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Pedroso predijo la lluvia que boicoteó la medalla a Peleteiro: "Tienes un salto"

El entrenador de la saltadora española se percató de la llegada de la lluvia y la avisó que el primer salto podía ser clave para amarrar la medalla.

Ana Peleteiro, tras un salto de la gran final olímpica de triple salto./REUTERS
Ana Peleteiro, tras un salto de la gran final olímpica de triple salto. REUTERS
José M. Amorós

José M. Amorós

El concurso está a punto de comenzar en el Stade de France, el cielo se cierra con unas nubes color amarillento y, en el ambiente, un olor a humedad que adelanta lo que está por venir. La primera fila de la tribuna de saltos, preparada para los entrenadores, sólo piensa en dar los últimos retoques a sus saltadores. Pero hay uno más listo que ninguno: Iván Pedroso, el entrenador de Ana Peleteiro.

La española es la elegida para inaugurar la final con el primer salto y ya está en el pasillo de saltos. En este momento, Pedroso pide la atención de Ana desde el final del pasillo. Solo unos segundos para el primer salto y empieza a caer un pequeño chispeo cae sobre el tartán. En ese momento, Pedroso mira directo a su saltadora e interrumpe su preparación enseñándole tres gestos: el primero, con un dedo señalando un uno. ¿Qué quiere decirle? "Tienes un salto". En el segundo, señala al cielo advirtiéndole de que la lluvia empieza a caer. El tercero y último es para señalarse la cabeza para que entre concentrada en un concurso en estas condiciones.

¿Qué significa o qué quería decir Pedroso? El multicampeón cubano se había percatado que una tormenta podía provocar, como terminó pasando, que el agua dejara muy complicado la carrera y la batida entre los charcos en el pasillo. Por lo tanto, la gran final que tanto habían trabajado podía ser a un solo salto. Además, saltar la primera significaba poder aprovechar el momento más seco del tartán.

Ana se activó, pidió el ánimo del público y se lanzó para apuntarse unos buenos 14.59 metros para ser el primer intento. Pero el cielo no terminó de romper y durante esa primera ronda, la jamaicana Rickets vuela hasta los 14.61m. y la cubana Leyanis Pérez supere a ambas con 14.62m. La vigente campeona europea hace unas semanas terminaba el primer turno en posición de bronce.

Cada vez chispea más y el morado suelo de la pista empieza a brillar, pero todavía sigue en perfectas condiciones para salir volando. Eso sí, si la lluvia no para, el segundo intento será la clave: Peleteiro hace el peor salto de su serie tras un mal apoyo. Por el contrario, sus rivales sacan lo mejor de sí: la estadounidense Moore vuela hasta los 14.67m., Rickets mejora hasta los 14.87m. y la dominiquesa Thea Lafond consigue el récord nacional superando la gran barrera hasta los 15.02m. que le terminarían por dar el oro.

Y se acabó. La lluvia empezó a arreciar sobre el pasillo de saltos y hacer una buena marca se ponía imposible. Por mucho que Pedroso, de nuevo más rápido que el resto, enloqueciera pidiéndole a los jueces que limpiaran la tabla de lanzamientos para evitar caídas, lesiones y hasta el propio miedo, era muy difícil hacer en condiciones el hop-step-jump, las partes de la técnica del triple salto.

"La pista estaba empapada, no conseguían secarla del todo [a pesar de que sacaron una secadora] y tenía miedo a resbalarme en la tabla", comenta Ana en zona mixta tras salir muy tocada de la pista. En la misma línea opina su marido, el exsaltador francés Benjamin Compaoré, en conversación con Relevo a la salida del estadio: "El primero era el más importante, hoy no era un día de competición. Era duro por la lluvia y el viento".

El sueño de la medalla e incluso del oro olímpico se acaba de esta manera para la saltadora española que, con lágrimas a punto de saltar de sus ojos, avisa que este "no es el final" de su carrera deportiva y mira el lado positivo: "En dos días estamos en Los Ángeles 2028". Esperemos que la suerte se ponga de cara entonces.