JJOO | BALONCESTO | CANADÁ 88 - ESPAÑA 85

La redención de Darío Brizuela o cómo la 'mamba vasca' se quitó los males de este año para liderar ante Canadá

El base-escolta muestra con la Selección su mejor versión para dejar claro que puede ser un jugador capaz de cambiar partidos.

Darío Brizuela durante el partido ante Canadá. /FIBA
Darío Brizuela durante el partido ante Canadá. FIBA
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Hace unos meses, durante la recta final de la temporada, había una pregunta generalizada -sobre todo en Euroliga- que no paraba de sobrevolar al Barça: ¿qué pasa con Darío Brizuela? La mamba vasca no gozaba de minutos ni de la confianza de su entonces entrenador, Roger Grimau, y las dudas en torno a su rol en el equipo culé no paraban de agrandarse. De hecho, hubo quien incluso no entendió que Sergio Scariolo apostase por él para el Preolímpico de Valencia y, posteriormente, los Juegos Olímpicos de los que España ya se ha despedido tras caer ante Canadá. Pero lo cierto es que la actuación de Brizuela ante la selección norteamericana, sobre todo en el último cuarto, es el claro ejemplo de que su puesto estaba justificado y que se trata de un jugador que puede ser capaz de cambiar un partido. Pero vayamos por partes.

Cuando Darío Brizuela aterrizó en el Barça, lo hizo después de que el club culé pagase una cláusula millonaria por él al Unicaja. En teoría, el base-escolta formaba parte de ese plan nacional que quería forjar el club azulgrana, pilotado por Roger Grimau desde el banquillo, pero que pronto dejó de funcionar. Brizuela no contaba con la confianza del técnico y Nico Laprovittola y Rokas Jokubaitis estaban por delante de él. Y cuando llegó Ricky Rubio en febrero, todo se incrementó aún más.

El donostiarra quedaba relegado al último lugar y era el damnificado en muchas ocasiones, quedándose incluso fuera de convocatorias o casi sin pisar el parqué. Algo que hubo parte de la afición culé que no entendía, al argumentar que podía ser el jugador que aportarse desde media y larga distancia, aspecto que era, precisamente, uno de los lunares del Barça. La temporada acabó con el Barça cayendo en los playoffs de la Euroliga y en semifinales de la Liga Endesa ante el Real Madrid. Y entonces se activó el modo Selección donde Brizuela ha sabido aprovechar los minutos con los que ha contado.

En el Preolímpico de Valencia, firmó una media de 9,5 puntos por partido en aproximadamente un cuarto de hora de juego. Y su mejor actuación fue ante Líbano, con esos 12 puntos, todo ellos desde la línea de tres, donde además dio cuatro asistencias. Pero es que, además, durante los Juegos Olímpicos, también lo ha hecho, demostrando que puede ser un jugador capaz de cambiar partidos y que en momentos puntuales puede antojarse necesaria su presencia con una importancia o, mejor dicho, influencia, que ha ido de menos a más.

Ante Australia, partido que perdió España por 12 puntos, estuvo en pista sólo cinco minutos en los que anotó dos puntos, cazó un rebote y repartió dos asistencias. Pero es que si uno se fija en el +-, comprueba que con él en pista España estaba en positivo (+3). Ante Grecia, duelo que sí que logró ganar la Selección, su presencia se vio reducida a tres minutos. Tiempo en el que le dio para anotar un triple y repartir dos asistencias. Y, sin duda, su redención llegó ante Canadá. Y es que ahí fue el base-escolta el que, junto a Sergio Llull y una gran defensa del joven Jaime Pradilla, logró reenganchar a España a un partido que era a vida o muerte y en el que la Selección remó y dio la cara hasta el final (88-85).

La mamba vasca anotó 16 de los 17 puntos con los que acabó el partido durante el último cuarto (en total jugó 14:18 minutos, hizo 7/9 en tiros de campo con 5/5 en tiros de dos y cazó un rebote). Un arreón que fue clave para que España recortase distancias e incluso se quedase a un triple de la prórroga. Pero es que además el recital baloncestístico que mostró sobre el parqué hizo que las redes se llenaran de comentarios en los que se aseguraba que se había personificado en él Michael Jordan, Kobe Bryant o el mismísimo Kevin Durant. Todo ello porque logró romper defensas con el 1x1, crear espacio para generarse tiros y buscar el aro con una confianza excelsa que incluso contagió al resto de sus compañeros gracias a acciones técnicas de absoluta calidad, aun siendo defendido por todo un NBA como Shai Gilgeous-Alexander o Lu Dort.

Con todo ello, Brizuela se ha desquitado de lo ocurrido la pasada temporada y ha mostrado su carta de presentación de lo que puede aportar de cara a un Barça renovado, con un nuevo entrenador (Joan Peñarroya) que habrá que ver cómo utiliza al base-escolta a partir de ahora.