El gran villano de los Juegos ahora duda sobre su enfrentamiento ante Jokic

Joel Embiid y Nikola Jokic son los dos grandes pívots en la NBA durante el último lustro y tras enfrentarse en varias ocasiones en la mejor liga del mundo, esta tarde lo harán en un escenario diferente, pero no menos relevante: unas semifinales de los Juegos Olímpicos. Un duelo que enfrentará a Estados Unidos y Serbia por un puesto en la final y en que los dos últimos MVP's de la NBA volverán a dirimir una nueva batalla… si Embiid lo permite.

El camerunés llega al choque entre algodones según ha informado Associated Press. El pívot está lidiando con molestias en su tobillo, motivo por el cual no disputó ningún minuto en la segunda parte ante Brasil y su presencia para el partido ante los balcánicos está entre interrogantes. Una duda que ha alimentado el debate en redes sociales sobre la disponibilidad del jugador camerunés cuando tiene que enfrentarse a Jokic.

Los dos grandes pívots de la NBA en la actualidad se han enfrentado en 8 ocasiones en temporada regular y por ahora el balance es favorable al jugador de origen africano con seis victorias por dos del serbio. Sin embargo en las tres últimas temporadas el africano se ha perdido por lesión al menos uno de los dos partidos en los que se ha medido a Jokic, lo que ha alimentado las burlas en redes sociales asegurando que Embiid no quiere verse las caras con su gran rival.

El pívot de los Sixers está siendo uno de los grandes protagonistas del torneo olímpico. Camerunés de nacimiento, Francia tenía apalabrada su nacionalización para disputar los Juegos junto a Wembanyama, Gobert, Lessort y compañía. Un proceso en el que entró hasta el presidente de la República Emmanuel Macron. Sin embargo, en el último instante Embiid hizo un reverso y adoptó la nacionalidad estadounidense, convirtiéndose en el enemigo número 1 en Francia.

Así se lo han hecho saber durante todos los Juegos. Los partidos del Dream Team son uno de los eventos con más afluencia de público en la cita olímpica y en todos ellos ha habido dos denominadores comunes: el triunfo estadounidense y los pitos que se ha llevado Embiid por parte de los aficionados franceses de la grada.

Hace dos años Embiid escribió una carta a Macron solicitando la nacionalidad francesa. "Conozco su sincero interés por el baloncesto y su desarrollo y, en general, por el deporte que honra a Francia. Tras conversaciones con la Federación Francesa de Baloncesto, ya he tomado mi decisión. Me gustaría realizar los trámites para obtener la nacionalidad francesa y así poder ser seleccionado por los Blues. No deseo jugar en ninguna otra selección nacional", aseguraba en su escrito. "Sería un inmenso honor unirme al equipo francés".

Ese deseo se truncó con la aparición de Grant Hill, máximo responsable deportivo de USA Basketball, quien terminó por convencer a Embiid para que vistiera la camiseta del equipo estadounidense en busca de un nuevo oro junto a LeBron, Curry, Durant y compañía. Una misión en la que Embiid no sólo ha tenido que lidiar con los rivales.

También lo ha hecho con un ambiente hostil al que él también ha colaborado con provocaciones y gestos que han caldeado todavía más el ambiente. "Siempre me ha gustado", aseguraba el jugador tras el partido ante Brasil. "Creo que mucha gente piensa que es odio. Yo lo veo como amor y como un signo de respeto. Si no fuera un buen jugador de baloncesto, no recibiría ese tipo de trato. Así que me considero bendecido, y por eso interactúo con ellos. No es nada que no haya visto antes".