La revolución de las Belgian Cats que buscan la gloria olímpica
Entre 2009 y 2024, la mejor generación de la historia de Bélgica ha revolucionado el mundo del baloncesto en su país. Recorremos todas las fases del proceso que les ha situado en primer plano.
Hubo una época en la que los focos brillaban pero por su ausencia alrededor de las Belgian Cats y uno podía elegir asiento al llegar al pabellón. Esos años en los que una jovencísima Julie Vanloo comenzaba a tener barra libre para lanzar, Emma Meesseman asomaba la cabeza y nombres propios como Sofie Hendrickx o Noemie Mayombo, que en el presente quedan bien lejanos, asumían amplios minutajes en la rotación.
En las entrañas de la clasificación al EuroBasket 2015, dos años antes de la gran cita y en una fase en la que las grandes potencias ni estaban ni se les esperaba, Bélgica se batía en el barro con algunas de las selecciones más débiles del continente. Polonia, que a la postre disputaría el EuroBasket y se marcharía con un balance de 0-4, ganaba con contundencia a las Belgian Cats ante menos de 400 espectadores. El resultado lucía un duro 60-79. Esa era la realidad en 2013 de un proyecto que esperaba con ansias la llegada de aire fresco desde su baloncesto formativo.
Aquellas jóvenes que comenzaban a ser convocadas con la absoluta, se habían colgado la plata en el Europeo Sub-16 de 2009, habían alcanzado el cuarto puesto en el Mundial U17 y el oro en el Europeo Sub-18 de 2011. Tan solo España, con Andrea Vilaró o Yurena Díaz en el equipo, había conseguido interponerse a nivel europeo en su camino. Ese mismo que estaba destinado a continuar en la absoluta. Y de qué manera.
Menos de tres años después de aquella derrota ante Polonia, ambas selecciones volvieron a verse las caras. En esta ocasión, con el objetivo de clasificarse al EuroBasket 2017. Del -19, Bélgica pasó al +37 en Namur, con alrededor de un millar de espectadores en la grada. Emma Meesseman se fue hasta los 29 puntos, 14 rebotes y 42 de valoración; Julie Vanloo anotó 10 puntos; Antonia Delaere hizo un poco de todo hasta alcanzar los 14 de valoración; y Julie Allemand, Hind Ben Abdelkader y Kyara Linskens completaban la rotación. Un panorama totalmente diferente en el que Kim Mestdagh tiraba del carro a sus 26 años y la legendaria Ann Wauters, con presencias intermitentes en la última década, ejercía el papel de veterana.
En 2016, Bélgica hizo pleno de triunfos en la clasificación y consiguió un billete al EuroBasket. El primero del país desde 2007, cuando quedaron séptimas y dieron paso a cuatro ediciones consecutivas en blanco. Aunque en esta ocasión, el resultado fue incluso superior. La cantidad de talento estuvo muy por encima del handicap de la inexperiencia. Tres de tres triunfos en la fase de grupos ante Rusia, Letonia y Montenegro, triunfo contra Italia en cuartos y derrota frente a España en semis, consiguiendo un valioso bronce ante Grecia con una auténtica exhibición. El mejor resultado de la historia del país, con Philip Mestdagh a los mandos de la nave. Todo se quedaba en casa.
El salto al plano internacional llegó un verano más tarde. En Tenerife, con la disputa del Mundial. El inicio de lo que supuso un largo aprendizaje como equipo. Tras arrollar a Puerto Rico, una derrota por apenas dos puntos dejó contra las cuerdas a las Belgian Cats, pero un triunfo frente a España, quizá el de mayor relevancia hasta ese momento, les metió en las eliminatorias. Lideradas de nuevo por Meesseman, Julie Allemand se sumó al quinteto titular, formando parte del mismo junto a Kyara Linskens y Antonia Delaere. El traspaso de poderes había alcanzado un nuevo punto desconocido hasta aquel instante, lo que les permitió superar a Francia en cuartos para plantarse entre los 4 mejores equipos del mundo, donde Estados Unidos y España les relegaron a una cuarta plaza que les dejó al borde de las medallas. Todavía era demasiado pronto.
La quinta plaza del EuroBasket 2019 comenzó a saber a poco y el verano del 2021, el más esperado de todos después de estar un año sin competir por la pandemia, dejó un sabor muy agridulce. Lo que se suponía que iba a ser la consagración definitiva, terminó de la forma más cruel posible. Por doble partida.
