La capitana del atletismo que entrena en una pista oculta en el bosque: "Me decían que era muy difícil que volviera a competir"
En sus terceros Juegos Olímpicos, Esther Guerrero disputará los 1.500 tras romper la barrera de los cuatro minutos.
En la Garrotxa, una de las comarcas más remotas y bonitas de Cataluña, entre volcanes, valles verdes y pueblos con encanto medieval, se esconde uno de los secretos mejor guardados del atletismo y la arquitectura nacional, el estadio Tussols-Basil. Es la pista de Olot, oculta en el bosque, entre árboles y gorjeos de petirrojos y carboneros, dos de los pájaros más comunes de la zona. "Para mí es la más bonita de España", quien lo dice es Esther Guerrero (Banyoles, 1990), capitana del equipo español de atletismo en los Juegos Olímpicos de París.
"Olot está dentro de un parque natural y, concretamente, el lugar en el que se ubica la pista está a medio camino entre la ciudad y la naturaleza. Al proyectarla, consideramos que debíamos incidir lo mínimo en el aspecto natural; en realidad, lo que queríamos era potenciarlo, revelarlo; que no hubiera una frontera entre la pista y el estadio", explica Ramon Vilalta, uno de los tres arquitectos del estudio RCR, responsable del diseño de la pista, en 1991.
"Los árboles y la vegetación son materiales, al igual que lo puede ser un banco de hormigón. Y nosotros apostamos por utilizar al máximo estos elementos naturales. Un estadio, por ejemplo, necesita de un recinto, y entendimos que este recinto ya nos lo había conformado el propio bosque", prosigue Vilalta, para el que los árboles hacen de paredes. La pista tampoco tiene asientos, apenas una marjada y un talud que funcionan como gradas naturales. Y su tartán es de color verde y poroso, como el suelo de la zona volcánica de la Garrotxa. Si tienen previsto visitarla, pregunten a los lugareños, porque no está demasiado bien indicada en el Maps.
Esther Guerrero entrena en plena naturaleza
El estudio RCR, premiado en 2017 con el Pritzker, una suerte de Nobel de arquitectura, optó por el vacío, por renunciar a todo lo prescindible, lo cual aleja el "ruido" y genera "quietud y silencio" para el atleta, que corre en plena naturaleza, como se hacía en los "Juegos Olímpicos de la Grecia Clásica". Por todo ello, la pista de Olot, que en su momento fue un "proyecto disruptivo porque cambiaba por completo la tipología de un estadio", es un ejemplo de integración en la naturaleza.
Lo sabe Esther Guerrero, pues corre allí desde 2012. Ella vive en Banyoles, a media hora en coche de la pista, que es la que tiene más cerca. "De diciembre a febrero y de mayo a setiembre, hasta que termina el curso, hago allí todos mis entrenamientos de calidad", comenta. "He competido en muchos sitios, pero en ninguna otra pista me siento tan bien como en la de Olot. Es como si fuera solo para mí… bueno, en realidad, lo es porque casi nunca hay nadie más entrenando", asegura Guerrero, que se siente "muy afortunada" de ejercitarse donde lo hace: "El sitio es guapísimo, además de muy agradable y tranquilo".
Uno de sus mejores recuerdos como atleta fue precisamente en el estadio Tussols-Basil, donde batió en 2020 el récord de España de 2.000 metros: "Fue muy especial porque lo conseguí en la pista de Olot y porque pudieron verlo mis amigos y familiares. Es una de las carreras que guardo con más cariño".
De la pista de Olot a los JJOO de Río
Esther Guerrero compitió en 800 metros en Río de Janeiro. "Fue una gran experiencia porque los de 2016 eran mis primeros Juegos Olímpicos. Estuve tres semanas allí, viviendo la ceremonia de apertura y clausura; fueron casi como unas colonias. Además, no tenía demasiada presión y competí muy bien. Esos Juegos me abrieron las puertas del profesionalismo", desvela Guerrero, que se inició en el atletismo en segundo de primaria como actividad extraescolar y continuó en el Club Natació Banyoles, tomándoselo como un hobby y compaginándolo con la carrera de magisterio, hasta que en 2012 se puso en manos de su actual entrenador, Joan Lleonart. En 2015 debutó internacionalmente y en 2016, se convirtió en olímpica.
🏃♀️Esther Guerrero (@estherrguerrero) participarà en els seus segons Jocs Olímpics. Enguany ho farà en la prova de 1.500 en comptes de la de 800 com fa cinc anys a Rio. He parlat amb ella per l'@UFECcat.
— Bruno Martin (@BrunoArnaiz13) July 12, 2021
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"Tras Río hice un cambio de chip. Para empezar, pasé del 800 al 1.500 porque, sobre todo a nivel internacional, esta distancia se adaptaba mejor a mis características. Me autoexigí mucho más y me obsesioné demasiado. El 2020 fue un gran año y llegué a Tokyo, en 2021, en mi mejor momento de forma, pero no supe gestionar esa presión que me había puesto. No corrí bien y caí eliminada en primera ronda. Y cuatro meses después, a principios de 2022, me rompí el isquio y estuve toda la temporada en blanco", explica la banyolina acerca de una lesión que le cambió la carrera.
«Te ves muy lejos del alto nivel»
"Ya tenía 32 años y llevaba ocho temporadas de carrera deportiva a tope. Entonces, con la lesión, muchos me decían que era muy difícil que volviera a competir. Es que cuando te pierdes un año, te ves muy lejos del alto nivel. Pero creo que aquello fue un punto de inflexión, ahora veo el deporte de otro modo, lo disfruto mucho más, sin tanta obsesión ni presión por superar marcas; es un atletismo mucho más positivo y, paradójicamente, me está llevando a conseguir mis mejores resultados", reflexiona Guerrero, que el 7 de julio pasado, en la Diamond League de Londres, bajó de los cuatro minutos, una barrera mítica en los 1.500. Paró el crono en 3.59.74, su mejor marca personal y la segunda mejor de la historia de España en esta distancia.
BAJA DE LOS 4 MINUTOS
— Amante Olímpico (@Tokio20206) July 7, 2024
ESTHER GUERRERO 🇪🇦 en la Diamond League de París🏃♀️ con una marca de 3:59.74 en los 1500. En la misma carrera KIPYEGON 🇰🇪 bate el WR con 3:49.04
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"Tampoco significa cada, simplemente que estoy más arriba en el ranking (22) y que llego en un gran momento de forma. Pero el 1.500 es una de las pruebas con más nivel de todas y, en general, el medio fondo es muy azaroso. Las marcas siempre son relativas. Depende de quién te toque en tu serie y el tipo y ritmo de carrera al que se corra. Es parte de la gracia de esta distancia. En todo caso, creo que voy lo más preparada posible", asegura Guerrero, que está bastante convencida de que los de París van a ser sus últimos Juegos Olímpicos.
"Que sean en Europa le da mucha más repercusión al evento… que esté tan cerca y con nuestro horario. Tengo muchas ganas de disputar los Juegos Olímpicos de París y mi objetivo es disfrutarlos; llegar a la meta con la sensación de haber corrido bien y haberme vaciado. No me marco nada más", lo cierra la capitana del equipo español de atletismo -es la que más internacionalidades atesora-, una Esther Guerrero que entrena en una pista escondida en el bosque y que debutará el próximo 6 de agosto en los 1.500 metros de los Juegos Olímpicos de París, en el Stade de France.