Un cambio complicado y una explicación sencilla para entender el milagro de los 'Hispanos'
La selección española repite presencia en las semifinales olímpicas, como ya ocurriera hace tres años en Tokio.
La Selección española de balonmano volverá a luchar por las medallas en unos Juegos Olímpicos. Como ya sucediera en Tokio hace tres años, cuando se colgaron el bronce, los Hispanos estarán en las semifinales tras imponerse a Egipto en un duelo agónico, que se decidió en la prórroga gracias a la magia de Aleix Gómez y a la solvencia de Gonzalo Pérez de Vargas bajo la madera.
El extremo se ha convertido en el héroe del equipo de Jordi Ribera. Ya ante Croacia sacó a pasear la muñeca para meter al equipo en los cuartos de final. Y frente a Egipto volvió a ser decisivo en el final del partido y, sobre todo en la prórroga. Especialmente con una acción desde el lado diestro del ataque que terminó con un lanzamiento liftado que se coló por el lado izquierdo del infranqueable Aly.
Una acción que mostró la sangre fría de un jugador que no se lleva tantos focos como el guardameta toledano o Alex Dujshebaev. Sin embargo, el jugador del Barça no necesita de los focos. Le sobra con su sangre fría como demostró en el tiempo extra con otro lanzamiento desde el extremo y un siete metros aprovechando las situaciones de superioridad del equipo español.
Pero España también supo sacar rendimiento cuando estuvo en inferioridad numérica por las exclusiones del rival. Jordi Ribera lo tuvo claro. Con el equipo hasta cuatro goles por debajo, el seleccionador tiró de una táctica un tanto suicida y dejó a la Selección sin portero en las situaciones de ataque para el conjunto nacional. Una decisión difícil de tomar, pero fácil de entender ante la necesidad de España de anotar.
"Era un cambio arriesgado, porque sabíamos que podíamos perder definitivamente el partido en un momento, porque el juego siete para seis exige mucho riesgo, pero sabíamos que teníamos que acercarnos en el marcador, porque la dinámica del partido podía cambiar y al final hemos logrado empatar y forzar la prórroga", señaló Ribera tras la victoria que mete a España en la lucha por las medallas.
Una decisión táctica compartida por sus jugadores, como explicaba Dujshebaev tras el duelo ante los Faraones. "Cuando nos hemos puesto con cuatro goles por debajo a falta de quince minutos hemos decidido ir con todo, arriesgar al máximo con el 7 para 6, porque teníamos que jugárnosla y nos ha salido bien y forzar la prórroga".
"Sabíamos que podíamos perder definitivamente el partido en un momento, porque el juego siete para seis exige mucho riesgo, pero sabíamos que teníamos que acercarnos en el marcador"
Otra de las explicaciones a la victoria española, que parecía complicada tras 45 minutos de juego, está en la sangre fría y en la determinación del equipo por conseguir el triunfo. "Cuando hemos conseguido forzar la prórroga ha sido mentalmente difícil para ellos. Además, hemos sabido jugar muy bien el inicio del tiempo extra y eso ha permitido liberarnos un poco".
"Ha habido un momento que parecía que ya teníamos el partido perdido, que lo teníamos todo en contra y ha sido increíble como el equipo ha peleado hasta el final. Esa ha sido la clave, que el equipo nunca ha dejado de creer, nunca ha bajado los brazos. Me quedo con la fe y la lucha del equipo. Es un espíritu que se ha transmitido de generación a generación. Un espíritu que lleva siempre al equipo a luchar hasta el final sea quien sea los que jueguen o estén el banquillo. Ese gen lo hemos heredado todos".