Ayoub Ghadfa continúa la "cosecha" del boxeo español: asegura medalla ante Armenia

Avisó, este jueves, Enmanuel Reyes Pla después de garantizar la primera medalla para el boxeo olímpico español en 24 años: "Mañana mis compañeros continuarán con la cosecha". No lo pudo hacer Rafa Lozano Jr., pero Ayoub Ghadfa selló, este viernes, su presencia en el podio de París. Con nocturnidad, como suele suceder en los grandes combates profesionales, el marbellí, de 25 años, derrotó por decisión unánime al armenio Davit Chaloyan para meterse en semifinales (en boxeo se reparten dos bronces).

Suceda lo que suceda este sábado con José Quiles (15:30), los Juegos de 2024 ya son historia para el boxeo español. Hasta el momento, España había logrado cuatro medallas (Rodríguez Cal, Faustino Reyes y Rafa Lozano en dos ocasiones). En unos mismos Juegos sumar dos metales es algo nunca visto y hace que esta generación de púgiles ya sea, por números, la mejor del boxeo amateur de nuestro país.

La presea de Ayoub Ghadfa (categoría +92 kg) es, al igual que Reyes Pla, gracias a la convicción de Rafa Lozano. El seleccionador nacional le vio en entrenar y le ofreció empezar a compartir sesiones con el equipo nacional. Tenía 18 años recién cumplidos y un bagaje en el boxeo de dos combates. Estaba en los moldes, pero el medallista en Atlanta y Sydney vio tanto potencial que apostó por él sin dudarlo. El marbellí aceptó el órdago, pero no fue sencillo. Le tocó aprender a base de golpes y derrotas. En España el peso pesado nunca estuvo copado.

Ghadfa empezó en un año a dar resultados y tras Tokio 2020, para donde no clasificó, se reivindicó. Medalla en Europeo, Mundial… y oro continental en abril de este año. De ese cajón se fue a Tailandia para garantizar su billete a París. Llegaba en el mejor momento de su carrera y podía hablarle de tú a tú a cualquiera. Lo hizo en octavos y también en cuartos de final. Chaloyan era un viejo conocido. En mayo, Ayoub le noqueó en el Europeo que acabó ganando. El español le conocía y por ello no se fió. El armenio cuenta con poder en sus manos. Distancia y velocidad para entrar y salir. Esa fue la clave de todo el combate.

Ayoub mide 1,98 metros. Es muy fuerte, pero no se trata de un peso superpesado pasado de peso. Eso le permite tener una movilidad que marca la diferencia ante hombres más toscos. Ghadfa ganó para los cinco jueces el primer asalto. Controló la distancia y en un round igualado el triunfo fue para el mas preciso. Lo único negativo del acto llegó por un choque de cabezas. El marbellí se cortó y empezó a sangrar. Era la parte lateral de la cabeza. Manaba sangre, pero no era peligroso para que le parasen el pleito.

En el segundo asalto, Ayoub dominó todavía con mayor claridad. De inicio empezó a meter manos y marcó la diferencia, sobre todo, con su jab. Cuando la distancia está bien tomada la mano adelantada es clave. Chaloyan empezó a desesperarse y el español aceptó algún intercambio. Nunca tuvo problemas, pero uno de los jueces se lo dio al armenio. La medalla era española, por lo que había que boxear con cabeza. Ghadfa lo hizo perfecto. Se movió y sólo tuvo que jugar con la precipitación y desesperación de Chaloyan. No lo vio en el round y acabó ganando en las cinco cartulinas. Triunfo de crack mundial.

Ayoub siempre ha mantenido un tono mas comedido en sus declaraciones que Reyes Pla. Su objetivo era ir pelea a pelea. No quería presiones ni agobios por el futuro. El triunfo para él era estar en París. La medalla es el premio a la perseverancia, pero tiene talento para más. El francés Djamili-Dini Aboudou será su próxima parada (miércoles 7 de agosto, 22:18 horas) y lo que puede preocupar ahora es el corte. La suerte para la delegación española es que tiene cinco días, prácticamente, para que el corte se cierre y no haya ningún problema médico. La medalla es un hecho, ahora toca apuntar al metal que más brilla.