Usman Garuba: "No siento que tenga que demostrar nada a nadie, soy consciente del jugador que soy"

Valencia.-Usman Garuba es un caballo desbocado cuando está en una cancha de baloncesto. Una fuerza desatada de la naturaleza que sirve de batería para el resto de sus compañeros con la energía que imprime en cada una de sus acciones. Defensa, rebotes, un tapón, un triple liberado… seguirle aunque sea con la mirada, agota.

Sin embargo, cuando el pívot de Azuqueca de Henares sale de la pista, el ecosistema en el que se encuentra más cómodo, es todo lo contrario. La tempestad deja paso a la calma y con voz sosegada habla sobre un futuro que, en su caso, no pasa más allá de París. Eso sí, el canterano madridista tiene claro que la Selección estará en los Juegos como tenía claro antes de volar a Georgia en 2022 que el equipo iba a ganar el Eurobasket. Era el único y al final todos se subieron a su carro.

"Mi futuro ahora pasa por París", asegura un Garuba que ya acumula 35 partidos con el combinado nacional con sólo 22 años. Debutó con 19 años en los Juegos de Tokio y ya es una de las referencias del equipo, aunque "todavía no me siento un veterano de la Selección".

El pívot internacional cambió durante unas horas la camiseta de la Selección por la de Kellogg's para encabezar una acción social con niños en riesgo de exclusión. Es la otra cara de un jugador al que no se le acaban las pilas cuando Scariolo mira al banquillo y le manda a la cancha. "Sergio este año no me ha pedido nada. Él sabe lo que tiene conmigo, yo sé lo que tengo con él… es amor. No hace falta que hablemos mucho. Él sabe lo que yo intento transmitir con mi juego, ayudar y ganar. Él es consciente de ello".

Con problemas de faltas en el segundo encuentro del Preolímpico, Garuba fue el más destacado en el primer duelo ante Líbano con 15 puntos, ocho rebotes y 26 de valoración. "Salir enchufado a los partidos es algo natural. Desde pequeño me sale", comenta un jugador que ahora mismo está sin contrato y que la pasada temporada apenas tuvo continuidad entre la NBA y la G League. Algo que sí encuentra con España.

"No necesito reivindicarme para nada, pero sí que es divertido poder estar con la Selección y competir por tu país, pero no es nada a nivel personal, ni de reivindicación ni de demostrar nada. Yo creo que no es necesario. No tengo que demostrar nada a nadie. Soy consciente de lo buen jugador que soy y de todo lo que puedo dar", reconoce el dorsal 16 del equipo español.

Un conjunto en el que Usman se encuentra como en casa porque sabe cuál es su papel. Tanto dentro como fuera del vestuario. " Mi objetivo es ser el conector del grupo. El que intenta conectar a todo el mundo", recalca un jugador que ha llegado a Valencia en un estado de forma como pocas veces se le ha visto, con la mejor combinación entre fuerza y velocidad de su todavía corta carrera.

"Te diría que sí, que me encuentro mejor que nunca físicamente, técnicamente… en todo. Creo que estoy, si no en el mejor, en uno de mis mejores momentos". Y ahora sólo queda que ese estado de forma le lleve junto al resto de la Selección a París. "Estoy seguro de que vamos a estar. Y allí, día a día". Ese es todo el futuro que le preocupa.