Kim Mestdagh, con todos los galones ganados a pulso a lo largo de los años, se convirtió en la protagonista de las dos posesiones más importantes de la historia de las Belgian Cats. En el EuroBasket que podía terminar en coronación, las semifinales llegaron ajustadas al límite a su desenlace. Serbia y Bélgica se batieron en un durísimo encuentro en el que las Belgian Cats disponían de la última posesión para ganar el partido. Y lo cierto es que Kim, hija del experimentado seleccionador, anotó el tiro que desató la locura. Pero lo hizo una décima tarde. Y Serbia se hizo con el pase a una final que supuso la despedida soñada por Sonja Vasic.
A diferencia de otros veranos, la pandemia provocó que no hubiera tiempo para lamentarse. Bélgica afrontaba la primera participación de su historia en unos Juegos Olímpicos, celebrada con euforia tiempo atrás ante miles de espectadores en Ostende. Visto el nivel del equipo, no era ninguna locura pensar en tocar metal. Y así avanzó durante el campeonato el conjunto de Mestdagh hasta los cuartos de final, ronda en la que volvían a enfrentarse a Japón, las anfitrionas. Tres años después de caer por dos puntos en el Mundial ante la selección asiática, el destino volvía a deparar un choque igualado y tenso, que se decidiría en la última posesión. Kim Mestdagh, pocas semanas después de aquel agrio desenlace, pidió el balón y se levantó. Esta vez, dentro de tiempo. Pero sin la fortuna necesaria para que el balón acabara dentro. Sobre la bocina, de nuevo, Bélgica se despedía del mejor y peor verano de siempre.
Con el grupo de jugadoras alcanzando un punto de madurez ideal para dar ese salto que tanto se resistía, la mala fortuna azotó a las Belgian Cats. En Australia, cuando el Mundial de 2022 aparentaba ser la ocasión ideal para colarse en la gran final, una lesión en la fase de grupos apartó a Meesseman de las canchas. Sin ella, China y Australia pasaron por encima de Bélgica. Aunque no todo fue negativo: la aparición de Maxuella Lisowa Mbaka, el buen hacer de Hind Ben Abdelkader en su regreso tras años de conflicto con la federación y los minutos de las hermanas Massey, Ine Joris, Elise Ramette o Laure Resimont podían dar pie a pensar que el fondo de armario iba a dar un paso adelante en el futuro más cercano.
Justo lo que sucedió en 2023. El año en el que Bélgica se coronó en el EuroBasket, dirigida por Rachid Meziane tras el breve paso de Valery Demory. Las Belgian Cats alcanzaron un nivel superior a lo mostrado hasta entonces en pista, con una función basada en el juego colectivo que les llevó hasta el oro con merecimiento. En un equipo construido alrededor de Emma Meesseman, la única figura imprescindible, el colectivo evolucionó y se plantó en un escalón especial. Ese en el que se sitúan los equipos en el que todo inconveniente o giro fuera de guion encuentra una base sólida sobre la que asentarse. Como la falta de acierto de todo un pilar como Antonia Delaere en el campeonato, los altibajos que pudiera experimentar Kyara Linskens, la libertad de un verso libre como Julie Vanloo o lesiones inoportunas, como la de Julie Allemand justo antes de los Juegos Olímpicos de París.
A pocos kilómetros de la capital francesa, Lille ha sido testigo del asalto definitivo en el panorama intercontinental. Después de un debut que hizo temblar los cimientos, Bélgica ha respondido como las grandes campeonas. Con su mejor baloncesto. Ante más de 25.000 espectadores, señal irrefutable de la profundidad a la que ha calado el proyecto y de la mínima distancia con la frontera, Estados Unidos sudó lo suyo para derrotarla. Como ya sucediera meses atrás, de hecho, donde solo una canasta de Breanna Stewart (tras pisar fuera de banda) permitió a EEUU llevarse la victoria. Una derrota que no dejó malas sensaciones, pero sí un problema serio a nivel clasificatorio: debían remontar 27 puntos para pasar a cuartos de final ante Japón. El gran verdugo de los últimos JJOO y aquel rival tan complicado que se encontraron en Tenerife. Sin embargo, esta vez no eran las mismas Belgian Cats. Ya sabían lo que era ganar.
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— Belgian Cats (@TheBelgianCats) August 7, 2024
En un ambiente salvaje, el equipo de Meziane obró la gesta y se convirtió en el dardo envenenado del Bombo 4. Ese que no esquivó España, ganador del Grupo A, y que derivó en la reedición de la final del EuroBasket 2023… y de unos cuantos enfrentamientos en los últimos 15 años, iniciados en la final del Europeo U16 de 2009 por Meesseman, Vanloo y Delaere. Así es, las mismas protagonistas que 15 años después celebran su billete a las semifinales de los Juegos Olímpicos. Uno de los pocos hitos que le quedaba por desbloquear a este fantástico e histórico grupo de jugadoras.