JJOO

Cómo es posible que 13 atletas hayan batido el récord olímpico en el 10.000, incluido el español Ndikumwenayo

Joshua Cheptegei pulverizó la plusmarca de los JJOO... junto a otros 12 compañeros. El ritmo de carrera lo explicó todo.

El podio del 10.000./EFE
El podio del 10.000. EFE
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Kenenisa Bekele, atleta etíope, ganó en 2008 el oro en Pekín y además cerró el récord olímpico en una gran marca de 27:01.17. Este viernes, Joshua Cheptegei se sube al primer cajón del podio pulverizando ese registro con un 26:43.14, pero lejos, eso sí, de la plusmarca mundial que registró él mismo en 2020, con un tiempo de 26:11.00. Ahí no está la noticia ni lo novedoso. Revisar la clasificación final de la carrera refleja que un total de 13 atletas han batido en la final del 10.000 metros de París la mejor marca que se había dado en la misma prueba en unos Juegos Olímpicos.

A priori, parece imposible y lleva de forma inmediata a pensar en una ventaja extraña que otorgue el tartán o el desarrollo de las zapatillas deportivas hasta límites insospechados. Y hay una buena parte de razón. Las zapatillas de carbono, según los expertos, han evolucionado tanto que los corredores pueden hasta correr un segundo más rápido por vuelta. Pero también hay otro motibo. Un buen ejemplo lo marca el español Thierry Ndikumwenayo, que marcó un 26:49.49, su mejor toma de siempre y, por supuesto, el récord del país, cuando viene de hacer bronce en el Europeo con un 28. Y ni siquiera así le dio para estar especialmente cerca del metal.

"Estoy supercontento con la marca, pero no me voy satisfecho porque me he quedado a las puertas. He llegado aquí en muy buena forma. Me ha sorprendido, no pensé que fueran a correr tan rápido, pero estuve atento", expuso el atleta español en zona mixta tras la conclusión de la carrera.

El primer paso para entender este paranormal suceso es saber que en los Juegos Olímpicos no hay liebres, es decir, gregarios que impulsen a los líderes marcando un ritmo con la mente puesta en registrar el récord del mundo o ahogar poco a poco a los rivales. Es decir, los atletas están solos a ojos del mundo y deben ser ellos los que gestionen la carrera en la medida que puedan.

  • El anterior récord olímpico: Kenenisa Bekele en Pekín 2008, con 27:01.17
  • Nuevo récord olímpico: Joshua Cheptegei en París 2024, con 26:43.14
  • Récord mundial: Joshua Cheptegei en Valencia en 2020, con 26:11.00

El 10.000 suele ser una carrera estratégica. Se marca un ritmo desde el principio, al que se van amoldando los atletas. Más en unos Juegos Olímpicos, donde la marca no es ni mucho menos tan valiosa como llevarse un metal a casa. En ediciones anteriores, la prueba se planteó de forma distinta: se fue más despacio al principio pensando en la recta final, no había tanto hombre fuerte...

En este caso, los etíopes Aregawi, Kejelcha y Barega impusieron desde el principio una velocidad endiablada para tratar de romper la carrera y llegar a los últimos metros con ventaja suficiente para copar el podio.

No les salió especialmente bien, ya que la mayoría de contrincantes les aguantaron el ritmo. Como tal, apretaron y apretaron sin éxito. La carrera era un auténtico delirio, un gusto para el espectador. Seguían avanzando las vueltas y las marcas apuntaban a estratosféricas. La estrategia de los etíopes, que no confiaban tanto en su sprint final, era desgastar al resto. Solo le salió bien a Aregawi, que se llevó la plata y se quedó a escasas 30 centésimas del vencedor.

La llegada a la meta en el 10.000.
La llegada a la meta en el 10.000.

Esto son los Juegos Olímpicos y se compite a otro nivel. Son cuatro años de preparación (tres, en este caso), preparando una carrera que marcará sus vidas para siempre. Por eso, no es de extrañar que las marcas del Europeo, por ejemplo, sean tan lejanas. En este caso resultó hasta una exageración. El ritmo endiablado ha llevado en volandas a los atletas hacia una carrera que ya es legendaria.

De hecho, 13 atletas diferentes bajaron de los 27 minutos, algo al alcance de muy pocos a lo largo de la historia. Muchas de las tomas cerradas en esta primera gran carrera sobre el tartán entran ya en los registros de la distancia. Anecdótico o no, lo cierto es que el único que se queda con el honor del mejor registro olímpico es Joshua Cheptegei. Y, además, con la medalla de oro.