en los que hubo boxeo femenino fueron en 2012. Con todo, las partes prefirieron dejar el casco.
La norma se mantuvo hasta este año, cuando IBA decidió eliminarlo. No aportó, de manera pública, ningún estudio. Simplemente enunció la ley. Basándonos la investigación anterior, si la diferencia era mínima, tiene sentido que hombres y mueres vayan de la mano en cuanto a normativa. No hay que olvidar, por ejemplo, que en Londres y en Río de Janeiro las mujeres competían en cuatro asaltos de dos minutos en lugar de los tres rounds de tres minutos de los hombres. Esa distinción se eliminó tras la cita brasileña y, quizá, el casco también tendría sentido haberlo hecho en ese momento.
Pese a que parecía un paso lógico, la polémica siempre existe. "El casco, más que de los golpes, te protege de posibles cortes o cabezazos. En una competición amateur en la que tienes que pelear cuatro veces en una semana, un corte te puede impedir salir en la siguiente ronda. Por ese motivo, lo prefería", comentó a Relevo Laura Fuertes, primera mujer española clasificada para unos Juegos. Del otro lado están las boxeadoras que hablan de comodidad al no tener la protección puesto. Guste o no, el duelo entre la china Li y la panameña Bylon, en la final de 75 kilos de París 2024, podría haber sido el último con casco en un gran torneo internacional. Al menos de momento. Hay tantos cambios por hacer en el boxeo olímpico que esto puede variar.